El experto norteamericano Peter Coffee, en diálogo con Semana.com cree que en un mundo global, la innovación no es un proceso de patentes o derechos de propiedad intelectual, sino un problema de confianza y respaldo del público hacia un producto. | Foto: Archivo particular.

TECNOLOGÍA

Computación en la nube: más allá de la moda

Las empresas necesitan recurrir al “Cloud computing” para mantenerse vivas en el mundo competitivo de hoy, afirman expertos.

Álvaro Montes
15 de julio de 2013

La nube es la tendencia dominante hoy en el mundo de la tecnología para negocios. Montones de empresas están acudiendo a servicios de terceros para que administren sus aplicaciones y procesos sobre plataformas Web, bajo el enfoque de disponer de ellas desde cualquier lugar y desde cualquier dispositivo. 


No se trata del 'outsourcing' tradicional, sino de un nuevo paradigma basado en Internet, que estimula estrategias innovadoras en los negocios y en la vida de las organizaciones. Al menos eso piensa el experto Peter Coffee, invitado esta semana a Bogotá para hablar sobre “cloud”, el tema tecnológico de moda. La “economía de conexión” como él la llama, es un escenario en donde las empresas se comunican de un modo nuevo con sus clientes (un modo basado en las redes sociales y la conectividad digital) y se ven obligadas a innovar para sobrevivir. 

“No estamos buscando simplemente un enfoque barato de TI para las empresas, sino una nueva manera de pensar los negocios”, explica Coffee, quien es vicepresidente de innovación en Salesforce, una de la consultoras más fuertes del mundo en el segmento de tecnología de negocios. En su opinión, la computación en la nube ofrece a las empresas posibilidades enormes de innovación, al romper los paradigmas clásicos basados en el computador de escritorio y en la comunicación tradicional. “Las enormes mejoras en la conectividad pusieron el dispositivo móvil como norma, y el computador de escritorio como excepción”, explica. No se trata de un cambio de formato simplemente.

Los clientes de hoy están conectados, viven en las redes sociales, tienen acceso a mucha información y quieren experiencias interactivas cada día. No hay que esperar simplemente que lleguen a las tiendas a comprar, sino que hay que buscarlos en el mundo en el que viven, y entender sus contextos y necesidades. Las empresas que quieren sobrevivir en ese mundo necesitan innovar y, según el experto, la clave estaría en cambiar el concepto antiguo de desarrollo de productos para vender, por un concepto basado en el desarrollo de estrategias de consumo. 

Los expertos opinan que aprovechando los servicios de computación en la nube, productos cuyo lanzamiento al mercado tomaba meses y costaba millones, hoy pueden ser introducidos en segundos y a costos de centavos. 

Coffee habló la semana pasada en el Cloud Forum, un evento anual que se lleva a cabo en Bogotá para evangelizar acerca de las nuevas tendencias tecnológicas para los negocios. Diego Maldonado, presidente de la consultora Avanxo y organizador del evento, presentó los resultados de una investigación adelantada por la firma, según la cual el 95 por ciento de las mil empresas más grandes del país ya migraron uno o varios procesos a la nube. La cifra llama la atención porque se creía que en Colombia todavía estábamos “crudos” en esa materia. 

¿Y qué es lo que están montando en la nube las empresas colombianas?: Según el estudio de Avanxo, en primer lugar mensajería y colaboración (50,4 por ciento), seguido de firma electrónica (48 por ciento), después infraestructura de TI (44,2 por ciento), cuarto CRM (20,4 por ciento) y en quinto lugar soluciones de Inteligencia de negocios (19,5 por ciento).

El consultor destaca casos relevantes de migración local a la nube, como el de Familia, que implementó los Amazon Web Services en tan sólo seis meses, o el de Colombia compra eficiente, la institución del gobierno encargada de centralizar las compras públicas, utilizando una plataforma de servicios de computación en la nube llamada Coupa. Empresas de gran tamaño como Ecopetrol y Carvajal, tomaron recientemente sorprendentes decisiones de migrar sus sistemas de correo corporativo a Google Apps.

