A UN CLIC DE DISTANCIA

La impresora que hace cosas

Equipos que sacan copias de objetos reales, gafas que se conectan a internet, relojes inteligentes y dispositivos controlados con gestos son algunas de las tendencias que están revolucionando al planeta.

26 de octubre de 2013

Si algo tienen claro todos los fabricantes de tecnología en el mundo es que sus artículos deben ayudar a los consumidores a satisfacer sus necesidades y gustos, por particulares que parezcan. De hecho, los productos más exitosos suelen ser aquellos que se acomodan a las demandas de un mayor número de personas. 

Así como el iPod ayudó a los amantes de la música a organizar sus colecciones de discos o los teléfonos inteligentes han mejorado la forma como nos comunicamos, en la actualidad existen tendencias digitales que están transformando las actividades humanas.
 
Estos son algunos de esos productos o tecnologías que, en poco tiempo, dejarán de ser novedades para integrarse totalmente a nuestra cotidianidad, al tiempo que nos ahorrarán tiempo y facilitarán nuestras labores. 

Impresión 3D: crear objetos reales
En mayo pasado, el mundo se sorprendió al conocer la primera pistola, totalmente funcional, creada con una impresora 3D. Aunque más que un arma parece un juguete sacado de algún catálogo de Fisher Price, lo cierto es que tiene en jaque a los servicios de seguridad estadounidenses, ante su facilidad de elaboración y su potencial capacidad para causar daño. 

Este es solo un ejemplo de cómo la impresión 3D puede revolucionar toda clase de industrias. A grandes rasgos, estos equipos convierten los modelos digitales en objetos sólidos de tres dimensiones: basta ordenarles que ‘impriman’ y estos superponen miles de capas de resina plástica para darle la forma deseada al artículo que se quiere. 

Por ahora, estos equipos están transformando la fabricación de joyas, calzado, diseño industrial, arquitectura, ingeniería y construcción, insumos médicos, automóviles e ingeniería civil, entre otros, donde los profesionales ahora pueden ver modelos plásticos de sus productos y de sus planos, totalmente terminados, en cuestión de horas. 

A futuro, los expertos esperan que estas impresoras adopten usos más específicos, que se acomoden a necesidades muy particulares. Así por ejemplo, en lugar de resinas plásticas, podrían utilizar componentes médicos para crear pastillas en grandes clínicas o personalizar la apariencia de los automóviles y los dispositivos médicos, de acuerdo con las necesidades de cada paciente. 

A punta de gestos
Los controles remotos están condenados a desaparecer desde que los televisores y algunos computadores comenzaron a incluir controles de gestos entre sus opciones predeterminadas. De esta forma, los usuarios ya no deben preocuparse por ‘revolcar’ las cobijas o buscar bajo los cojines del sofá al pequeño dispositivo cuando lo pierden. Basta mirar la pantalla y mover las manos para que el aparato cambie de canal o modifique el volumen. 

Estas tecnologías de control, que integran diminutas cámaras y un software especial de reconocimiento corporal, han comenzado a irrumpir en todos los ámbitos y labores. Desde los controles básicos de automóviles y consolas de videojuegos (como Xbox, Playstation o Wii) hasta teléfonos inteligentes se pueden utilizar sin necesidad de que la persona toque sus botones o pantallas. 

Y aún falta más. La empresa de consultoría Deloitte pronostica que estos sistemas comenzarán a irrumpir en actividades industriales y comerciales, a través de equipos con funciones complejas que los trabajadores podrán controlar mediante mandos corporales, que además serán más fáciles de aprender que las largas secuencias de botones y palancas. 

Todos para uno
Todos los dispositivos digitales están comenzando a ‘charlar’ entre ellos para crear verdaderos ecosistemas, donde los usuarios pueden decidir qué quieren ver, lo mismo que dónde y cuándo. 

Por ejemplo, a través de tecnologías como AllShare o AirPlay, los usuarios pueden ver de inmediato en sus televisores aquellos videos e imágenes que capturaron en sus celulares, sin necesidad de cables y con solo oprimir un botón. O dejar de ver una película en el televisor del cuarto, para seguirla observando en una tableta digital en la sala de la casa o en el celular mientras toma el autobús. 

Más que buscar un artículo que centralice el entretenimiento en el hogar, la convergencia busca crear un hogar donde todos los productos digitales estén interconectados para aprovechar sus cualidades únicas. 

Tecnología para lucir

Los artículos tecnológicos se están transformando en una nueva y costosa clase de joyería. Cada vez más personas están integrando entre sus opciones de adornos y vestimenta productos que además les permitan conectarse a internet para compartir imágenes, revisar sus redes sociales, monitorear su estado físico o realizar llamadas, entre otras tareas. 

Los pioneros de este nuevo movimiento comprenden gafas fabricadas por Google (Google Glass), los nuevos relojes inteligentes de Samsung o Sony y los sensores para realizar ejercicio de Apple y Nike. A estos se unen pulseras, como la Jawbone UP, que registran automáticamente todas las actividades, la alimentación, el estado de ánimo y los momentos de sueño de su propietario, para modificar sus rutinas hacia una vida más saludable. 

En los próximos meses, los analistas esperan ver en el mercado una verdadera explosión de chaquetas con telas que actúan como paneles solares para cargar celulares o tablets, cascos con sistemas de GPS para que los ciclistas y los motociclistas nunca se pierdan en la ciudad, y completos sistemas de audio del tamaño de una billetera para llevar en cualquier bolsillo.