JÓVENES

Crítica al mundo de los jóvenes

Políticos, editores y periodistas hablaron sobre los retos, temores y lenguajes de la generación conectada.

31 de agosto de 2010

¿A qué le temen los jóvenes?
Por Pirry


No creería poder responder eso. Cada joven le teme a algo diferente dependiendo su momento de vida o su nivel socioeconómico.

Sin embargo, lo que sí podría decir es que el temor a lo apocalíptico se mantiene. En los 70 y 80 le teníamos miedo a la bomba nuclear, a la carrera armamentista, bueno, en la actualidad también a esta última, pero se le suman muchas más preocupaciones: el daño a la naturaleza, el calentamiento global, la contaminación, entre otras.

En un ambiente más local pensaría que los colombianos le tienen miedo al futuro laboral, hay mucha oferta de capacitarse pero muy poca demanda de puestos y tenemos una generación de profesionales que no saben qué van a hacer.

Lo que también es cierto es que esta generación es más preocupada sobre todo por lo social. A veces pienso que es debido a la imagen de odios y de amores que inspiró en estos ocho años el presidente Uribe.

Los jóvenes siguen siendo jóvenes y cuando somos jóvenes uno está pensando en las cosas necesarias de la juventud que son fútiles y superficiales, cosas de moda y música, pero esta generación está madurada más rápido y por ende enfrentada más rápido a sus temores.
 
*Documentalista del Canal RCN.


¡No más divorcios express!
Por Santiango Bejarano*

A primera vista, el matrimonio parece cosa del pasado. Quienes pregonan ser parte de la llamada “modernidad” a su turno alardean de su desprecio por la tradicional figura familiar y en especial del vínculo matrimonial. Es entendible, pues somos fruto de una generación de papás separados, de inventos tan ‘loables’ como el divorcio ante notario, que permite que en tan sólo diez minutos lo libren a uno del “matricidio” y de episodios mediáticos como aquellos que relatan las 24 horas de matrimonio de una que otra estrella ‘pop’. Y como si fuera poco, creemos en el sistema del ‘ensayo y error’, confiando en la posibilidad de cambiar de pareja; quien más matrimonios tiene, más a la vanguardia puede sentirse. Y ahora hasta las mujeres casadas son infieles.

Hay que reivindicar el valor de la familia para la sociedad, como su núcleo básico. No con ello quiero decir volver a las malas costumbres del pasado, ni mucho menos sugerir que debemos reestablecer el control patriarcal y la pasividad matriarcal. Pero sin duda creo firmemente que los jóvenes – y especialmente aquellos de nosotros que no tuvimos la oportunidad de ello – queremos darle a las generaciones que vienen la estabilidad de familias que representan proyectos de vida. Esos proyectos son posibles solamente en familias con vocación de permanencia, como deben serlo todas. Y la fidelidad – más que un tema del pasado o el presente – es la ética que debe demandar la sociedad de quienes han decidido comprometerse en un proyecto de vida como el mencionado.

El estadio moderno de las relaciones de pareja y de la familia no puede ser la destrucción del concepto de familia. Por el contrario, la modernidad debe apostarle al ajuste de los errores cometidos en el pasado fortaleciendo la institución básica de la sociedad. Fortalecer la familia – fortaleciendo el vínculo matrimonial – debe ser el legado de esta generación a las generaciones venideras. Así que es hora de despedir el divorcio ‘express’ y castigar – socialmente cuando menos – a quienes hacen del matrimonio y de la relación de pareja un saludo a la bandera.

* Director del periódico Interuniversitario Opinión Independiente.


¡Así fue mi juventud!
Por César Gaviria Trujillo*


Cuando estaba en mis 20, terminaba mis estudios de Economía en la Universidad de los Andes. Fue el periodo de mayor agitación en las universidades públicas y privadas colombianas. Por un lado estaban la agitación y tendencias marxistas: los ortodoxos marxistas, los pro chinos con el culto a Mao, los troskistas, Camilo Torres y su ingreso al ELN y por otro las consecuencias de la Revolución de Mayo en Paris.

