¡CLUBES, CLUBES, CLUBES!

A pesar del oscuro panorama, en los últimos tres años en Colombia se han creado que en los 30 años anteriores.

6 de noviembre de 1989

El asunto no deja de llamar la atención. En el preciso momento en el que el país se debate en una de las crisis más agudas de los últimos tiempos y cuando el ambiente está cargado de nerviosismo, suena algo extraño hablar de un auge de clubes sociales y deportivos. Pero es así.
En los últimos tres años han surgido en Bogotá y otras ciudades del país no menos de diez clubes, muchos de los cuales ya están en funcionamiento.

Hay clubes para todos los gustos.
Están los deportivos, al estilo de los tradicionales Country y Los Lagartos que prestan servicios para toda la familia en lo referente a la recreación y que están dotados con áreas sociales y salones para reuniones. Por otra parte, están en pleno desarrollo algunos del corte del Gun o el Jockey, enfocados casi exclusivamente a la actividad social y dirigidos al mercado de los ejecutivos de primera línea, hombres que buscan un lugar apropiado y tranquilo para sus actividades sociales y profesionales. En este último rango, el de los sociales, se han implementado algunas innovaciones traídas de clubes europeos o norteamericanos, como el servicio de habitaciones y algunas actividades deportivas y recreativas con las que se busca cautivar clientela de otras ciudades, especialmente la de ejecutivos e industriales que deben viajar con frecuencia a Bogotá por motivos profesionales.

Pero, ¿qué es lo que ha provocado esta proliferación de clubes? En el caso de los sociales y deportivos, la razón principal parece ser que los clubes tradicionales se quedaron cortos para atender la creciente demanda de acciones o derechos. Así se creó un buen mercado de personas que se quedaron por fuera de Los Lagartos o el Country, en Bogotá, el Campestre o El Rodeo, en Medellín, el Colombia o el San Fernando, en Cali, o el Country o el Caujaral, en Barranquilla. Se trata, en buena parte, de hijos de antiguos socios que al casarse perdieron los derechos que tenían.
Por otro lado, el crecimiento de Colombia en los últimos 30 años ha creado una nueva clase empresarial y ejecutiva que rebasa de lejos el estrecho círculo social asociado con clubes en el pasado. Hoy el dinero está en otras manos, o por lo menos en más manos, que necesitan sus propios palos de golf.

Aunque pueda sonar extraño, la actual situación que vive el país ha contribuido al crecimiento de esta demanda. Como le dijo a SEMANA el gerente del Club Los Lagartos de Bogotá, Abel Hoyos, "los problemas de seguridad han hecho que las personas prefieran el refugio seguro y tranquilo del club a los riesgos que implica el viaje a una finca, por ejemplo.
La gente prefiere pasar un rato en un sitio en el que tiene todo, cerca a su casa, y en el que toda la familia se puede divertir sin correr peligros, especialmente en el caso de los niños. El alto nivel de ocupación de los últimos meses así lo demuestra".

DE TODOS LOS PRECIOS
Durante algo más de 30 años, a partir de la creación del Country y Los Lagartos, fueron pocos los clubes que surgieron en Bogotá. Algo similar ocurrió en las otras grandes ciudades. Las cosas comenzaron a cambiar hace cerca de tres años, cuando varios proyectos se pusieron en marcha.
Uno de los que iniciaron esta nueva racha fue el Bogotá Tennis Club, que hace cerca de dos años inauguró su sede en el norte de Bogotá. Las acciones, que hace dos años se vendían en 650 mil pesos, fueron compradas en tiempo récord y hoy en día, en caso de poder encontrar alguien que venda una, hay que contar 5 millones para hacerse a ella. El descubrimiento de esta demanda llevó a otros a la conclusión de que un mercado sin satisfacer estaba listo para ser conquistado. El Don Juan que habría de tener mayor éxito fue el Club Campestre El Guaymaral, el proyecto más serio hasta la fecha en este campo. (Ver recuadro).

Medellín no ha sido ajena a esta moda y en la actualidad hay varios proyectos para atender la creciente demanda. Ya está en marcha el Club San Lorenzo, del mismo estilo del Gun de Bogotá, que contará con salones, comedor, baños turcos y salas de juego. Se expedirán cerca de 500 acciones a un valor de entre 4 y 5 millones de pesos cada una. Para los amantes de los deportes acuáticos se creará el Club Náutico con dos o tres lagos para esquí y pesca, además de los tradicionales servicios de canchas de tenis, squash, caballerizas y pista de trote. Con mayor capacidad que el San Lorenzo, este club pondrá a la venta unas 1.200 acciones a un valor de 3.5 millones de pesos la unidad.

En Cali está a punto de ser entregado el Country Lago Club, ubicado en la salida para Jamundí, con acciones a 5 millones de pesos cada una, y en Cartagena se está fraguando un proyecto para hacer uno en Barú del que aún no se conocen datos concretos.
Lo cierto es que, si a primera vista las anteriores cifras de acciones parecen elevadas, resultan bastante económicas si se comparan con los 13 millones que cuesta una en Los Lagartos o los 19 millones de una del Country, si es que se consiguen.