Los entendidos aseguran que migrar a la computación en la nube no es simplemente un contrato de prestación de servicios con un tercero. Es sobretodo un cambio de mentalidad, porque los servicios en la nube ofrecen muchas posibilidades nuevas de negocio para las empresas: aprovechamiento de las redes sociales para la comunicación con los clientes y para la investigación de mercados; aprovechamiento de la movilidad y del reino del teléfono móvil y de la tableta, para disponer de la información en cualquier momento y lugar. 

La tienda y el punto de venta físico son ahora sólo un elemento en el ecosistema comercial de un negocio. El servicio al cliente ya no es un problema a solucionar mediante un call center, porque la llamada telefónica ya no es el único punto de contacto, ni siquiera el principal. Una migración a la nube supone acompañamiento especializado y la aplicación de una metodología de gestión del cambio, para que el nuevo paradigma tecnológico surta efecto en el personal de la empresa y genere sinergia, eficiencia, reinvención de los procesos e innovación. 

Carlos Cáceres, director de innovación en Carvajal Información sostiene que innovar no es solo desarrollar un producto nuevo, sino transformar los hábitos de la gente. “El ganador en un negocio es quien cambia las reglas de juego”.

Peter Coffee hace notar que la idea de organizaciones centradas en el conocimiento y no en las viejas jerarquías directivas, había sido expuesta en los años ochenta por Peter Drucker. ¿Por qué un vaticinio tan antiguo ha tardado tanto en hacerse realidad? “Nuestro futuro se quedó atrapado en tecnologías aparatosas, como los grandes servidores y las redes corporativas” explica Coffee. La computación en la nube es un paradigma tecnológico que libera – según afirma – a las empresas de la pesada carga de administrar tecnología costosa. 

Migrar a la nube es más confiable, asegura mantener siempre encendidos los sistemas de la empresa y permite a la compañía enfocarse en su negocio. El resultado es una organización innovadora, que aprovecha las tres tendencias principales de hoy: las redes sociales, la nube y la movilidad, para entenderse con sus clientes y con sus contextos.

Abc de la nube

Los servicios en la nube ofrecen a las organizaciones ventajas notables. En lugar de alojar en servidores propios los sistemas informáticos – como el correo corporativo, el CRM (relaciones con los clientes), los respaldos de información o las aplicaciones de oficina – la tendencia ahora es entregarlos a terceros que los alojan en sistemas de “cloud” o los reemplazan por servicios Web similares. 

El ejemplo más fácil para entenderlo es el del correo electrónico. Una organización con treinta mil empleados necesitará una plataforma de software de correo, preferiblemente la conocida Exchange de Microsoft, que es la de mayor reputación; la tendrá instalada en un potente servidor colocado en su propia sede, al cual hay que garantizarle refrigeración suficiente, suministro de energía y mantenimiento técnico, además de seguridad de los datos (cuando menos un firewall y treinta mil licencias de un buen antivirus). La cadena de necesidades de hardware y software adyacentes es enorme, sólo para gestionar el correo corporativo. Cada que un nuevo empleado ingresa a la compañía habrá que crearle una cuenta de correo, configurarla en su computador de escritorio y entrenarlo en el uso de la misma. 

Los presidentes que se han cansado de pagar los costos de todo esto deciden migrar a la nube, contratando por ejemplo, los servicios de Google Apps, o los de Microsoft 365, y el correo corporativo pasa a manos de Gmail o Hotmail, administrado en la Web, sin instalar nada ni ocuparse de mantenimiento, seguridad ni servidores. Todo en la nube, fácil de usar y a costos similares. Las cuentas de correo siguen llevando el nombre de la empresa que contrata el servicio (no aparece el nombre Gmail por ninguna parte en la dirección de correo) y no se pierde para nada la confidencialidad de la información y el control de la misma. 

Se puede hacer lo mismo con casi cualquier proceso tecnológico en la empresa: la contabilidad, las bases de datos, los sistemas de inteligencia de negocios o el Office.