Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 17,5 millones de personas fallecen cada año por una enfermedad del corazón. | Foto: © Natalie Faye/Corbis

SALUD

¡A cuidar el corazón!

Expertos dicen cómo cuidar este órgano vital que hace las veces de motor del cuerpo.

29 de septiembre de 2016

El conjunto de enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 17,5 millones de personas fallecen cada año por una enfermedad del corazón y si no se cambian hábitos, se estima que en 2030 sean 23 millones las muertes asociadas a estas afecciones.

El panorama es preocupante. Por lo menos en Colombia, una de cada tres muertes está relacionada con accidentes cardiovasculares, entre las que se incluyen las trombosis, las enfermedades cerebrovasculares, las cardiopatías coronarias, congénitas y reumáticas, las embolias pulmonares y las arteriopatías.

Algunos factores de riesgo de estas patologías no son modificables, como la edad, el sexo, la raza o causas genéticas. Pero, el 80% de esas circunstancias que nos hacen más vulnerables se pueden prevenir simplemente mejorando estilos de vida. Semana.com le cuenta algunos puntos clave para cuidar más efectivamente de su salud cardiovascular.

La alimentación es lo más importante: Una persona obesa es alguien que está más cerca de sufrir una falla cardiaca, por eso es necesario llevar una dieta sana para el corazón. Esto significa que los alimentos sean bajos en grasas trans y saturadas, azúcar y sal. El cardiólogo Alonso Merchán asegura que la clave es una dieta balanceada, donde “se puede comer de todas las carnes, pero también ensaladas, frutas y verduras e inclusive pequeñas cantidades de carbohidratos”.

Además, es importante cuidarse del colesterol LDL. Algunos alimentos que pueden ayudar a reducir este colesterol malo pueden ser los cereales integrales, pescados como el salmón, el aguacate, verduras de hojas verdes y legumbres como los garbanzos y lentejas, así como el té verde y frutas como la manzana.

Moverse más: Otro de los enemigos de un corazón sano es el sedentarismo, por eso es importante promover la actividad física. “El ejercicio depende de la edad, pero en promedio se debería caminar al menos 30 minutos al día a paso rápido y unas cinco veces por semana”, explica Merchán y añade que el ejercicio de pesas con baja carga y haciendo series repetitivas de brazos y piernas de manera suave ayuda a controlar el peso.

Otras prácticas recomendadas pueden ser la natación, andar en bicicleta y yoga. Hacer ejercicio de forma regular puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca hasta en un 50%. Para quienes ya presentan un problema coronario, la actividad física reduce las posibilidades de morir por esta causa hasta en un 30%.

Cambiar los malos hábitos: Es unánime la recomendación de los médicos de dejar atrás el cigarrillo, pues fumar es uno de los hábitos que más perjudican al corazón. Es similar la recomendación en cuanto al consumo de alcohol.

Por otro lado, es importante descansar y dormir bien, así como mantener a raya al estrés y controlar las emociones negativas. “Si nosotros mismos no cuidamos nuestro corazón (a pesar del amor), no lograremos prevenir un desenlace cardiovascular. Lo contrario, nos permitirá vivir con mejor cantidad y calidad de vida productiva en compañía de nuestros seres que amamos y que nos aman”, aseguró Enrique Melgarejo, presidente de la Sociedad Colombiana de Cardiología, durante una campaña de educación sobre salud cardiovascular.

La combinación de conductas saludables permitiría disminuir hasta en un 70% la aparición de las enfermedades del corazón y mejorar la calidad de vida en general.

Estar atentos a los riesgos y visitar al médico: Uno de los factores de riesgo no modificables es la genética. Es decir, que si en la familia alguna persona ha sufrido de algún accidente cardiovascular antes de los 55 años, el riesgo aumenta para la descendencia. Por esta razón, quienes tengan historia de accidente cardiovascular en la familia deben cuidar con más atención su dieta y hábitos, así como visitar al médico con más frecuencia. 

Otro factor no modificable es la edad, “en los hombres, por encima de 45 años empieza a aumentar el riesgo de enfermedad coronaria. En las mujeres empieza a aumentar a partir de los 55 años”, explica Merchán. En esos momentos, la visita al médico se convierte en un compromiso ineludible. La recomendación es que las personas con algún factor de riesgo, se hagan una revisión exhaustiva de triglicéridos, colesterol y tensión arterial por lo menos cada año.

Cuidar a los niños: Los índices mundiales de sobrepeso infantil están en aumento, lo que es una alerta porque eso se traduce en que cada vez personas más jóvenes están sufriendo de enfermedades coronarias. Promover una alimentación sana y balanceada, así como actividad física regular fomentará una educación que ayudará a prevenir el aumento de adultos enfermos.