En Colombia, las faltas más comunes tienen que ver con no percatarse de una señal, conducir demasiado despacio, hacer giros incorrectos y pasarse al otro carril.

TERCERA EDAD

Cuándo entregar las llaves

Debido al incremento de los conductores mayores de 60 años, el mundo discute hasta cuándo debe manejar un adulto mayor.

20 de noviembre de 2010

A sus 74 años, Elvira Lara lleva 50 manejando y piensa seguir haciéndolo "hasta que los reflejos ya no me den", dice esta viuda que vive sola en un apartamento del norte de Bogotá. Admite que con el paso de los años ha perdido algunas de sus habilidades al volante. "Yo era el águila despeinada para echar reversa. Y aunque todavía lo hago bien, ya no es como antes, porque el cuello no tiene la misma flexibilidad". Pero todavía se siente capaz de manejar tranquila, de seguir las normas de tránsito y de conducir a una buena velocidad. "Hasta ahora no he tenido problemas ni me gritan 'vieja bruta'". Ella sale en su carro al mercado, para verse con sus amigas del costurero e ir a su finca en Tabio los fines de semana, aunque ha dejado de salir por los trancones de la ciudad. La mayoría de sus amigas también maneja y su hermana, de 84 años, lo hace sin contratiempos. De un grupo de 12 mujeres, solo tres tienen chofer. A lo que más le tienen miedo es a tener que ir a refrendar el pase, porque si no se los validan, significaría perder parte de su independencia. "¿Pedir taxi en esta ciudad?, ¿conseguir chofer?, no, gracias -y agrega-: me gusta manejar porque me obliga a estar atenta, es un ejercicio mental".

El tema de los adultos mayores al volante tiene a muchos expertos preocupados debido a que los llamados baby boomers, nacidos después de la Segunda Guerra Mundial (entre 1947 y 1960), un grupo de edad numeroso en el mundo, está comenzando a cumplir más de 60 años. En Japón, un país con la población más anciana del globo, empezaron a exigirles a los viejos entregar su licencia de conducir ante un incremento del 30 por ciento de los accidentes fatales en los últimos seis años. En Estados Unidos, los expertos en seguridad vial pronostican que en 2025, cuando los más jóvenes del grupo de baby boomers lleguen a 65 años, serán responsables del 25 por ciento de los accidentes de tránsito. Pero el tema es controvertido. Un reciente estudio hecho por Insurance Institute for Highway Safety mostró que las personas viejas en ese país están manejando más, pero estrellándose menos, y que el porcentaje de accidentes fatales bajó 37 por ciento. Ante esto, la semana pasada el National Transportation Safety Board hizo un foro de dos días para entender mejor los riesgos que tienen estas personas.

En Colombia, el tema también preocupa a los expertos debido a lo que muestran las cifras. "La tasa de mortalidad por accidentes es muy elevada para ese grupo de edad", dice Juan Carlos Sandoval, director de seguridad vial de Cesvi. (Ver gráfica). Según datos del Instituto de Medicina Legal y del Dane, el porcentaje de conductores de carros particulares mayores de 60 años que han perecido en accidentes de tránsito entre enero y septiembre de 2010 ya sobrepasó en 31,2 por ciento al total de 2009.

La reciente reforma al Código Nacional de Tránsito atiende esta preocupación, pues establece que a partir de los 65 años los conductores de servicio particular deben hacer un examen psicosensométrico cada tres años. Ese es el 'coco' de Elvira y sus amigas. Consiste en revisar la audición, la visión y los reflejos, puesto que estos son las habilidades físicas que más se afectan con los años. (Ver diagrama). Pero según el médico geriatra Carlos Cano, también hay que buscar síntomas de demencia puesto que con la edad esta enfermedad es mucho más frecuente. También hay enfermedades físicas, como la artritis, y medicamentos que entorpecen esta tarea. "El examen para esta población no puede ser el mismo que se le hace a la gente de 20 o 40 años", enfatiza Cano.

Aunque algunos entregan las llaves de manera voluntaria, el problema, según el especialista, es que muchos de ellos no aceptan dejar de manejar porque esto les quita funcionalidad, los hace más dependientes y en ciertas circunstancias, los aísla. "Para muchos, dejar de manejar es como un arresto domiciliario", dice Joseph Coughlin, director del laboratorio de envejecimiento del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Pero toda esta problemática es más manejable frente al riesgo de un adulto con demencia en el volante, "que no es capaz de reconocer una señal de tránsito", agrega Cano.

La medida adoptada por el Estado es acertada, pues en lugar de limitar esta función por la edad lo hace por las condiciones físicas y mentales de los individuos. Aun así, algunos creen que la sola formulación de la ley no es suficiente y hay que asesorar a los viejos sobre peligros como los viajes largos, salidas de noche cuando la visibilidad es menor o cuando llueve. "Más que restringirlos, hay que tener políticas sociales para que el impacto de no manejar no sea tan grave para este grupo", señala Sandoval. Una de las propuestas es construir ciudades más incluyentes, pues tal y como están las cosas, las vías están hechas solo para los carros, y los semáforos de los peatones están cronometrados según el ritmo de los jóvenes y no del paso lento de un adulto mayor. Y la consecuencia es que estos también tienen un alto riesgo de morir cuando van a pie. "El 41 por ciento de los peatones que fallecen en accidente de tránsito son mayores de 60 años", dice Alexandra Rojas, directora del Fondo de Prevención Vial.

Hay quienes confían en que en el futuro los carros también tendrán mejoras que ayuden a los más viejos a mantenerse sobre ruedas por más tiempo mediante sistemas que adviertan acerca del peligro de una colisión o hagan por ellos tareas complicadas como estacionar en paralelo. Mientras esto sucede, Elvira está pensando en comprar carro nuevo. Pero primero tendrá que pasar por la prueba de fuego de refrendar el pase. Esta vez, quiere que el vehículo sea automático para facilitarle las cosas."Creo que a esta edad ya me lo merezco".