En el país a penas se cuenta con unos 48 equipos para realizar este procedimiento y la mayoría están ubicados en entidades de salud privadas. | Foto: Archivo SEMANA

CÁNCER

The Economist: Colombia, regular en el control del cáncer

Un reciente estudio que analizó la atención de la enfermedad en 12 países de América Latina ubicó a Uruguay como el país que mejor lo hace y a Bolivia en el último lugar. Colombia está en la mitad de la puntuación.

6 de julio de 2017

El cáncer es un tema que cada vez toma más fuerza en el debate nacional. En Colombia, es la segunda causa de muerte y se espera que para 2035 los casos se dupliquen. Aunque más personas están recibiendo atención médica, las barreras de acceso no solamente en el país, sino en América Latina hacen que esos esfuerzos se tornen insuficientes y las inequidades se vean más marcadas entre la población pobre y de áreas rurales.

Con el fin de evaluar estos factores, The Economist Intelligence United adelantó el estudio "Control del cáncer, acceso y desigualdad en América Latina: una historia de luces y sombras", hecho en 12 países de América Latina: Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile, Perú, Colombia, Ecuador, Panamá, Costa Rica y México. El reporte mostró que en general toda la región debe mejorar sus políticas de control del cáncer. “La tabla de puntuación muestra que varios países de la región han implementado o reforzado sus planes nacionales de control del cáncer. Sin embargo, a menudo tales planes no son lo suficientemente abarcativos y tienen financiación insuficiente”, afirmó Martin Koehring, editor jefe a cargo de Salud Global y Liderazgo de Reflexión en The Economist.

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La investigación comparó varios indicadores para analizar las políticas y programas diseñados para reducir la inequidad en la atención al cáncer en la región. Las categorías evaluadas fueron: planeación, monitoreo y registro, disponibilidad de medicamentos, prevención y detección temprana, disponibilidad de radioterapia y finanzas. Según el reporte, Uruguay, Costa Rica y Chile fueron los casos más exitosos en cuanto a reglamentación, prevención y acceso a medicamentos oncológicos, pues obtuvieron calificaciones similares a las de países desarrollados. Por su parte, Paraguay y Bolivia se mostraron como los países donde las dificultades para la ejecución de programas para luchar contra el cáncer eran más evidentes. Colombia se ubicó en sexta posición superada además por México y Brasil.

Específicamente, en cuanto a los resultados del país, según el estudio, Colombia tiene uno de los desempeños más bajos en cuanto a la disponibilidad de radioterapia. Este problema de infraestructura es verdaderamente complicado pues se calcula que en el país a penas se cuenta con unos 48 equipos para realizar este procedimiento y la mayoría están ubicados en entidades de salud privadas.

En cuanto a los registros y monitoreo de la enfermedad, Colombia cuenta con uno de los más antiguos que es el de Cali. Sin embargo, los existentes no son suficientes ya que cubren apenas del 12 por ciento de la población. En relación a la prevención y detección temprana, programas como la vacunación contra el VPH para prevenir el cáncer de cuello uterino y el seguimiento de la leucemia pediátrica aguda, hicieron que Colombia obtuviera un 3. Sin embargo, en otros aspectos como el déficit en el screening, que permite diagnósticos tempranos; la falta de políticas claras para desalentar el consumo de tabaco y azúcar y la inequidad en la atención entre los distintos regímenes, el país sigue en deuda.

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Sobre las finanzas, según el informe, el gasto público en salud es de 5,4 por ciento del PIB, por debajo de la inversión de países más desarrollados (7,4%). Esto evidencia que el presupuesto nacional no se adapta a la realidad epidemiológica y sigue siendo insuficiente para tratar esta enfermedad. Por su parte, a pesar de que el 98 por ciento de los colombianos tienen cobertura de salud, en el país persiste una fragmentación y desigualdades que se traducen en dificultades para los pacientes y cada día más barreras de acceso.

En consecuencia, era de esperar que la disponibilidad de medicamentos fuera una de las puntuaciones más bajas que obtuvo el país, entre otras cosas, por el escaso nivel de aprobación de terapias innovadoras y el trancado acceso a los medicamentos más modernos para los usuarios del plan de beneficios. “Lo que vemos es que muchas veces los pacientes tienen que ir a la justicia para tener acceso a los medicamento y esa para Colombia es una de las áreas con más debilidad” asegura Irene Mia, lider de la investigación.

En el punto que más sobresalió el país fue el de planificación, en el cual obtuvo un puntaje de 4. Esto porque Colombia cuenta con el Observatorio Nacional del Cáncer que hará el registro de datos hasta 2021 y la Cuenta de Alto Costo (CAC) del Ministerio de Salud, que tiene la responsabilidad de recopilar y auditar la información sobre cáncer.

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En conclusión, aunque los esfuerzos por mejorar estos indicadores han aumentado, los planes no son efectivos porque aunque la mitad de los países tiene un programa contra el cáncer aprobado, la mayoría están desactualizados. En cuanto a los registros de cáncer, persisten problemas con la recolección de datos de calidad y la cobertura del monitoreo. Adicionalmente, las altas tasas de diagnósticos tardíos, recursos insuficientes y los sistemas fragmentados siguen siendo problemas sin estrategias efectivas para ser superados.

“Los recursos limitados que se dedican al control del cáncer no son el único problema en América Latina. Nuestro estudio muestra que el principal problema es la distribución ineficiente de los mismos”, señala Kohering y concluye diciendo que “los responsables políticos tienen que tomar en cuenta estas inequidades para asegurar el progreso permanente del control del cáncer”.