CONTRA INFARTO: MAGNESIO

Un estudio reciente señala que una inyección de magnesio puede evitar la muerte en caso de ataque cardíaco.<BR>

3 de agosto de 1992

UNA INYECCION de magnesio al momento de un ataque cardíaco puede salvar a una persona de morir. Esa es la conclusión dc un amplio estudio realizado por investigadores Británicos y anunciada la semana anterior.
El estudio involucró 2.300 pacientes que durante los ultimos cinco años, llegaron a la sección de urgencia del hospital de Leicester con síntomas de infarto. Según los investigadores, la aplicación de inyecciones de magnesio no solo salvó la vida de una cuarta parte dc los pacientes sino que también redujo en un 25 por ciento la incidencia de fallas cardíacas entre aquellos que estaban en la unidad de cuidado coronario. El estudio, publicado la semana pasada en el diario médico The Lancet, sostiene que la efectividad del magnesio es similar a los beneficios encontrados en la aspirina y otras drogas que disuelven los coágulos que producen cardíacos.
El doctor Kent Woods, quien dirigió la investigación, señaló que la terapia de magnesio es simple y segura, e hizo un llamado a los cardiólogos para que sea incluida en el arsenal farmacológico que es utilizado hoy en los pacientes con alto riesgo de ataque cardíaco. El magnesio es uno de los elementos existentes en pequeñísimas cantidades en el cuerpo humano, sin embargo, en el caso de los infartos no tiene que ver con una deficiencia nutricional sino con su acción como fármaco.
Aunque los investigares aun no han determinado exactamente cómo trabaja, señalan que el magnesio parece actuar como protector del daño que se causa en el músculo cardíaco cuando un coágulo bloquea repentinamente una arteria coronaria. También se cree que el magnesio tiene una especial habilidad para ayudar a ensanchar las arterias coronarias y mejorar el flujo sanguíneo al corazón. Desde hace unos años el magnesio ha captado el interés de los cardiólogos porque diversos estudios han sugerido que esta sustancia podría salvar la vida de muchos pacientes de infarto. Sin embargo, esta es la primera vez que eso se comprueba esdísticamente en un estudio de gran escala.