EL CASO ANAPOIMA
Otro caso especial es el de Anapoima. Desde hace algún tiempo esta población, ubicada a hora y media de Bogotá, resurgió como veraneadero preferido de la high bogotana. Con su cercanía a la capital y su clima seco y agradable, Anapoima desplazó a Melgar y Girardot como alternativa de tierra caliente. Lo único que le faltaba era el club y a falta de uno surgieron dos. Por la procedencia de sus socios y por su ubicación, tanto el Anapoima Club Campestre como el Club Altos de Chicalá se han dirigido al mercado bogotano. El primero de ellos, el Anapoima, ya vendió la gran mayoría de sus 550 acciones que en la actualidad están en cerca de los 6 millones cada una. Cuenta con cabañas, piscina, un campo pequeño de golf y una amplia zona social.

El Altos de Chicalá, por su parte presta servicios muy similares a los de su competidor - menos el de cancha de golf -, pero sólo puso a la venta 250 acciones, a 8 millones la unidad.
En términos generales, el Chicalá podría ser considerado más elegante y el Anapoima más informal y juvenil.

NUEVAS ALTERNATIVAS
Los clubes eminentemente sociales al estilo del Gun o el Jockey, también están sobre el tapete. Al estar copada la capacidad de estos dos, los de mayor tradición, se creó la necesidad de nuevos clubes y nuevas fórmulas para esa franja de la sociedad que busca un sitio idóneo para sus reuniones sociales o de trabajo y, sobre todo, para los almuerzos de negocios. El Metropolitan Club y el Club El Nogal nacieron como una respuesta a esa demanda y ofrecen servicios similares.
El Metropolitan, ubicado en los cerros orientales a la altura de la calle 77, aparte de los servicios obligatorios de salones para convenciones y reuniones, restaurantes y oficinas, ofrece un hotel de 15 habitaciones dos canchas de tenis, squash, piscina, gimnasia y sauna. Hace mes y medio se pusieron en venta sus 825 acciones, de las que hasta el momento se ha vendido un 30%, a un precio que en la presente semana alcanzó los 3.5 millones de pesos. Servicios similares presta El Nogal, en la carrera 7a. con calle 78. Pero para un número muy superior de socios: 2.500. El precio de la acción es de 4.5 millones de pesos. Estos dos clubes, situados en plena ciudad, cuentan con extensiones de terreno limitadas y se basan exclusivamente en la funcionalidad y amplitud de sus edificaciones. Con la inclusión del servicio de habitaciones aspiran a captar socios de otras ciudades, que vienen a Bogotá por negocios, así como el interés de compañías que compren la acción para sus ejecutivos.

Lo cierto de todo esto es que la mayor parte de esta actividad se centra en Bogotá. Hasta el momento han aparecido por lo menos 10 nuevos clubes con acciones que superan los 3 millones de pesos. Este hecho ha comenzado a inquietar a algunos de los nuevos empresarios del ramo, que temen que haya una saturación del mercado que los obligue a demorar la colocación de acciones o, en el peor de los casos, a bajar el precio. De manera paralela, este hecho trae problemas adicionales como el de la selección de los socios, ya que ante una situación apremiante es posible que algunos clubes decidan rebajar sus requisitos de aceptación.

Pese a todo, la fiebre continúa.
Hay proyectos para un club de caza en los Llanos Orientales. Se está pensando en uno más para ejecutivos en cercanías de Hato Grande, en las afueras de Bogotá, y está renaciendo la idea del time sharing (tiempo compartido) en la que una persona compra el derecho a pasar una temporada en un hotel una vez al año. Esta modalidad se utilizó en el Hotel Capilla del Mar en Cartagena y en el Hotel Club Acuario de San Andrés, sin que hasta el momento la acogida fuera la que se esperaba.
En resumen, se trata de toda una gama de posibilidades para un sector de la población que está en busca de nuevas y cómodas alternativas de recreación. Mientras muchos creen que el país está entrando en un túnel sin salida, las cifras de clubes demuestran que parecen ser más los que creen que los mejores días están por venir.

¿QUE OFRECEN?
COUNTRY CLUB
Acción: $19 millones
Cuota mensual: $39.500
No. Socios: 1.195
25 Canchas de tenis
3 Ganchas de squash
2 Piscinas
Golf
Gimnasio
Fútbol
Salón de juegos
Caballos

ANAPOIMA CLUB
Acción: $6.2 millones
Cuota mensual: $15.000
No. Socios: 550
Area: 12 fanegadas
Tenis
Squash
Piscina
Mini - Golf
Fútbol
Habitaciones
Salon de juegos

LOS LAGARTOS
Acción: $13 millones (aprox.)
Cuota mensual: $28.000
No. Socios: 1.100
Area: 126 hectáreas
24 Canchas de tenis
2 Squash
2 Piscinas
Golf
Fútbol
Lago
Salón de juegos

