Tecnología

Ciber universo en expansión

YouTube y MySpace son dos de los portales que este año demostraron ser los abanderados de la web 2.0, una versión de Internet que crece ahora más enfocada en la comunidad.

Silvia Camargo Editora de Vida Moderna de SEMANA
16 de diciembre de 2006

Hace una década los navegantes de Internet viajaban solos por la red, muchas veces a tientas, en el inmenso mar de páginas informativas que les brindaban contenido noticioso. Era como el sistema propuesto por Tolomeo, en el cual los usuarios, como planetas errantes, giraban alrededor de unos todopoderosos proveedores de información y contenido. Luego vino la explosión de la burbuja que se había creado alrededor de la red. Algunos sitios resistieron el estallido, mientras que otros desaparecieron en el ciberespacio. A pesar de la debacle, las consecuencias fueron positivas, en opinión de los expertos, pues el big bang de la red fue lo que creó las bases para una nueva Internet que hoy se expande a velocidades astronómicas y en la cual los usuarios dejaron de ser pasivos y se convirtieron en protagonistas. Ahora ellos mismos opinan, cuestionan, crean su propio contenido y lo comparten con otras personas. La red ha democratizado la participación, y los navegantes tienen una voz. Es lo que se ha denominado web 2.0, una colección de tecnologías enfocadas en el usuario que ayudan a clasificar, publicar, indicar y estratificar la información de la red.

YouTube y MySpace son apenas dos de los astros que más resplandecen en este ciberespacio en expansión, en donde se calcula que hay por lo menos 1.000 sitios que corresponden a la descripción de web 2.0. En octubre de este año, Google, el buscador número uno del mundo, pagó 1.650 millones de dólares por YouTube, un sitio de apenas 29 meses de vida que registra mensualmente las visita de 30 millones de internautas en promedio y que difunde alrededor de 100 millones de videos diarios de todos los estilos. Algo similar había sucedido ya en 2005 con MySpace.com. News Corp, del magnate Rupert Murdoch, compró por 570 millones de dólares este portal, muy popular entre los jóvenes, pues les permite intercambiar videos e interactuar socialmente.

Esta versión de Internet más participativa y orientada hacia las comunidades, según Tim O'Really, quien acuñó el nombre en 2004, no tiene una clara frontera sino más bien un núcleo gravitacional. "Se puede visualizar como una serie de principios y prácticas que conforman un verdadero sistema solar de sitios". Un principio, por ejemplo, es el aprovechamiento de la inteligencia colectiva, lo que se refleja en una práctica: la construcción de una enciclopedia virtual como Wikipedia, en la que cualquiera puede aportar sus conocimientos. Estos principios a su vez se basan en ciertas herramientas que hoy están disponibles. En el caso de Wikipedia, son los wikis, un software colaborativo que les permite a los usuarios editar los textos. Otro ejemplo es BitTorrent, precursor de programas de archivos compartidos en los que la gente puede bajar material de todo tipo al tiempo que comparte sus ficheros. En este caso, cada cliente es también un servidor y cuanto más popular sea el archivo, más fácil será descargarlo. El principio que soporta este tipo de sitios web es la ayuda. "Hay una arquitectura implícita de participación, una ética de cooperación en la que el servicio actúa como intermediario inteligente", afirma O'Reilly.

Si antes las páginas eran estáticas y el navegante debía frecuentarlas para ver si encontraba nueva información, en esta era se habla de la web viva, pues los datos llegan al usuario. El RSS, que en un principio se utilizó para anunciar la actualización de datos en un blog, es una herramienta que lo hace posible. Esta tecnología sirve para notificar al usuario cuando cambia el contenido de una página, al tiempo que le permite conectarse a esta. En cierta medida, esto significa que el navegador no es el único medio para navegar la red. Muchos sitios lo usan para sus noticias, incluidos SEMANA, The New York Times y Yahoo, pero en un futuro servirá para casi todo. "Cuando el partido de fútbol de su hijo cambie de horario, su calendario personal se actualizará de inmediato porque usted es suscriptor del alimentador del RSS", afirma Steven Levy, de Newsweek.

Delicious (www.del.icio.us.com) es otro de los sitios más representativos de la web 2.0. Es una especie de bookmark que permite guardar los vínculos a las páginas favoritas y acceder a ellas desde cualquier computador. Sus creadores le llaman un sitio web de "favoritos sociales" porque desde allí es posible ver los portales preferidos de amigos y familiares y encontrar lugares que antes no había advertido. Por su parte, Jumpcut.com deja al usuario editar sus propios videos en forma rápida y sin necesidad de ser un experto en cine. Es posible mantener el video en el anonimato, pero también lo es compartirlo con los demás, que a su vez pueden reeditarlo o mezclarlo con sus propios trabajos. El servicio de Flickr consiste en permitir a sus clientes subir fotos para que sus conocidos, y también extraños, puedan verlas.

Como se observa, lo que tienen en común todos estos sitios web es el enfoque hacia la comunidad. "Las mismas personas se autoorganizan", dijo a SEMANA Irvin Wadawsky-Berger, vicepresidente de innovación y estrategia de IBM. "Van tejiendo sus redes y lo hacen porque en la web 2.0 es más fácil que las personas se encuentren unas con otras y quieran comentar un tema. Alguien en Bogotá conoce a otro en Beijing o Munich que piensa como él".

Con este panorama, no es raro que las grandes compañías hayan volcado su atención nuevamente en Internet con sitios que involucran en forma más activa a los cibernautas y que crean sus negocios gracias al trabajo de los propios usuarios. "No sólo vienen a leer algo; vienen y hacen algo", afirmó a World News and World Report Di Ann Eisnor, fundadora del sitio platial.com, donde la gente puede publicar mapas de sus sitios preferidos. Así, los inversionistas no tienen que desembolsillar millones de dólares para iniciar un sitio web, sino que es posible hacerlo con unos cuantos miles.

El problema es que, aunque las perspectivas pintan muy bien, nadie garantiza hoy cómo estos sitios van a obtener beneficios económicos. Algunos creen que es muy dudoso que se pueda sostener un servicio como el de YouTube, que hoy es gratis, con sólo publicidad. Para Wadawsky-Berger, así como algunos negocios de la era del web 1.0 aprendieron a generar ganancias, lo mismo pasará con la web 2.0. Otros piensan que hay que enfocarse en el verdadero potencial de la web 2.0, la gente: "Las tecnologías de la información se están alejando del dinero y acercando a la comunidad", dijo a NBC Daniel Ben Orin. "Creemos que la misma energía que ha movilizado a tantos a crear Wikipedia funcionará para la lucha contra el sida, el hambre o los indigentes", agrega.

A diferencia de la web 1.0, que generó el empoderamiento de la gente, el enfoque de la web 2.0 es desarrollar ese espíritu gregario innato en todos los seres humanos. ¿Habrá una nueva burbuja a punto de explotar? ¿Esta vez sí les generará dividendos a sus socios? Como sucede en las discusiones de astrofísicos y cosmólogos con la expansión del universo, no se sabe si este crecimiento será ilimitado o si, por el contrario, el ciberespacio se contraerá de nuevo y los usuarios, cansados de navegar por las lejanas galaxias de los blogs, los wikis, los youtubes y los myspaces, regresen otra vez a la aparente seguridad del sistema solar de los grandes medios tradicionales.