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PSICOLOGÍA

Cómo elegir el regalo perfecto

Regalar es una ciencia. Los psicólogos recomiendan aplicar estas claves para no gastar en vano el dinero esta Navidad.

12 de diciembre de 2015

El arte de hacer regalos está lleno de frustraciones: si bien todos quieren dar el detalle perfecto, no siempre el destinatario queda feliz. Para evitar ese desfase, que los economistas llaman peso muerto porque implica que todos pierden, la ciencia se ha puesto en la tarea de estudiar los intríngulis de este acto. Las conclusiones de sus estudios indican que los compradores cometen muchos errores, la mayoría basados en mitos sin fundamento sobre cómo escoger el mejor presente.

Una de esas equivocaciones es creer que mientras más caro sea el objeto, más apreciado será. Los estudios señalan que quien recibe un regalo realmente valora por sobre todo su conveniencia, su facilidad de uso y su utilidad. Estudios realizados por Nathan Novemsky, profesor de mercadeo de Yale, muestran que, por ejemplo, entre la opción de regalar un bono para un restaurante italiano y uno francés, el factor decisorio debe ser la conveniencia de quien recibirá el regalo. Según el experto, el que esté más cerca para esa persona es el mejor, aunque el otro tenga estrellas Michelin.

Estudios hechos por el psicólogo Francis Flynn refuerzan esta idea. En uno de ellos, los participantes les dieron el mismo valor a regalos tan disímiles en costo como un iPod, un libro, un vino y una joya. La evidencia científica muestra que, ante todo, hay que ser muy prácticos. Por eso es mejor regalar algo que la persona necesita, sin olvidar que se debe dejar una huella de sí mismo en ese objeto. Así lo demostró un trabajo publicado en la revista Journal of Experimental Social Psychology que concluyó que regalar algo que refleje sus propios gustos y estilo suele dar buenos resultados.

El experimento se hizo con 122 estudiantes universitarios divididos en dos grupos. A unos se les pidió que regalaran algo que les gustara a ellos mismos, mientras a los demás se les indicó escoger el regalo con base en su conocimiento de la otra persona. Al final, quienes recibieron los regalos se sintieron más felices cuando representaban algo de quien los ofrecía.

Otros expertos refuerzan esta idea al concluir que la mejor manera de regalar es, como dice Novemsky, “pensar que usted es quien va a disfrutar el regalo”. Los estudios también han demostrado que regalar experiencias es más efectivo que dar objetos cuando se quiere reforzar una relación de amistad. Un bono para un masaje, una invitación a comer o una tarde de spa son “formas altamente efectivas de hacer gasto prosocial”, dice la experta Cindy Chan.

A la hora de regalar tampoco hay cabida para romanticismos. Aunque la mayoría cree que lo ideal es llegar con algo que esa persona no imagina, los estudios indican que la gente no quiere sorpresas y aprecia más los regalos solicitados. De modo que preguntar qué quiere podrá ser poco romántico, pero es la manera más expedita de llegar con el regalo perfecto.

Según la ciencia, la plata contante y sonante siempre está en el número uno de la lista de mejores regalos, aunque a muchos les parezca que dar efectivo sea de mal gusto o la opción más fácil para salir bien librado. Pero, como dice Nicholas Epley, profesor de ciencias del comportamiento de la Universidad de Chicago, lo que cuenta no es la intención sino el regalo. El hecho de que la gente se haya tomado tiempo para pensar y buscar un detalle para el otro no aumenta el aprecio por ese obsequio.

Dar dinero, sin embargo, no es una opción para todos. Por eso otra posibilidad tan exitosa como el efectivo son los bonos para comprar libros o discos. Se ha detectado que la gente que los recibe los gasta en cosas que nunca habría comprado por su cuenta.

Ojo. La gente quiere recibir regalos. Por eso hay que tener cuidado con hacer donaciones a nombre del receptor del presente. En una investigación en la que los participantes debían escoger entre regalar tres objetos o tres obras de caridad, el 40 por ciento de ellos decidió hacer una donación porque consideró que sus rasgos altruistas serían bien vistos. Estaban equivocados. La mayoría de las personas a nombre de quienes se hizo ese regalo habría preferido un regalo para ellos. “Una esposa dijo que este tipo de regalos muestra que su esposo se preocupó más por el mundo, pero no por ella”, señala Lisa Cavanaugh, experta en psicología del consumidor de la Universidad del Sur de California.

Lo recomendable es solo hacerlo con personas muy allegadas, como los papás, pero nunca con amigos ni con la pareja, especialmente si esa relación está en la cuerda floja. En todo caso, lo mejor es dar la oportunidad a la persona obsequiada de que escoja la obra de caridad.

Si no tiene un regalo bueno, no crea que un lindo empaque lo va a mejorar. Más bien puede generar altas expectativas y llevar a una desilusión cuando la persona lo abra. Por esto, Novemsky solo recomienda una gran presentación cuando el regalo es excelente, pues “ni un moño bonito ni el mejor papel ayudan a mejorar un regalo imperfecto”, dice. No lo dañe con un complemento. Un trabajo publicado en The Journal of Consumer Research encontró que regalar un horno microondas, por ejemplo, y complementarlo con unas cucharas de palo para cocinar es un error. “En este caso la estrategia de más es peor”, dice Kimberly Weaver, autora del trabajo y profesora de mercadeo en Virginia Tech. Esto sucede porque la gente en el subconsciente hace un promedio de los precios de cada componente del regalo y uno pequeño hace perder valor al más costoso. Eso se vio en un experimento con 54 personas a las que se les preguntó que valía más, si un iPod solo o uno con canciones incluidas. El cálculo del costo de este último fue 65 dólares menos, a pesar de que costaba más.

Un consejo para mujeres que apenas comienzan una relación: un mal paso y esta se podría terminar. Un estudio de la psicóloga Elizabeth Dunn, de University of British Columbia, en Canadá, mostró que a las mujeres no les importa qué les den en estas etapas del noviazgo, pero sí a un hombre, quien ante un regalo equivocado podría pensar que él y su novia no son compatibles. Se recomienda dar algo relacionado con una actividad en la que sepa que coincidan.

A pesar de ser una tarea a la que toca invertirle tiempo y dinero, hay que regalar. Y la razón es que se trata de una gran experiencia, especialmente para quien obsequia. En un estudio realizado por Dunn, experta en felicidad y dinero, le preguntaron a 16 adultos qué hicieron con un bono que recibieron en su empresa a final de año. La sorpresa fue encontrar que la mayoría prefirió gastarlo en otros que en ellos mismos y que la felicidad reportada fue mayor cuando gastaron esa plata en regalos u obras de caridad. Este estudio coincide con evidencia científica anterior que revela que todos, desde los niños hasta los viejos, se sienten mejor cuando dan un regalo que cuando lo reciben.

Lo importante es no complicarse. Piense en qué le gustaría que le dieran a usted, no tenga miedo de preguntar qué quieren que regale y, ante todo, dé cosas útiles que no necesariamente sean muy costosas. Y piense que si a ellos no les gusta, no es el fin del mundo. Esas personas están en todo su derecho de cambiarlo, reciclarlo o quedarse con él.