Un movimiento intelectual y estudiantil influenciado en el existencialismo en Sartre, Camus y varios más anticapitalistas pero liberales que rechazaban las consecuencias sociales y políticas del capitalismo norteamericano, que se daba paralelo a la Guerra de Vietnam y que estaba en contra de los planes tecnocráticos de los franceses. Eran también los tiempos de las buenas cervezas, los Beatles , los Rolling Stone, Woodstock y toda la rebeldía juvenil contra los valores bajo los cuales vivía Occidente.

Estuve muy influido intelectualmente por los dos movimientos, aunque por ser de los Andes la revolución de Mayo fue muy importante. Pero, la mayor parte de mis amigos estudiaban en otras universidades donde era imposible discrepar del marxismo.

En el entretanto tenia dos caminos. O hacer mi posgrado en Estados Unidos o Inglaterra o seguir mi camino en la política. Me hice elegir en 1970 , a los 22 anos , concejal de Pereira. No obstante me vine a trabajar de asistente del Jefe del Departamento Nacional de Planeación para retomar la idea de mi posgrado en el exterior. La enfermedad de mi padre ,sufrió dos derrames cerebrales en 1971 , me obligó a retomar mi carrera política en Pereira .
 
*Ex presidente de Colombia.


El lenguaje de hoy
Por Juanita Kremer*


Cuando me pidieron que escribiera sobre el lenguaje juvenil que se usa desde hace unos años pensé en algo corto, muy corto porque la tendencia es recortar todo. Entonces palabras como ficticio, divino(a) o tonta –que son cortas- se convirtieron en “ficti”, “divi” o “tonti” y frases que utilizábamos para expresar desagrado por algo por ejemplo, se abreviaron en solo 3 letras; un simple “iuu”, “foo” o “gas” significa que cosa tan asquerosa, me repugna o que desagradable eres.

Hablaba con una amiguita - es menor que yo 4 años, por eso lo de amiguita- me contaba un rollo (léase como relación sentimental) que tenía con un tipo. No entendí nada y jamás existió inicio, nudo y desenlace en la historia. Ella pronunciaba tres palabras acompañadas de “o sea"… "sí sabes” y con eso pretendía que captara el resto del cuento. Lo que medio agarre fue que el tipejo este la abrió, o sea le terminó.

¿Sabía usted que besarse tiene varios sinónimos? Entucarse, rumbearse, chupetearse, son formas de decir que sus labios tocaron los de otra persona. Y ni lleguemos a las conversaciones sobre sexo porque cualquiera queda loco frente a la aparición de tantos nuevos términos, se necesita diccionario.

Algunos ejemplos de este lenguaje que encuentra últimamente en toda parte:

Gala o Gañan: Significa burdo, persona sin estilo o en el mejor de los casos extravagante.
Zunga o Sunga (no se define si es con S o con Z): Referente a una mujer de dudosa reputación. Pea, Perra o Rasca: Conocido comúnmente como una borrachera inigualable. Tinguilis o Péguele al muñeco: que se refiere a tener relaciones sexuales.

Recortar palabras o utilizar diminutivos es propio de las nuevas generaciones pero llega un momento en que todo se vuelve desesperante y la comunicación entre personas pierde el sentido que tenía hace un tiempo; para utilizar abreviaciones que vuelva entonces el Marconi. En unos 10 años en que punto de la evolución o involución del lenguaje estaremos…¿volveremos a los sonidos guturales, nos dará pereza hablar y la opción para comunicarnos serán las señales?

