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ESTUDIO

¿Quién es el responsable de su salud?

Muchas personas creen que gozar de buena salud es una cuestión de suerte o un regalo divino. Estar en condiciones físicas óptimas depende del autocuidado y un juicioso control médico.

23 de noviembre de 2016

Un estudio realizado por la Fundación Saldarriaga Concha que indagó sobre la percepción de salud en la población de la tercera edad en el país descubrió que estas personas con frecuencia hacen un vínculo entre el buen estado de salud y la fe religiosa. Es decir, que aparezca o no una enfermedad o que se goce o no de buena salud está ampliamente vinculado con la voluntad de un ser supremo y no con llevar un estilo de vida saludable o un tratamiento médico. 

“La enfermedad se ve como algo que se ‘debe evitar’, pero no hay una clara relación entre las acciones preventivas y el bienestar”, dice el estudio. Preocupa que a la salud se le dé un valor tan fortuito y que las personas cuenten con poca información sobre cómo pueden mejorar su estilo de vida para que envejecer no sea sinónimo de enfermedad.

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El médico ocupacional Javier Ríos explica que es importante que desde temprano a las personas se les empiece a educar sobre cómo mantener su salud. “En los colegios se debe educar a los niños sobre prácticas y hábitos para mantenerse saludables. Y la población en general debería tener suficiente información sobre las enfermedades que más nos aquejan porque gran número son prevenibles”, afirma.

Enfermedades como las cardiovasculares, las disfunciones sexuales, la diabetes e incluso algunos tipos de cáncer, como el de pulmón, se pueden evitar llevando buenos hábitos de vida como una dieta balanceada, ejercicio regular, control del estrés, y evitando el consumo de tabaco, alcohol y sustancias psicoactivas.

A través del autocuidado se puede prevenir la obesidad, que es el desencadenante de otras enfermedades crónicas. También se evitan problemas de la piel al aplicar protector solar todos los días. Mantener la mente activa reduce las posibilidades de presentar deterioro cognitivo y con una buena alimentación estamos preparando el cuerpo para tener una vejez saludable.

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Pero “autocuidarse también se trata de entender la responsabilidad de visitar al médico y seguir con disciplina las prescripciones médicas”, dice Ríos. “Las personas tienden a autodiagnosticarse y automedicarse. Esa es una práctica irresponsable porque se pueden estar escondiendo patologías o se evita que se haga un tratamiento oportuno”, añade el médico. Son los profesionales de la salud quienes pueden guiar de mejor manera cómo llevar una vida saludable, pues tienen los conocimientos para  comprender lo que pasa en el organismo.

Los chequeos médicos frecuentes son parte importante de este autocuidado para mantener en niveles adecuados la tensión arterial, el colesterol y el azúcar. En el autocuidado se está incluye tener la capacidad de cuidar heridas leves o atender lesiones sin complicaciones desde casa. Educarse en esta área es importante para saber cuándo se puede atender un asunto médico en el hogar y cuándo es necesario consultar al médico o qué hacer ante una situación de emergencia.

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Responsabilizarse por la propia salud permite no sólo conocernos mejor, sino mejorar la calidad de vida y es un paso muy importante en el momento de prevenir afecciones graves y llegar a tiempo a un tratamiento. “Mantenerse saludable también significa un beneficio para el sistema de salud, que podría invertir esos recursos que usa tratando enfermedades graves y prevenibles en tratamientos más innovadores o ampliando su cobertura”, concluye Ríos.