Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt. | Foto: Archivo SEMANA

ENTREVISTA

“El país sigue muy atrasado en investigaciones sobre biodiversidad”

Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt, habla sobre cómo estamos en política ambiental y sobre el futuro de la biodiversidad en el país.

19 de mayo de 2016

Semana.com: Pregunta obligada, ¿Cuáles son los grandes riesgos de la biodiversidad en el país?

Brigitte Baptiste: Los riesgos más grandes para la biodiversidad siguen siendo aquellos asociados con la transformación destructiva de los ecosistemas, derivados más de la corrupción, que de la ignorancia: la deforestación (sobre todo la eliminación de las zonas de pequeños bosques de la región andina y Caribe), la desecación de humedales, la contaminación de aguas, en gran medida causada por la minería ilegal, y la introducción indebida de especies foráneas que se vuelven invasoras.

Semana.com: En los últimos años Colombia ha desarrollado una política ambiental que se condensa en la Política Nacional para la Gestión Integral de la Biodiversidad y sus Servicios Ecosistémicos (PNGIBSE), ¿cómo la evalúa?

B. B.: Creo que aún hace falta un gran esfuerzo de divulgación y apropiación de la PNGIBSE y, sobre todo, hacer conciencia de que no se trata de una política "del sector", sino del país. Y no se nota su adopción o sincronización con los demás sectores, en especial la agricultura que es el motor de cambio ecológico más grande.

Semana.com: ¿Qué nos falta en política ambiental?

B. B.: Una cosa que falta es el Plan de Acción de la Biodiversidad, que debe ser adoptado formalmente por el Gobierno como parte de los compromisos internacionales. Un tema interesante es que las Corporaciones Autónomas Regionales sí han hecho avances muy significativos en biodiversidad, pues esta se cruza en todas sus actividades cotidianas, de manera que, con mayor o menor capacidad, ya están definiendo acciones e inversiones significativas.

Semana.com: Con respecto al licenciamiento ambiental de los proyectos de infraestructura, que ahora están en boga, ¿cómo estamos?

B. B.: La construcción de hidroeléctricas e infraestructura cada vez es más responsable, en términos ambientales (salvo algunas vías nefastas), pero lo que falta, como siempre, es el tema del ordenamiento territorial basado en información de calidad, no solo con Google Earth.

Semana.com: ¿Cuáles son los retos que tiene Colombia en los próximos años en materia de biodiversidad?

B. B.: El reto más importante es que los colombianos reconozcan su territorio como un país biológicamente privilegiado, donde la diversidad de formas de vida constituye una condición esencial y fuente de bienestar más interesante en el largo plazo. Si seguimos operando en nuestro territorio con políticas de desarrollo propias del imaginario anglosajón o europeo de los años 70, estamos fritos.

Semana.com: Y eso quiere decir…

B. B.: Que la prioridad para Colombia, a mi modo de entender, es construir una propuesta intersectorial de gestión de sus ecosistemas. Requerimos garantizar el bienestar de toda la población, basada en sus dinámicas vivientes, lo cual demanda una excelente base de conocimiento y un sistema de evaluación de las transformaciones ambientales que nos permita incorporar aprendizajes rápidamente en la planificación. A eso nos referimos cuando insistimos en cambiar el modelo de desarrollo, no a perseguir las propuestas de modernización en infraestructura, energía, salud o desarrollo urbano. Una tarea del Departamento Nacional de Planeación que sigue rezagada...

Semana.com: ¿Qué debemos hacer a corto plazo para preservar la biodiversidad del país?

B. B.: En la práctica, el reto más importante es la restauración de los ecosistemas degradados, empezando por las zonas abastecedoras de agua en la cabecera de las cuencas y en las zonas proveedoras de servicios ecosistémicos claves, como los hábitat de reproducción de peces y fauna acuática (manglares, morichales y esteros, ciénagas y arrecifes coralinos); los hábitat de reproducción y refugio de polinizadores y controladores biológicos silvestres; y las zonas de contención de amenazas derivadas de la variabilidad climática extrema (erosión costera, deslizamientos, incendios, desertificación), entre muchas otras...

Semana.com: ¿Cómo está el país en investigaciones relacionadas con la biodiversidad?

B. B.: El país sigue muy atrasado, porque confunde la descripción clásica de los componentes de los ecosistemas (fauna y flora) con una interpretación adecuada de su funcionamiento. Uno gobierna procesos ecológicos y sociales, es decir, la calidad ambiental que se desprende de las decisiones de transformación del territorio por parte de los ciudadanos, las comunidades, los empresarios. Ahí es donde se toman decisiones sobre lo que es permisible, aceptable, arriesgado o inaceptable y los criterios para ello no pueden ser ciencia de juguete o ideologizada.

Semana.com: En este momento se está hablando en el país sobre cómo la biodiversidad puede ser la base para potenciar la economía colombiana a partir de la biotecnología. ¿Qué opina de esta tendencia?, ¿es buena para el país?, ¿pone en peligro su biodiversidad?

B. B.: Por supuesto que la biodiversidad es la base de la economía futura. Pero no solamente como imaginamos: a partir de la transformación de materias primas en productos vía laboratorio. Creo que, en el corto plazo, deberíamos enfocarnos en el ecoturismo, la producción forestal de maderas finas y sus derivados, y los productos no maderables del bosque, donde hay un gran potencial de empleo, rescate de prácticas culturales, espacio para la innovación en el diseño y muchas oportunidades de producción y exportación de bajo impacto ambiental y mucho más sostenibles. Claro, eso no nos va a traer las mismas regalías del oro, el carbón o el petróleo, pero tampoco nos va a dejar la cuenta de cobro.

Semana.com: Y con respecto a la biotecnología…

B. B.: La biotecnología, por su parte, sí representa una gran oportunidad, pero seguimos siendo ingenuos al respecto, requiere grandes inversiones y mucho capital de riesgo, disciplina empresarial, alianzas internacionales, en fin, toda una estructura de negocios que aún estamos lejos de poseer. Llevamos varias décadas empezando cada año: miren cómo el CIB (Corporación de Investigaciones Biológicas) en Medellín, está a punto de declararse en quiebra por la falta de inversiones, después de décadas de hacer la mejor investigación biotecnológica de Colombia.

Semana.com: Pero esta explotación de la biodiversidad también representa un riesgo que se debería considerar…

B. B.: Es cierto que algunos desarrollos biotecnológicos representan más riesgos que otros para la biodiversidad, pero no son más graves que la minería ilegal o lo que hoy día estamos haciéndole con el tráfico ilegal de especies o el uso de agroquímicos. En general, la mayoría son especulativos en lo que se refiere a tecnologías moleculares, como los transgénicos, que aún son sujeto de debate, pero no debemos perder de vista las revoluciones de la nanotecnología. En muchos casos, con buenas prácticas preventivas y protocolos de bioseguridad, es factible reducirlos y controlarlos. Más grave es la liberación de especies foráneas que se convierten en epidemias de los ecosistemas, como la tilapia, y destruyen el capital genético de nuestra riquísima biota dulceacuícola.