CUANDO LAS COLEGIALAS CRECEN

¿A qué edad pierden la virginidad las colombianas?

27 de marzo de 1989

Por extraño que parezca y después de la revolución sexual, las mujeres colombianas siguen siendo "zanahorias". Esto se desprende de una encuesta realizada en 1986, que ha sido analizada por las investigadoras Elena Prada, Susheela Singh y Deirdre Wulf en el libro "Adolescentes de hoy: padres del mañana", según la cual el 50% de las jóvenes colombianas inician su vida sexual después de los 20 años.
La obra hace una radiografía de la población adolescente, grupo al cual pertenece uno de cada cuatro colombianos. Pero si bien las jóvenes criollas son más "zanahorias" que las de otras latitudes, también es cierto que el estudio muestra una nueva actitud hacia la sexualidad y el matrimonio.
Algo ha cambiado desde la época de las abuelas. De las jóvenes que inician su actividad sexual antes de los 20 años, la mitad sigue considerando la virginiclad como el "tesoro" que la mujer entrega en el momento del matrimonio. El resto se lanza en brazos de Cupido sin mayores reparos. Las cifras parecen demostrar también que en cuestiones de amor, el clima influye. Las costeñas son más precoces en materia sexual, pero también es cierto que se casan más jóvenes. Las cachacas lo piensan más tiempo, pero no siempre esperan a la bendición nupcial o a la firma del notario para dar el primer paso.
A pesar de lo que pregonan los graffitti, las cifras demuestran que sólo una de cada diez adolescentes que ingresan al club de "señoras", ha tenido relaciones prematrimoniales. El número no aumenta mucho con la edad. En el grupo de 20 a 24 años son sólo tres de cada diez las que han dejado de lado los prejuicios sociales.
Y si en las ciudades llueve, en el campo no escampa: las cifras de las zonas rurales muestran que las jóvenes campesinas que han tenido relaciones sexuales antes del matrimonio superan a las que esperan pacientemente el estreno del vestido blanco.
"Zanahorias" o no, la verdad es que las jóvenes colombianas han elevado la edad promedio para contraer: 19 años. Sin embargo, a la hora de decidirse no todas van camino a la Iglesia, ni siquiera optan por el matrimonio civil en las notarías.
La nueva generación ha alterado también los porcentajes de uniones legales (matrimonio civil o católico) al decidirse por la unión libre. Si en 1969 las encuestas señalaban que dos tercios de las adolescentes que tenían relación conyugal estaban legalmente casadas, hoy ese porcentaje se ha invertido y corresponde a las uniones libres. En este sentido -señalan las cifras- no hay diferencias entre la ciudad y el campo, ni entre el menor o mayor grado de instrucción.
Otra cosa que las estadísticas comprueban es que las niñas son más precoces que los varones. Esta verdad conocida por la pediatría se refrenda a la hora de pensar en matrimonio. Ellas se casan primero y los prefieren mayores. En 1985 sólo el 4% de los adolescentes (de 15 a 19 años) se había establecido como pareja, frente al 15% de las mujeres de igual edad. Entre el grupo de 20 a 24 años, la proporción disminuye un poco: el 25% para los hombres y el 48% para las mujeres. Esta discriminación de las "sardinas" por sus coetáneos ha elevado la diferencia de edad entre las parejas a siete años. Según los datos de la última encuesta, una de cada diez adolescentes está casada con un hombre mayor de 30 años.
Los datos son, sin duda, reveladores. Por un lado, reflejan claramente que la mayoría de los prejuicios sociales son patrimonio exclusivo de los adultos. De otra parte, quienes pensaban que las vírgenes sólo se encontraban en los altares, después de este estudio no se sorprenderán de encontrarlas en la calle y mayores de 20 años.