Este robot es una buena herramienta para los cirujanos ya que les permite tener mayor acceso a ciertos lugares donde es difícil llegar con el bisturí, así como movimientos más precisos y versátiles. | Foto: Instituto Nacional de Cancerología

SALUD

El robot que opera en un hospital público

Al Instituto Nacional de Cancerología llegó ‘Da Vinci’, un sistema quirúrgico de alta tecnología que va a ser asequible para todos los pacientes que lo necesiten y no solo para quienes lo puedan pagar.

5 de octubre de 2017

Cada año miles de cirugías se realizan con la ciencia robótica. En Colombia funcionan alrededor de cinco de estos equipos que son capaces de llevar a cabo complicadas operaciones y hasta ahora habían estado disponibles únicamente para quienes tuvieran la capacidad económica de acceder a ellos. Pero esa es historia pasada. Hoy en día, gracias al esfuerzo del Instituto Nacional de Cancerología (INC), que es un hospital público, pacientes tanto del régimen contributivo como del subsidiado podrán beneficiarse con este sofisticado procedimiento de última tecnología.

Este robot es una buena herramienta para los cirujanos ya que les permite tener mayor acceso a ciertos lugares donde es difícil llegar con el bisturí, así como movimientos más precisos y versátiles. “El robot tiene articulaciones y muñecas que movemos como si fueran los brazos y manos de una persona en miniatura”, explica el urólogo y oncólogo Jorge Forero, quien realizó la primera cirugía robótica en el INC. Otra de las ventajas de esta tecnología es que les permite una visualización en tercera dimensión, con video de alta calidad. “Podemos ver al paciente como si estuviéramos virtualmente dentro él”, afirma Forero y añade que “esa magnificación de la imagen nos ayuda a diferenciar muy bien los tejidos para hacer las disecciones lo más precisas y exactas posibles”.

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La forma como funciona es la siguiente: el robot tiene una consola en donde se sienta el cirujano y desde donde puede maniobrar los instrumentos. “El robot reproduce milimétricamente todos los movimientos que hace el cirujano a distancia desde una consola”, explica el oncólogo Jesús Acosta, director científico del INC. “Se llama cirugía asistida por robot porque también hay un monitor externo que le permite al personal de salas estar mirando qué es lo que pasa con el robot”, agrega.

‘Da Vinci’ hace procedimientos mínimamente invasivos y por eso será un gran aliado para los cirujanos oncólogos, quienes no solo cuentan con una herramienta más precisa para llegar a donde necesiten y maniobrar más fácilmente, sino que les permitirá tener mejores resultados clínicos. “Podemos preservar estructuras que no queremos involucrar en las disecciones y esto tiene que ver con el resultado funcional del paciente”, afirma Forero. “Esto es importante para nosotros porque no es solamente tener el control de la enfermedad para preservar la vida del paciente, sino  también procurarle calidad de vida”, dice el urólogo.

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Otro beneficio de la cirugía robótica para los pacientes es que se reduce el riesgo de infección, así como el dolor postoperatorio. También, se minimizan las complicaciones durante la operación, hay menos sangrado, el tiempo de recuperación y de hospitalización es menor y se obtienen mejores resultados estéticos, pues las cicatrices que resultan tras el procedimiento son más pequeñas.

Esta tecnología está aprobada por la Agencia Regulatoria de Medicinas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) desde el año 2000. En Colombia, la cirugía robótica llegó en 2009 y se ha venido utilizando en diferentes operaciones en contadas instituciones privadas. En el caso del INC, la operación robótica estará disponible en cinco especialidades de cáncer: en cirugía de tórax, de cabeza y cuello, gastrointestinal, urología y ginecología. Se espera, que en lo que queda del año se puedan hacer alrededor de 50 cirugías, pero “cuando el programa esté funcionando a plenitud en las cinco especialidades tendremos alrededor de  200 a 300 cirugías al año”,  explica Acosta,

Se espera que la llegada de esta tecnología a una institución pública tenga un fuerte valor educativo. “Estamos generando conocimiento en técnicas de cirugía mínimamente invasiva y un protocolo de investigación prospectivo sobre el impacto que implica la implementación de esta tecnología, no solo con nuestros pacientes, sino en el sistema de salud desde el punto de vista económico”, concluye Acosta. En este momento, el Instituto Nacional de Cancerología cuenta con 10 cirujanos, dos por cada especialidad, entrenados para operar con ‘Da Vinci’.