T R A T A M I E N T O S

Buena espalda

Una técnica experimental es la nueva esperanza para los pacientes con dolor de columna crónico.

18 de diciembre de 2000

Quienes sufren de dolores crónicos en la parte baja de la espalda lo han probado todo para calmar el dolor. Desde inyecciones antiinflamatorias y terapia física hasta complicadas operaciones de la columna. Pero todo parece indicar que ese sufrimiento podría ser cosa del pasado con una nueva técnica que se experimenta en Estados Unidos. Los doctores Jeffrey y Joel Saal, dos hermanos médicos de Menlo Park, California, desarrollaron un procedimiento que se está convirtiendo en una alternativa efectiva y mucho menos traumática que las que existen actualmente.

La causa del dolor en estas personas son los discos que se encuentran entre cada hueso de la columna. Cuando estos discos intervertebrales, por alguna razón se han quebrado o degenerado, producen un dolor permanente. Este trauma es equivalente a una herida en la mano y el dolor que ocasiona es similar al que produciría si se dejara abierta.

El método de los doctores Saal, llamado terapia electrotermal onterdiscal (intradiskal electrothermal therapy) consiste en introducir un catéter que se calienta y sella las fisuras. Este sistema mataría las terminaciones nerviosas que llevan las señales de dolor al cerebro y por eso produce un alivio inmediato.

El procedimiento no es demorado, se hace con anestesia local y la mayoría de pacientes quedan habilitados para ir a trabajar al otro día. Esto es un gran alivio si se tiene en cuenta que la otra opción —la cirugía de columna— es mucho más complicada y puede incapacitar a una persona por varios meses.

Desde que fue desarrollado, hace tres años, hasta el momento, el método de los hermanos Saal se ha practicado en más de 20.000 pacientes del mundo. Su uso, sin embargo, es limitado para un tipo muy específico de pacientes: aquellos que sufren de dolor de espalda crónico debido al rompimiento o desgaste de los discos entre las vértebras. Para despejar las dudas los expertos sugieren que el paciente se haga un examen previo que confirme que estos discos son la clave de su problema.

La técnica aún no se ha estandarizado porque apenas comenzaron los análisis clínicos que permitirán ver de manera más clara su verdadero alcance. Pero en un estudio que se adelanta en la Universidad de Chicago, en el cual participan 74 pacientes, 38 de los cuales tuvieron la terapia hace dos años, se ha podido ver que el 70 por ciento está satisfecho con el procedimiento.

Aunque su eficacia es un hecho el principal temor de los médicos es lo que pueda pasar con el disco a largo plazo ya que aplicarle calor puede alterar la estructura de su proteína de colágeno. Los expertos quieren saber si un disco sellado con calor tendrá la misma resistencia o capacidad de absorber impactos que uno sin tratamiento. Pero eso sólo se sabrá con estudios a largo plazo.

Lo cierto es que si todas estas dudas se disipan será una gran solución para millones de personas en el mundo, quienes hoy sólo tienen opciones extremas, ya sea tratamientos inocuos o cirugías demasiado complicadas y costosas. La fusión cuesta en Estados Unidos alrededor de 40.000 dólares mientras que el tratamiento Idet vale 8.000. Este, por lo tanto, sería un tratamiento intermedio mucho más barato y tan eficaz como la cirugía. Pero el argumento más contundente a su favor es que en realidad alivia a las personas. Probablemente no podrán hacer aeróbicos ni ser los mejores deportistas pero sí llevar una vida normal, alejada del dolor.