* Conductora de "La F.m de noche"

Los nuevos monstruos de la fama
Por Ernesto Martelli*


El vertiginoso crecimiento de las redes de telefonía celular, el desarrollo de esos dispositivos y sus aplicaciones, y el crecimiento del uso de las redes sociales prometen cambiar el mapa social y el mapa del consumo de entretenimiento de manera radical. Y ya: el tiempo que millones de jóvenes dedican a cultivar su granja en FarmVille, a los juegos en línea, a videos de Justin Bieber o Lady Gaga vistos millones de veces en YouTube, a músicos que se difunden a través de blogs o MySpace, representan segundos, minutos, horas, que se restan a otras actividades sean deportivas, educativas, culturales o de entretenimientos tradicionales como la tevé.

La gratuidad de muchos de los nuevos consumos y también la piratería exponen, además, la amenaza sobre algunas industrias culturales o de “entertainment”.
 
Un reciente estudio de la firma Telefónica y la española Universidad de Navarra pone números a los hábitos de esta Generación Interactiva. El 95% de los adolescentes entre 10 y 18 años accede de modo habitual a Internet, el 83% declara tener un teléfono móvil y el 67% afirma jugar a videojuegos.
 
Parece pues que ya no podemos independizar unos consumos de otros: hace menos de un año, el emblemático 09 del 09 del 09, Los Beatles fueron relanzados de dos modos: toda su obra remasterizada y digitalmente disponible y un videojuego alineado a los nuevos consumos. El impacto del concepto “long tail” pone en escena este nuevo mapa: los consumos atomizados en los que, exagerando, millones de artistas conseguirán al menos un consumidor reemplazando a un artista para millones de consumidores, son simultáneos con fenómenos como High School Musical o Jonas Brothers o los nombrados Gaga y Bieber, que encontraron inédita masividad en tiempo récord. Así, dos tendencias simultáneas y en apariencia contrapuestas, la fragmentación y la potencia de la difusión viral, definen el nuevo esquema del consumo musical y cultural juvenil.

* Director editorial Revista Rolling Stone (Argentina)


Todos tenemos familias diferentes
Por Astrid Orjuela Ruiz*

La idea tradicional de familia incluye usualmente un papá y una mamá casados preferiblemente por la iglesia, así como unos hijos. Sin embargo, no todas las familias seguimos ese modelo.

Hay familias de madres solteras, de padres solteros, de abuelas o abuelos que educan a sus nietos, hay familias con dos papás o dos mamás, hay familias sin hijos, hay familias sin que las parejas se hayan casado y esta lista podría seguir y ser interminable. En la práctica hay familias de todo tipo, lo que sucede es que el modelo ideal que nos enseñan en los colegios y nos venden en la televisión no siempre se ajusta a la realidad y además, no es indispensable seguirlo para conformar una familia y ser feliz en ella.

El modelo tradicional ha sido el reconocido por las leyes, pero esas mismas leyes han tenido que avanzar al constatar que en la vida real la familia no es sólo la que conforma un hombre y una mujer que contraen matrimonio. Aunque muchos dirán que ese modelo es el mejor, nuestra generación puede comprobar que haber crecido en distintos tipos de familia no marca mayores diferencias, salvo las que tienen que ver con que somos personas más tolerantes.

El caso es que la decisión de conformar una familia no es una opción que se tiene que vivir bajo el temeroso “que dirán”, se debe tratar de una elección libre que puede salirse de las reglas más tradicionales y que no por eso deja de funcionar.

Lo importante, más que casarse y tener hijos, es el respeto por la diferencia, es reconocer que es posible conformar una familia que se salga de los esquemas. Hace unos 20 años, más de la mitad de los hogares estaban conformados por parejas casadas y era rechazado vivir en unión libre, hoy en día el porcentaje de parejas unidas por matrimonio no llega al 30 por ciento, pero muchos se escandalizan cuando las parejas conformadas por personas del mismo sexo deciden unir sus vidas. La práctica social nos demuestra que un modelo no tradicional es posible. La familia, el tan nombrado núcleo fundamental de la sociedad es en realidad una institución cambiante, en la que cada quien debe poder escoger el modelo que prefiera.

*Estudiante universitaria.