La investigación concluyó que el LSD hace que se relacionen secciones del cerebro que normalmente están desvinculadas. | Foto: Imperial College of London

CIENCIA

¿Cómo se ve el cerebro de un consumidor de LSD?

Por primera vez en la historia, los efectos de la droga psicodélica en la consciencia humana fueron visualizados. El avance fue calificado como histórico.

12 de abril de 2016

“Esto es a la neurociencia lo que el Bosón de Higgs fue para la física de partículas”. Con esa frase, el investigador David Nutt, del Imperial College en Londres, resumió lo que se ha convertido en el estudio más importante acerca de la droga psicodélica LSD, desde que fue sintetizada por primera vez por el químico Albert Hofmann, hace casi 80 años.

El LSD fue considerada como la droga por excelencia de la contracultura hippie. Expertos aseguran que fue fuente de inspiración de un sinnúmero de canciones y películas insignias de la cultura popular, pero también es una de las sustancias más estigmatizadas por la sociedad. Desde los años sesentas, época en que su rápida popularización la condujo a la prohibición en muchos países, los efectos del LSD a nivel cerebral habían permanecido bajo un manto de incertidumbre.

A pesar de que en sus primeros años de estudio la droga fue considerada como tratamiento en la psicoterapia, después de los convulsionados años sesenta dejó de tener cualquier valor médico para los investigadores, obra de la censura que sufrió incluso para la comunidad científica.

De hecho, para el estudio que condujo Nutt, tuvo que pedir un permiso al comité de ética del Reino Unido que se demoró 9 meses en ser aceptado. El psiquiatra británico contó con 20 voluntarios, todos con experiencias previas con consumo de alucinógenos, que se ofrecieron a exponerse al viaje psicodélico en nombre de la ciencia.

A cada voluntario se le dieron dos muestras, una con 75 microgramos de LSD y  otra con una droga placebo. Por cada muestra, se sometieron tres veces a un escáner de resonancia magnética, con lo que se armó un mapa de la actividad neuronal, tanto con la experimentación del LSD como sin ella.

“Encontramos que bajo el efecto del LSD, en comparación con el placebo, regiones dispares del cerebro empiezan a comunicarse entre sí, cuando normalmente no lo hacen”, explicó Nutt a la revista científica Nature.

La explicación

De acuerdo con los especialistas, en condiciones normales, la información visual que recibimos es procesada por la corteza visual del cerebro. Pero bajo el LSD, el sistema de visión se comunica con muchos más segmentos del cerebro aparte de la corteza visual. Con esto, muchas otras áreas cerebrales contribuyen al procesamiento de las imágenes. Esto también podría ser una razón del por qué las emociones también entran a jugar un rol clave en las alucinaciones producidas por el LSD.

“Con lo que encontramos, podríamos concluir que este efecto es la base de la profunda alteración del estado de conciencia que las personas describen durante la experiencia con LSD", explicó el Dr. Robin Carhart-Harris, parte del Imperial College. “Las drogas psicodélicas, pero en especial el LSD, son unas poderosas herramientas para comprender la naturaleza de la consciencia humana”, enfatizó el investigador.

El esquema que divulgaron los científicos muestra las áreas con mayor actividad sanguínea en colores amarillos y rojos. Como muestra el mapa, bajo el LSD casi la totalidad del cerebro se “activa”, siendo los efectos de esta droga muchísimo mayores a los de un placebo, su comparación en el experimento.

Sin embargo, los investigadores también encontraron que algunas secciones del cerebro tuvieron un flujo menor de sangre con la ingesta de la droga. Se trató de la red neuronal por defecto, que es la responsable de la mayoría de la actividad cerebral que funciona mientras la mente está en reposo. 

Según los investigadores, esta pérdida de sincronización en dicha sección cerebral estaría relacionada con lo que se ha denominado como la “disolución del ego”, algo bastante común en las drogas alucinógenas, que es la sensación de que el cuerpo pierde su singularidad y empieza a estar conectado con las cosas alrededor.

Con estos nuevos hallazgos, los investigadores esperan que el estigma que rodea una de las drogas psicodélicas con mayores particularidades se derrumbe, y que se pueda recuperar su potencialidad para la terapia psiquiátrica. “Los científicos hemos esperado 50 años para esto, para comprender cómo altera el LSD la biología cerebral. Ahora podremos entender mejor por qué tuvo un impacto tan marcado en la música y en el arte” señaló Nutt.