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ENTREVISTA

“En Colombia hay 480.000 pedófilos y la pregunta es dónde están"

El psiquiatra José Posada habló con Semana.com a raíz del caso de Yuliana, la niña de 7 años que murió después de ser abusada sexualmente.

6 de diciembre de 2016

Semana.com: ¿La persona que tiene relaciones sexuales con un menor es un pedófilo?

José Posada: No necesariamente. Con toda seguridad es pederasta.  Algunos son pedófilos pero no abusan de menores mientras que el pederasta sí actúa sobre sus fantasías. Yo puedo ser pedófilo de pensamiento pero no actuarlo. El pederasta sí actúa frente a esos deseos.

Semana.com: ¿Este comportamiento es considerado una enfermedad?

J.P.: Sí, la definición técnica clásica es que una persona con trastorno pedófilo siente interés sexual por niños o niñas y eso le provoca malestar o dificultades en sus relaciones o le lleva a cometer agresiones o a ver pornografía infantil.

Semana.com: ¿Cuántas  personas sufren este trastorno?

J.P.: Uno de cada 20 hombres ha tenido fantasías con niños o niñas. Y eso no quiere decir que sea pedófilo. Pero se calcula que el 1% de la población general sufre de trastorno de pedofilia y eso significa que en Colombia debe haber 480.000 pedófilos. La pregunta es dónde están y qué estamos haciendo con ellos.

Semana.com: ¿Hay manifestaciones que puedan intuir que una persona padece el trastorno?

J.P.: No hay un perfil porque es una mezcla de rasgos psicológicos de diferente tipo y la mayoría pasa desapercibido. Lo que se sabe es que esto no tiene que ver con clases sociales pues se da en todas, y en las diferentes razas y sin importar el nivel de escolaridad.

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Semana.com: en el caso de la niña de 7 años, ¿se puede decir que su agresor es pederasta?

J.P.: Yo no conozco al señor pero me atrevo a decir que es pederasta, pero no sé si sea pedófilo. Las estadísticas dicen que uno de cada dos casos de abuso sexual es por pedofilia pero hay otros casos que son realizados por sociópatas. En este caso podría ser una mezcla.

Semana.com: ¿Por qué se da la pedofilia?

J.P.: En este tema hay muy poca investigación definitiva pero lo que se sabe es que se nace con la predisposición. No se hereda de los papás. Esto que quiere decir, que hay evidencias científicas que indican que posiblemente hay elementos antes de nacer que predisponen, entre ellos cambios hormonales de la mamá durante la formación del feto.

Semana.com: Se dice mucho que los niños y niñas que sufren de abuso pueden tener este comportamiento en el futuro. ¿Qué hay de cierto?

J.P.: Esa teoría se desvirtúa cuando vemos que el 90 % de los pedófilos son hombres y más o menos 15 son mujeres y son ellas las que más abuso sufren de chiquitas. Si esa teoría fuera verdad serían más pedófilas las mujeres que los hombres. El pedófilo viene al mundo programado para serlo y por supuesto la educación y la crianza hacen su parte.

Semana.com: ¿Entonces ellos no tienen la culpa?

J.P.: El pedófilo no elige serlo ni tiene la culpa de ello, pero eso no lo exime de la responsabilidad de sus actos. La pedofilia es una parafilia igual que el fetichismo o que el sadomasoquismo pero en estas si no le hace daño a alguna persona involucrada, pues no hay ningún problema. Pero con la pedofilia siempre hay problema porque el niño no puede escoger. La única opción para ellos sería limitarse a sus fantasías porque a nadie lo pueden condenar por pensar cosas pero si las hace sí es responsable.

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Semana.com: ¿Qué debe hacer la familia frente a estos pacientes?

J.P.: Si un hijo mío me dijera que es pedófilo y no ha actuado esas fantasías hay que buscarle ayuda profesional inmediata, llevarlo al psiquiatra. Pero si ya ha actuado hay que denunciarlo a la policía. 

Semana.com: ¿Entonces para el pederasta no hay tratamiento sino cárcel?

J.P.: Hasta este momento hay múltiples modalidades de tratamiento pero ninguna ha probado fehacientemente que sea útil. De hecho no se cura, al igual que la mayoría de trastornos mentales,  pero se puede hacer tratamiento para controlar los impulsos. Hay varias alternativas y la que más se ha estudiado es la terapia cognitiva comportamental. No desaparece el trastorno pero si ayuda a modular los pensamientos distorsionados que estos pacientes tienen (que sus actos no hacen daño, que es una forma de enseñarles a los niños sexualidad, que les gusta, etc). Se han enseñado otros métodos farmacológicos que  disminuyen el deseo sexual pero con estos el trastorno sigue igual. 

Semana.com: ¿Hay alguna manera de detectarlo a tiempo?

J.P.: Estos trastornos aparecen en la adolescencia. En esa época a un muchacho le aparece su orientación sexual bien sea hetero, homo o pedófilo. Hay pocos casos  en que aparece después. La confianza que generen padres en sus hijos puede ayudar para que ellos cuenten con toda facilidad lo que viven y se ofrezca tratamiento psiquiátrico para que puedan manejar sus impulsos  y no llegar a actuar. Como en cualquier  trastorno impulsivo, como el alcoholismo, se puede brindar ayuda para que controle el impulso. 

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Semana.com: ¿Este trastorno, como otros mentales, genera estigma?

J.P.: Es el que más estigma produce. Y esa es la complicación pues en la medida en que se estigmatiza la persona van a reprimir y esconder más su condición mental y esconderla y así serán más difíciles la ayuda y la prevención. Debido al estigma no hay estudios científicos y los que se han hecho han sido en personas condenadas y juzgadas. Por eso no hay perfil claro.

Semana.com:¿Cómo se puede prevenir?

J.P.: Tanto el Estado, como la familia y la sociedad pueden hacer cosas preventivas para evitar que estas personas actúen y no sean delincuentes. Se puede educar a niñas y niños. La idea es proponerles comportamientos protectores de abusadores ya sean pedófilos o no. En el tema de los tocamientos, hablarles de qué clase de caricias son correctas pero cuáles son inadecuadas e inaceptables. Que el niño sepa dónde no se puede tocar.