El objetivo es pasar por encima de todo y de todos para hacerse con la mayor porción del erario público.

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Corrupcity: la ciudad donde todo se vale

¿Está dispuesto a ponerse un disfraz de corrupto? Si es así, deberá aprender de tajadas en contratos, negocios inescrupulosos, estrategias 'sucias' de campaña, micos, lagartos y hasta de un pincher. Si es así, puede entrar al nuevo juego que se mueve en las redes sociales.

Andrés Alba Escamilla
24 de febrero de 2012

"Bienvenido, tengo el secreto para ser poderoso, aquí todo se vale". Con esta sugestiva frase comienza el mundo de Corrupcity, donde un tipo con máscara de papel, tal vez la personificación sin rostro de la corrupción, hace las veces de guía y anfitrión.
 
Este juego que fue lanzado hace unos pocos días y en la última semana ha tenido gran aceptación en las redes sociales, es toda una enciclopedia de la corrupción.
 
El objetivo es pasar por encima de todo y de todos para hacerse con la mayor porción del erario público. Pero para lograrlo, es necesario imitar cada uno de los movimientos y artimañas de políticos y contratistas inescrupulosos que todos los días son noticia en el país. 
 
"Por cada propiedad, nos debes pasar tajada" advierte un personaje que recuerda a la última administración de Bogotá, antes de que el jugador empiece a invertir en negocios rentables como una whiskería, un puesto de chance o una piscina cuyo público no es precisamente la familia.
 
También es posible construir edificios, un apartamento en Rosales o en las zonas exclusivas de Cartagena y si es de su gusto hasta puede incorporarle un ascensor de oro.
 
Sin embargo, aunque por definición supone romper las reglas, la corrupción también tiene las suyas. "Si no pasas la tajada a tiempo, te expropio y perdiste la inversión chico", dice un personaje robusto con chaqueta tricolor, no el nacional, que hace recordar que la corrupción no es un problema que se limita a Colombia.
 
Por supuesto, llevarse una buena tajada de un contrato público no sería posible sin la colaboración de los políticos que manejan el presupuesto, y estos no estarían ahí si no fuera por su gestión en campaña. Para esto, en Corrupcity es posible generar unos buenos dividendos comprando a los representantes del pueblo o bien poniendo un negocio de 'Tamales en acción'.
 
Por lo demás, herramientas como las chuzadas de celulares para saber qué hablan de uno, la siembra de un jardín de bolardos o la prontitud para generar pensiones sin importar la edad, son parte de la estrategia para obtener más poder.
 
Si eso no es suficiente, los 'corrupciudadanos' pueden asistir a 'La U', para certificarse con énfasis en contratación pública o estudiar las tácticas más certeras en las campañas políticas.
 
Los 'animales' que ya son símbolo de la historia patria, como los populares 'micos' que residen en las corporaciones públicas, el 'elefante' recordado por su aparición en los noventas, el más que común 'lagarto', el 'pincher', e incluso el 'caballo de paso fino' hacen parte de la fauna de Corrupcity.
 
Dasigno S.A. es la compañía que ha desarrollado la idea. "El objetivo de Corrupcity es aprender a ser millonario pasando por encima de todos, pero queremos que se entienda cuál es el impacto social que tiene la corrupción" dice uno de los creadores.
 
"Al final hay una mala distribución de los recursos y los que salen perdiendo son las personas del común que quedan sin salud, sin educación y en la pobreza".
 
Según los creadores de Corrupcity, "la iniciativa nace de ver la injusticia del país, la pobreza generada por los actos de corrupción". Y aunque ya hay una parte del público que cuestiona el juego porque dice que así se aprende el oficio, en Dasigno sugieren que en definitiva se envía un mensaje sobre las graves consecuencias del problema.
 
Lo cierto es que la iniciativa ha despertado gran interés en las redes sociales, tal vez por ser un reflejo de una lamentable realidad que paradójicamente se hace divertida. Al final, como dicen ellos "cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia".