Las personas que se dan “baños” de naturaleza en parques, reservas y espacios fuera de las ciudades tienen niveles más bajos de estrés. | Foto: Pixabay

SALUD

Una droga natural

Abrumadora evidencia muestra que caminar por un bosque lleno de árboles ayuda a mejorar la salud física y mental.

26 de julio de 2016

Siempre se ha dicho que las ciudades con sus ladrillos, calles asfaltadas y denso tránsito generan ansiedad, depresión y otras enfermedades mentales. Lo contrario, por lo tanto, también aplica. Y, en efecto, muchos estudios han encontrado que las personas que se dan “baños” de naturaleza en parques, reservas y espacios fuera de las ciudades tienen niveles más bajos de estrés.

Uno, por ejemplo, encontró que la gente que pasaba 40 minutos caminando en un bosque de cedros tenía menos niveles de la hormona cortisol, comparado con quienes hacían el mismo tiempo de caminata en un edificio. También se ha visto que los árboles y las plantas emiten compuestos aromáticos que generan cambios fisiológicos similares a los de la aromaterapia. Otros trabajos han mostrado que la naturaleza incide en la mejora de los síntomas de enfermedades coronarias. Incluso se ha dicho que baja la presión arterial, mejora el sistema inmune y protege del cáncer.

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Gregrory Bratman, de la Universidad de Stanford, ha estado siempre interesado en entender los efectos de las ciudades en las mentes de las personas, En un experimento en el que pidió a un grupo de estudiantes de su alma mater caminar por el campus, encontró que estar en contacto con la naturaleza afecta la psiquis y para demostrarlo examinó una característica muy común de los citadinos, que es la tendencia a rumiar o masticar permanentemente sus problemas, algo que a su vez se ha visto como un precursor de la depresión.

Bratman y sus colegas analizaron la actividad cerebral tanto de aquellos que hacían una larga travesía por un parque como de aquellos que caminaban al lado de una vía congestionada. El resultado es que las personas que caminaron en el parque tuvieron mejor irrigación sanguínea al cerebro y este efecto permaneció aun después del paseo, mientras que nada de eso se observó entre quienes fueron por el trayecto congestionado y ruidoso.

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Aunque todavía hace falta más investigación, los expertos creen que darse baños de naturaleza es una droga maravillosa y un antídoto para muchos problemas de salud que aquejan a las personas en el siglo XXI. Estos son algunos aspectos en los que se ha reconocido su beneficio.

Presión arterial: Un estudio realizado por expertos australianos encontró que el 10 % de las personas con hipertensión lograba mantener sus niveles bajo control con apenas 30 minutos de exposición a la naturaleza a la semana. El trabajo plantea que la razón es que están respirando aire más puro y, como se sabe, la polución incide en la salud del corazón. Pero también creen que se debe a que la naturaleza calma a las personas y eso ayuda a bajar los niveles de estrés.

Cáncer: Expertos japoneses han encontrado que caminar por un bosque en el que se respiran los aromas de los árboles incrementa un tipo de glóbulos blancos que hacen parte del sistema inmune y que se asocian un menor riesgo de cáncer. Un estudio en el 2010 encontró que para recibir estos beneficios eran necesarios dos largos paseos por un parque durante varios días consecutivos.

Depresión y ansiedad: El trabajo de Bratman, publicado en el 2015 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, observó que bastan 90 minutos de caminata en un parque para que la gente abandone los pensamientos opresivos y repetitivos que usualmente causan ansiedad y depresión. El investigador señaló que la naturaleza ayuda a animar a la gente, pero otros sugieren que este efecto se produce por la presencia de fuentes de agua y porque las montañas emiten iones negativos que, al parecer, reducen los síntomas de estas enfermedades mentales.