ALTOS DE CHICALA
Acción: $8 millones
No. Socios: 250
Area: 14 fanegadas
Tenis
Squash
Piscina
Fútbol
Habitaciones

GUN CLUB
Acción: $8 millones
Cuota mensual: $28.400
No. Socios: 700
Area: 4.500 varas 2
Squash
Salón de juegos

BOGOTA TENNIS
Acción: $5 millones
Cuota mensual: $17.500
No. Socios: 550
Area: 8 fanegadas
10 Canchas tenis
4 Canchas squash
Piscina
Gimnasio
Mini - fútbol
Salon de juegos

EL GUAYMARAL
Acción: $7.9 millones
No. Socios: 895
Area: 100 fanegadas
20 Canchas de tenis
4 Canchas de squash
Piscina
Golf
Gimnasio
Fútbol
Salón de juegos
Caballos

METROPOLITAN
Acción: $3.4 millones
No. Socios: 825
Area: 4 fanegadas
2 Canchas tenis
2 Squash
Piscina
Gimnasio
Habitaciones

EL NOGAL
Acción: $4.5 millones
No. Socios: 2.500
Area: 8.000 varas2
6 Canchas de squash
Piscina
Habitaciones
Salón de juegos

COUNTRY (Bquilla.)
Acción: $6 millones (aprox.)
Cuota mensual: $33.000
No. Socios: 1.783
Area: 200 hectáreas
8 Canchas tenis
Piscina
Golf
Gimnasio
Mini-futbol
Salon de juegos

CAMINO REAL
Acción: $5 millones
No. Socios: 463
Area: 16 fanegadas
7 Canchas tenis
2 Canchas squash
2 Piscinas
Habitaciones
Salon de juegos

COUNTRY LAGO (Cali)
Acción: $1.9 millones
Cuota mensual: $15.000
No. Socios: 2.200
Area: 450.000 m2
Tenis
Squash
Piscina
Lago
Salón de juegos

LA HACIENDA
Acción: $2.5 millones
No. Socios: 845
Area: 20 fanegadas
20 Canchas tenis
2 Canchas squash
2 Piscinas
Mini - golf
Salón de juegos
Caballos

EL OLIVAR
Acción: $4 millones
No. Socios: 850
Area: 20 hectáreas
Tenis
Piscina
Habitaciones
Salón de juegos

EL GUAYMARAL

EL LIDER DE LOS NOVATOS
De los nuevos clubes, el que hasta el momento ha tenido más éxito es el Guaymaral, que empezó a diseñarse hace ya dos años y cuyas acciones comenzaron a venderse en diciembre del año pasado.

Muchas personas no podían ingresar al Country o a los Lagartos por razones de cupo con el ánimo de ofrecer una solución, se reunieron Rudolf Kling, Jorge Ramírez Ocampo, Rafael Montejo y Santiago Arango. Para ello compraron 100 fanegadas en el kilómetro 17 de la Autopista Norte, en terrenos de la Hacienda Mudela del Río y crearon la Promotora Andina de Recreación, empresa que está al frente del programa.

La primera tarea fue definir las características del mercado, para lo cual se contrató un estudio en profundidad con Consumer. Esta investigación permitió definir las preferencias del público: 20 canchas de tenis, 4 de squash, piscina cubierta, gimnasio, equitación con 60 pesebreras, pista de salto y picadero, y una sede social.
Pero, además, la encuesta mostró que no era concebible un club campestre de alta categoria que no tuviera una cancha de golf de 18 hoyos, par 72, con especificaciones para competencias internacionales. Más aún, muchos de los socios potenciales querían que su club les ofreciera facilidades para ciclismo y jogging.

Se consideró necesario, además, utilizar los servicios de Ciary Player Desing Company para asegurarse de que la cancha de golf llenara los requisitos internacionales, y que todas las especificaciones técnicas y administrativas del club cumplieran los requisitos de excelencia que exigía el mercado.

Para ofrecerle a los futuros miembros del club absoluta confiabilidad en el manejo de los recursos financieros y para garantizarles el cumplimiento de las especificaciones ofrecidas, se contrataron los servicios de Fiduciaria Skandia. Era la primera vez que se ofrecia este tipo de garantia en Colombia, donde el incumplimiento en este campo ha sido uno de los principales problemas en el pasado.

El diseño de la sede del club fue el resultado de un concurso en que participaron cuatro de las más prestigiosas firmas de arquitectos de la ciudad. Finalmente se escogió a PAC, una firma de arquitectos jóvenes, que se encargaron de darle forma al proyecto .

Toda esta tarea concluyó hace más de un año y fue en ese momento cuando comenzaron las ventas.

Hoy El Guaymaral es una realidad.
Ya tiene más de 720 socios, del total de 895; el proceso de construcción va viento en popa. Y las acciones que se cotizaban a $4 millones cuando comenzaron las ventas ya han llegado a los $8 millones. ¿Qué lleva a la gente a pagar sin titubear una cifra de esta naturaleza? Como le dijo uno de los socios de Guaymaral a SEMANA, "La acción de un buen club sólo se compra una vez en la vida".