BIENVENIDOS AL FUTURO

Los japoneses ya dieron los primeros pasos hacia la ciudad vertical, que integra la vida de 135.000 personas en un solo edificio.

3 de octubre de 1994

EN TOKIO, LA CIUdad más grande del mundo, ni el sistema de metro, ni la red de autopistas de dos niveles, ni los centros comerciales subterráneos han podido contrarrestar el descomunal crecimiento de esta urbe de 25 millones de habitantes. Dadas estas circunstancias, ideas futuristas de diseño y planeación urbana, que antes parecían excéntricas o inverosímiles, son ahora consideradas por muchos como alternativas lógicas y están pasando, de manera inequívoca, hacia la esfera de la realidad.

Una de ellas es el concepto de ciudad vertical que, como su nombre lo indica, trata de integrar todo lo necesario para la vida cotidiana en un solo edificio gigantesco, que utilice así eficientemente el espacio y alivie buena parte de la devastación ecológica y la aglomeración causada por la expansión horizontal de las áreas urbanas.

Tal vez el prototipo de la ciudad vertical que más estimula la imaginación es Sky City 1000, un megaproyecto diseñado por Takenaka Corporation, una de las más importantes compañías de diseño y contratistas generales del Japón. Sky City 1000 -el proyecto estrella de Takenaka para el próximo siglo- fue creado en 1987 por Takashi Hara, director de planeación, como una forma de solucionar los problemas de las grandes ciudades. El plan fue diseñado por un equipo de 30 personas, tanto de Takenaka como de otras agencias.

El proyecto consiste en una estructura cónica de 1.000 metros de altura con una base de 400 metros de diámetro y 160 metros en el nivel más alto, que cubre un área de 800 hectáreas. Para darse una idea del tamaño, basta pensar que la torre neoyorquina del Empire State mide 381 metros y la torre Sears, de Chicago, 443 metros. Además de residencias, incluye colegios, teatros, oficinas, centros comerciales, campos deportivos, parques, etc. En pocas palabras se trata de una ciudad que en su 'hora pico' alojará a 135.000 personas, de las cuales 35.000 son residentes de tiempo completo.

Obviamente un edificio de estas dimensiones requiere de un diseño poco ortodoxo. En términos generales el plan consiste en una estructura dividida en 14 niveles, en forma de módulos hexagonales, cada uno con 56 metros de altura, sostenidos por un exoesqueleto de supercolumnas conectadas a cada ángulo del polígono. Todos los módulos son cóncavos. Para visualizar esto se puede pensar que cada módulo es un estadio de fútbol, y en las tribunas -el perímetro- estarán los edificios, mientras que en la cancha habrá un amplio atrio que funcionará como espacio público.

La idea de un edificio de un kilómetro de alto no parece compatible con una ciudad como Tokio, que es un imán de terremotos. Sin embargo, la estructura estará sostenida por un avanzado sistema de suspensión y sofisticados sistemas de reducción de movimiento dinámico que resistirá todo el peso pero que a la vez será flexible -según la información de Takenaka- contra sismos de hasta ocho puntos en la escala de Richter, e inclusive contra tifones, también muy frecuentes en estas latitudes. Según un vocero de Takenaka, la tecnología moderna para la construcción de rascacielos es segura contra los movimientos de tierra pero es más importante concentrarse en disminuir el vaivén causado por el viento.

Dado que los materiales tradicionales de construcción no serían adecuados para soportar un peso de aproximadamente seis millones de toneladas, será necesario usar tecnología de vanguardia como páneles ultrarresistentes de fibra de carbón, un 40 a 50 por ciento más liviana que el concreto reforzado. Los diseñadores de Sky City 1000 calculan que la ciudad deberá tener, además, una base anular de 60 metros de profundidad. Otro aspecto interesante del plan es que entre cada módulo habrá un espacio de 20 metros que facilitará aire fresco y luz natural, pero, además evitará que, en caso de incendio, el fuego se extienda a los otros niveles.

Como si fuera poco, el plan Sky City incorpora cuatro sistemas de transporte interno. El principal consiste en censores de alta velocidad que conectarán los 14 módulos, mientras que otros ascensores secundarios se desplazarán solamente dentro de cada módulo. Para movilizarse horizontalmente dentro de un módulo habrá vehículos automáticos, y para subir desde los parqueaderos subterráneos se podrá tomar un monorriel en espiral. Pero no se trata de un proyecto futurista. "Técnicamente nosotros podemos diseñar y construir el plan. Sin embargo, debido a que es una estructura a gran escala puede que tome tiempo desarrollar el consenso social".

La tecnología existe. No será necesario esperar a que aparezca un invento o un material revolucionario. No obstante, crear un edificio-ciudad de esa magnitud puede ser, para la planeación y el diseño urbano, el equivalente a enviar el hombre a la Luna. Empezando por el costo. Es difícil saber de dónde saldrán los 4.7 trillones de yenes (47 billones de dólares) que se estiman para llevar a cabo un proyecto cuya construcción durará aproximadamente 14 años.

Esto significa agrupar un consorcio dispuesto a invertir una suma similar al producto nacional bruto anual colombiano. También hay que considerar otros problemas, como la dificultad en generar la voluntad política para desarrollar un proyecto que no tiene precedentes en el sistema legal y de orden público. Este será el primer paso hacia un tipo de ciudad y organización social que nunca ha existido. No obstante, si se considera la opción de continuar el statu quo de crecimiento urbano descontrolado, la idea de tener un apartamento con vista a 1.000 metros de altura empieza a sonar cada vez mejor.-