Corazones solitarios

Según una reciente investigación, los colombianos no tienen ni idea de cómo manejar la soledad.

17 de mayo de 1993

Corazones solitarios
TEMIDA POR TODOS, PADECIDA POR muchos y elegida por una minoría, la soledad constituye un importante aspecto de la vida. Sin embargo se la ha tildado como uno de los mayores males del siglo XX. Y, apesar de afectar a un gran número de personas, se trata de un fenómeno poco conocido y menos analizado. Esto llevó a la sicóloga Marta Lucía Cardona, y a un grupo de sicólogos, a crear en Bogotá el Centro para el Tratamiento de la Soledad, con el propósito de enseñar a las personas a manejar esta Situación y a convertirla en una vivencia enriquecedora.
Antes de iniciar los "cursos" para solitarios, la sicóloga y sus colegas realizaron un amplio estudio para conocer las actitudes de los colombianos frente a la soledad y los mecanismos más utilizados para combatirla. Los resultados son bien interesantes. Según la sicóloga, los colombianos le tienen miedo a enfrentar la soledad y prefieren negarla porque no son capaces de manejarla. Sin embargo se detectó que se presenta en gente de todas las edades, desde niños hasta ancianos, pero que es entre los adultos entre los 20 y los 40 años cuando este sentimiento se siente más fuerte. La investigación muestra que especialmente entre los ejecutivos, hombres y mujeres, es un síndrome muy frecuente.
"Esta es la típica soledad moderna, en la que el individuo se siente presionado a incrementar sus niveles de rendimiento laboral, lo cual va en detrimento de su desarrollo personal y social", señala la sicóloga. Pero sentirse solo no es un problema exclusivo de aquellos que están solos. "Muchas personas casadas viven una soledad en compañía, que es tanto o más dolorosa".
Según la investigación, la mayor preocupación de los solitarios es cómo invertir su tiempo libre. "La gente se inventa una cantidad de recetas antisoledad. La más común es buscar compañía a toda costa, con el propósito de estar solo el menor tiempo posible", señala la directora del Centro. Y el recurso más utilizado es el de salir no importa con quién ni a qué. Pero esta es sólo una forma de huir. El perfil del solitario muestra que tienen una agenda repleta de gente a quien llamar para buscar programa y copar el fin de semana de actividades. Sin embargo, esta al parecer no es una forma sana de enfrentar el problema. "La soledad es un proceso interior y las demás personas o las actividades solo son productivas y enriquecedoras si la persona está bien consigo misma. De lo contrario, esas estrategias dejan un gran vacio y llevan a un sentimiento de frustración", dice Marta Lucía Cardona.
La experiencia de los sicólogos del Centro ha mostrado que los colombianos identifican la soledad solamente cuando ésta es producto de una pérdida afectiva. "Aunque esta es una soledad cuyo impacto es mayor y sus efectos son más duraderos, no es la única Hay otra formas, como la soledad crónica, que es mucho más peligrosa porque involucra todas las facetas del individuo y va aniquilando su deseo de vivir". También se ha observado que la expresión de este sentimiento es más frecuente en las mujeres -ellas integran el 80 por ciento de las personas que han acudido al Centro "pero no por que la experimenten más que los hombres, sino porque culturalmente están más entrenadas en el reconocimiento y en la expresión de su sentimientos".
Pero el Centro para el Tratamiento de la Soledad no es un club de corazones solitarios. "No se trata de brindar actividades ni de ayudarles a conseguir pareja para mitigar su soledad, sino enseñarles a manejarla, sin rotularlos como solitarios. Por ello, con las personas que consultan se realiza primero un trabajo individual sobre su, problemática, pará después orientarlos para que, a través de actividades culturales y recreativas, obtengan un crecimiento individual y puedan establecer un proceso de comunicación más profundo con otras personas.
En opinión de la sicóloga, los "clubes de solitarios" no deben convertirse en un refugio donde mitigar las penas porque eso crea un sentido de dependencia. De lo que se trata es de ayudar a la persona para que se conozca así misma, aprenda una serie de habilidades sociales y regrese a su mundo a establecer mejores relaciones y a sacarle provecho a sus momentos de soledad.
Pero al parecer este no es un trabajo fácil. "El colombiano trabaja muy poco sobre sí mismo y muy pocos asumen la soledad como un proceso de enriquecimiento interior. Uno puede elegir entre la soledad productiva y la soledad destructiva dice la sicóloga-. Todo depende de la capacidad para manejarla". Un aspecto que detectó la investigación es la ansiedad de los solitarios por mitigar la soledad encontrando una pareja sentimental. Esto se debe -explica- a que culturalmente se ha enseñado que la felicidad total solo se consigue con una relación amorosa y a que este es un país donde todo está diseñado para las parejas. Dentro de esa concepción, ser solo es un estigma y una señal de incapacidad. "Pero la verdad es que la soledad es un estado productivo. Es por eso que los artistas, los escritores, los inventores necesitan de ella para poder crear".
De otra parte, ese miedo parece no ser un buen antecedente para encontrar una pareja estable. Según la sicóloga, uno de los factores personales que se encuentra en muchos solitarios es la baja autoestima. Detrás de cada solitario subyace un problema de inseguridad, la persona no se valora a sí misma y depende de los afectos de los demás. Cuando una persona no ha aprendido a manejar su soledad y no se siente bien consigo misma y encuentra una pareja, por lo general asume comportamientos extremos: o es demasiado sumisa o demasiado posesiva. Y esta necesidad de aprobación, afecto y cariño hace que las relaciones que establezca no funcionen, formando un círculo vicioso. En cambio señala la especialista, cuando se tiene un buen nivel de autoestima, de manejo de las habilidades sociales, la persona es más atractiva a los demás.
Pero, al parecer, la gran mayoría de los colombianos desconocen por completo el arte de estar solos. -