La aplicación del ácido hialurónico ya se hace en el país. Esta es una sustancia usada para rellenar surcos y debe ser aplicada solo por médicos

Estética

Contra el reloj

Un artículo científico concluyó que hay tres tratamientos que serían efectivos para prevenir y quitar las arrugas, los más odiados signos del envejecimiento.

13 de septiembre de 2008

La industria cosmética mueve miles de millones de dólares en el mundo en cremas, lociones y procedimientos que prometen retardar el deterioro de la piel. Pero la ciencia siempre se ha mostrado escéptica frente a los resultados que muchos de estos productos pueden ofrecer. Recientemente un estudio revisó la acción de tres tratamientos que, según sus autores, sí prevendrían la aparición de las arrugas: el retinol, el láser de CO2 y las inyecciones de ácido hialurónico.

El trabajo fue dirigido por el dermatólogo Gary Fischer, de la Universidad de Michigan, y publicado en Archives of Dermatology. Allí se explica que el éxito de estos productos es resultado de años de estudio dedicados a conocer el proceso de envejecimiento de la piel.

La clave está en el colágeno, una proteína natural con forma de fibra que produce un entramado que sostiene la capa más superficial de la piel y le da su estructura básica, la fuerza y la elasticidad. Sin embargo, a partir de los 35 años, las células conocidas como fibroblastos desaceleran la producción de esta proteína, con lo que se va perdiendo ese sostén.

Cuando la piel ha estado expuesta por mucho tiempo a los rayos ultravioleta, lo que se conoce como fotoenvejecimiento, ese proceso natural se acelera. Como si esto fuera poco, en las pieles viejas se producen altos niveles de unas enzimas que degradan el colágeno. Este desbalance, dice Fischer, se perpetúa en un círculo vicioso, y ese es el que los expertos hoy tratan de romper al estimular la producción de nuevo colágeno.

Una forma de lograrlo, según Fischer, es aplicar retinol, un tipo de vitamina A. Aunque todavía no se entiende por completo la forma como actúa, está demostrado que cuando se usa de manera tópica genera nuevo colágeno tanto en pieles fotoenvejecidas como en las deterioradas por la edad. Pero esto no significa que cualquier crema que tenga retinol surtirá efecto. Para ello debe tener una concentración de 0,05 por ciento o más y se debe aplicar por varios meses, según Iván Pérez Haded, jefe de dermatología de la Fundación Santa Fe. En estas dosis puede causar irritación y sensibilidad al sol, por lo cual se aconseja siempre usarlo con protector solar. Los especialistas por lo general recetan fórmulas magistrales con retinol y antiinflamatorios para manejar este tipo de reacciones. Según Pérez, las cremas con retinol que se venden sin prescripción no tienen los resultados esperados porque “las concentraciones son muy bajas para que la gente no se irrite, pero en ese porcentaje no son efectivas”, afirma.

El láser de CO2 es una luz que se emite con una longitud de onda específica para producir ciertos efectos en la piel sin quemarla. El objetivo básico de esta luz es estimular a los agentes precursores de colágeno para que produzcan más esta proteína. Es una tecnología que, según los expertos, funciona bien no sólo para rejuvenecer sino para borrar las cicatrices y estrías. Algunos tipos de láser, como el fraccionado, no dejan roja la piel, por lo cual el tratamiento se puede hacer sin mayor incapacidad para el paciente. Pero, según Fischer, no hay evidencia de que produzca los mismos resultados del láser de CO2 convencional, a no ser que se hagan múltiples intervenciones.

El ácido hialurónico ha venido ganando popularidad y hoy es el único relleno que tiene la aprobación de la Food and Drug Administration, FDA, (la autoridad que regula la comida y las drogas de Estados Unidos). Es una inyección que rellena los surcos de la cara para dar la apariencia de suavidad al tiempo que hidrata la piel. Simultáneamente, se ha encontrado que estimula la producción de colágeno en los fibroblastos y disminuye el nivel de aquellas enzimas que destruyen esa proteína, según Fischer. Para que sirva de relleno a las arrugas y pliegues de la cara es necesario que se inyecte. “No tiene ningún efecto si sólo se aplica sobre la piel”, dice Hernando Harker, cirujano facial.

El envejecimiento, sin embargo, es mucho más complejo de lo que parece y tratar la piel es apenas una variable en la ecuación. “Hay otras estructuras debajo de ésta que también envejecen como la ósea y la muscular”, dice Jorge Eduardo Aristizábal, cirujano plástico especialista en rejuvenecimiento facial de la Fundación Santa Fe de Bogota. La pérdida de hueso y de grasa hacen que el sistema muscular y la piel de la cara pierdan sostén. Y es por eso que a veces algunas personas no tienen arrugas en la piel pero sí ojeras, cachetes caídos tipo bulldog o el ángulo de la mandíbula desdibujado, con lo cual también tienen una apariencia de envejecimiento.

En estas circunstancias, la gente puede echarse todas las cremas posibles y la situación no cambiará puesto que el problema no es de arrugas sino de reposicionar las estructuras, algo que sólo se logra con cirugía. Aristizábal aclara que no se trata de estirar la piel, como se hacía antes, sino de volver a darle el volumen de grasa y colocar los músculos en su puesto para que deje de colgar. La ventaja es que la grasa que se implanta es del mismo paciente, con lo cual no hay riesgo de rechazo. “Además es más barato porque todo paciente tiene un excedente de grasa en el cuerpo que le puede servir para su cara”, dice Aristizábal.

Además, según el cirujano, hay dos tipos de arrugas, las dinámicas, que se forman con los movimientos de expresión como la risa, y las no dinámicas, que son producto del tiempo como los surcos alrededor de la boca. Para controlar las dinámicas, según Aristizábal, lo mejor sigue siendo el bótox.

En el tema de las arrugas, lo importante es que la gente entienda que los tratamientos mágicos no existen. “De 500 cremas en el mercado, alrededor de cuatro sirven, –dice Harker–. Las 496 restantes no te hacen daño pero el beneficio es muy pobre porque el principio activo es muy bajo”, añade. Hay cremas que prometen combatir las arrugas en 24 horas y lo hacen pero a un costo muy alto, como aquellas que provocan una inflamación suave en la piel. “Las señoras se ven divinas porque la inflamación las estira” sostiene Pérez, pero señala que su efecto no es duradero ni saludable.

Tampoco es necesario gastar miles de pesos en cremas. Una fórmula magistral con retinol preparada por un dermatólogo puede costar 40.000 pesos, mientras que las cremas de casas cosméticas tradicionales llegan a valer hasta 150.000. Un médico especializado puede aconsejar bien sobre lo que se debe hacer y cómo usar las herramientas que ofrece la medicina de manera inteligente. Otra recomendación es no fumar, pues el cigarrillo y el sol son los principales enemigos de la piel. Y por último, es indispensable usar bloqueador solar, considerado por los expertos como el mejor aliado en la lucha contra las temibles arrugas.