VIDA MODERNA

Concursos de televisión: entre el entretenimiento y el abuso

¿Hasta qué punto debe un programa romper con las barreras del buen gusto para aumentar su audiencia?

Alianza BBC
8 de junio de 2011

Un programa de televisión en las Filipinas transita por este camino y enfrenta acusaciones de abuso sexual.

Willing Willie es el tipo de programas que es ampliamente popular en todo el mundo. Miembros del público actúan frente a las cámaras, mientras la audiencia los anima.

Pero el show fue sacado del aire en abril pasado, después de mostrar a un niño de seis años simulando un strip tease.

El anfitrión del show, Willie Revillame, empujó al niño a desnudarse pese a que al niño le corrían las lagrimas.

La audiencia parecía indiferente a lo que pasaba con el infante y reía y lo animaba a la par del anfitrión.

Posteriormente se supo que la familia del niño, como sucede con la mayoría de la audiencia, son pobres y acudieron al show por el dinero que se les ofreció.

Organizaciones de derechos humanos condenaron el hecho.

"Es una forma de abuso sexual", señaló Magnolia Jacinto, portavoz de la organización Asia en contra del tráfico de niños.

"Los derechos humanos del niño no fueron respetados. De hecho fueron violados", dijo Jacinto.

Su organización y varias otras sometieron junto al gobierno una demanda judicial en contra de Revillame y TV5, el canal que transmite el programa.

Un anfitrión muy popular
Revillame emitió un comunicado ofreciendo disculpas a quienes calificaron el programa de ofensivo, pero ya tiene otro programa similar al aire: Will Time Bigtime (La gran hora de Will).

Y los aficionados están firmemente del lado suyo. Filas de gente esperan por varias horas en las afueras de la sede del canal con la esperanza de ser parte de la audiencia.

"He venido aquí regularmente desde que inició su programa hace 15 años. Trato de venir a todos los que puedo", dice Lourdes Bartolome, quien se describe a sí misma como la mayor seguidora de Revillame.

"Yo me sentí compungida cuando vi lo que sucedió con el niño, pero no es culpa de Willi. La gente que lo critica tiene envidia de su éxito. Él ayuda a mucha gente pobre".

El sello distintivo del programa es el dinero que se le ofrece a los participantes y debido a eso la gente lo adora.

Una cuarta parte de la población de Filipinas sobrevive con menos de un dólar por día y, en ese contexto, no es de extrañar que la gente viaje durante horas con la esperanza de participar en el programa.

"Panacea para los pobres"
En 2006, previo al episodio de un antiguo programa de Willie Revillane, Wowowee, decenas de miles de personas se agolparon en las afueras del canal porque se prometió otorgar aún más dinero.

La multitud se arremolinó y trató de entrar al canal, los guardias cerraron las puertas y como resultado 74 personas murieron.

Desde entonces, muchos han criticado el formato de sus programas, pero eso no ha impedido que sean cada vez más populares.

Ya hay varios espacios en Filipinas que siguen este modelo. Pero, ¿están ayudando a los pobres o están más bien aprovechándose de la desesperación de la gente?.

El director de cine Joey Reyes, uno de los críticos, señala que esos programas explotan el hecho de que la gente busca algo de esperanza.

Reyes señaló que a menudo quienes ganan más dinero son aquellos que cuentan las historias más tristes, lo cual consideró casi como "una celebración de la pobreza".

Pese a las opiniones críticas, lo cierto es que la audiencia filipina adora estos programas. Como pasa en otras partes del mundo, tienen más seguidores que los programas educativos.

Todos los países enfrentan el dilema de resolver hasta qué punto debe educar la televisión, además de entretener.

Cuando se le añade la pobreza extrema a esta mezcla y la gente está dispuesta a hacer casi cualquier cosa para aparecer en dichos programas, encontrar un balance entre el entretenimiento y la explotación de esa realidad se vuelve igual de importante.