ANTETITULO

¿Por qué ser espiritual ayuda a vivir mejor?

Panamá Pacífico demuestra que es posible un crecimiento organizado y planificado. Sus zonas residenciales prosperan gracias a los sectores comerciales, senderos para ejercitarse y buenos precios.

8 de septiembre de 2017

De las 20.000 viviendas proyectadas en el plan maestro de Panamá Pacífico, se han entregado 1.200. Los números podrían indicar que la comunidad que las habita apenas comienza a crecer, pero no es así. El secreto está en la planificación urbana integral que antecede cada elemento de este complejo. No se trata simplemente de levantar casas en serie, sino de darles a quienes las habitan elementos para que construyan comunidad.

Los residentes de Panamá Pacífico tienen un town center donde se establecen bancos, restaurantes, farmacias y otros lugares de comercio. Cuentan con un parque deportivo con canchas de baloncesto, tenis, fútbol, una pista para trotar y juegos para niños. También pueden acudir al Pacífico Life Center, un espacio innovador donde se les brinda asistencia para satisfacer sus necesidades personales y familiares, desde encontrar un decorador hasta alquilar una de las zonas sociales del complejo.

Un centro de seguridad integral único en el país monitorea a toda la comunidad, coordina esfuerzos en materia de seguridad preventiva y además facilita el acceso a servicios de emergencia. Pero estas no son las únicas razones por las cuales vale la pena invertir en Panamá Pacífico. La ampliación de la carretera Panamericana, la construcción de un cuarto puente sobre el canal de Panamá y de la tercera línea del metro de Ciudad de Panamá impactarán directa y positivamente el proyecto y la valorización de las viviendas que ahí se encuentran. “Hoy, nuestros precios son 15 por ciento más bajos que los valores promedio habituales en la ciudad”, asegura Christian Rinkel, director de finanzas y residencial de Panamá Pacífico. “Con las obras que vienen, esperamos mejorar aún más esos precios”, asegura.

La rigurosidad con la que se planea a futuro también es una buena razón. Rinkel advierte que “aquí estudiamos qué va a pasar en 20 o 30 años. Sabemos qué sucederá con el tráfico, por ejemplo, y cuándo tenemos que intervenir”. A esto se suma el hecho de que la alianza por la que nació Panamá Pacífico requiere que el desarrollador esté ahí durante los 40 años de vigencia de su plan maestro; un respaldo inmediato con el que los clientes y residentes pueden contar.

Una buena vida

En Panamá Pacífico está claro el objetivo de fomentar el bienestar, la calidad de vida y la sostenibilidad, tres aspectos que se resuelven al garantizar el contacto con la naturaleza.

Para Arturo Sáenz, gerente de planificación de Panamá Pacífico, “tenemos la responsabilidad de ofrecer a los residentes y a la gente que trabaja aquí los elementos para que sean sostenibles”. Por eso, agrega, “todos nuestros proyectos están enfocados en generar armonía con el medioambiente”.

Muestra de ello son los senderos o greenways que recorren toda el área de la comunidad –que tiene 580 hectáreas de bosque tropical húmedo–. Para trotar, caminar o incluso montar en bicicleta, estos senderos conectan algunas de las áreas urbanizadas y de comercio del proyecto, y llegan a perderse entre las antiguas estructuras de la base aérea sobre la que se construye Panamá Pacífico.

Los greenways se complementan con la ciclovía recreativa, que todos los domingos se toma las vías y ofrece un recorrido de diez kilómetros a principiantes, profesionales y familias.

Este proyecto también cuenta con un servicio de guardafauna. Se trata de un equipo de ingenieros ambientales encargado de la preservación de especies silvestres, de implementar estrategias educativas y de fomentar las buenas prácticas de convivencia entre todos los residentes de la comunidad.

Las ventajas de vivir en Panamá Pacífico van más allá de la novedad de su modelo urbano o del referente que está estableciendo a nivel continental. Las ventajas consisten en que, una vez ahí, su concepto de cotidianidad se transformará y en él empezarán a primar el tiempo, la tranquilidad y la felicidad que solo se encuentra cuando la vida es más sencilla.