Neurología

Ejercicio para la memoria

Estudios recientes afirman que una dosis diaria de actividad física reduce el riesgo de desarrollar alzheimer y puede frenar el proceso degenerativo en quienes ya han sido diagnosticados.

28 de enero de 2012

HA PASADO UN poco más de un siglo desde que el psiquiatra y neurólogo alemán Alois Alzheimer descubrió el mal que lleva su apellido, y aún no se ha podido determinar con exactitud las causas que lo producen ni la mejor forma para prevenirlo o curarlo. Sin embargo, durante los últimos 15 años ha habido grandes avances en el estudio de esta enfermedad degenerativa que afecta a más de 30 millones de personas en el mundo. Varios estudios han demostrado que es importante llevar un estilo de vida saludable y realizar actividades que mantengan activo el cerebro para llegar a viejos y no perder la memoria.

Pero un reciente trabajo, realizado por investigadores de la Universidad de Washington en San Luis, Estados Unidos, confirmó que hacer ejercicio es crucial para retardar los síntomas de la enfermedad. Analizaron los casos de 201 adultos de entre 45 y 88 años, algunos de los cuales tenían antecedentes familiares de alzheimer, aunque ninguno presentaba síntomas. Todos obtuvieron buenos resultados en pruebas de memoria y conocimiento. Pero quienes informaron que hacían ejercicio regularmente, presentaron en el escáner cerebral menos placas amiloides, depósitos extracelulares asociados al deterioro de las estructuras neuronales y, por lo general, presentes en exceso en los pacientes con alzheimer.

Los autores revisaron cuántos de los participantes tenían la variación 4 del gen Apoe, relacionado con el metabolismo del colesterol y parte del grupo de genes asociados con el alzheimer. "Los que poseen esta variación tienen mayor riesgo de sufrir la enfermedad y son más susceptibles de desarrollarla a más temprana edad", le explicó a SEMANA Robinson Cuadros, miembro de la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría.

De esa forma, los investigadores comprobaron que la influencia genética hace más propensas a unas personas de desarrollar el mal, pero también que las que se ejercitan regularmente pueden disminuir el riesgo. "En la mayoría de los casos es una combinación de ambas cosas. Por eso, la dieta y el medio ambiente pueden influir", le dijo a SEMANA el profesor Murali Doraiswamy, del Centro Médico de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, autor del libro The Alzheimer's Plan Action.

Los expertos coinciden en que el ejercicio es muy importante, tanto para prevenir como para mejorar la calidad de vida de los pacientes diagnosticados, pues hace que la sangre fluya en el cerebro, reduce el riesgo de que se generen placas y favorece el crecimiento de las conexiones neuronales. "Según esto, hay grandes esperanzas de que con la actividad física se pueda posponer el desarrollo del alzheimer en gente propensa", dijo Doraiswamy a SEMANA, quien además señala que lo más recomendable es hacer ejercicio aeróbico durante 30 minutos, tres o cuatro días a la semana, no sin antes obtener una certificación del médico personal.

Así mismo, las actividades que es-

timulan el cerebro, como leer o escribir, son importantes para prevenir el alzheimer, tal y como lo indica un estudio reciente de la Universidad de California, publicado en la revista Archives of Neurology. Para Doraiswamy, "Es importante mantener la mente activa. Aprender nuevas cosas, socializar y reducir el estrés", según le dijo a esta revista.

Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay casi 5 millones de casos al año y en 2050 la cifra de enfermos podría llegar a 50 millones en todo el mundo. La recomendación general es hacer una detección temprana y prevenir la llegada de la enfermedad con un estilo de vida saludable. "Detectarla a tiempo es clave, pues la gente está envejeciendo más en la actualidad", concluyó Cuadros. n