El cerebro en la pobreza

Según un estudio publicado la semana pasada en la revista Science, cuando se es pobre el dinero no es lo único que escasea, sino también la capacidad mental.

7 de septiembre de 2013

Según un estudio publicado la semana pasada en la revista Science, cuando se es pobre el dinero no es lo único que escasea, sino también la capacidad mental. El trabajo fue hecho por investigadores de las universidades de Harvard, Princeton y Warwick con participantes de bajos ingresos de Estados Unidos e India. 

El grupo encontró que el estrés financiero de una persona pobre es tal, que equivale a perder 13 puntos de coeficiente intelectual. Esto no quiere decir que los pobres sean menos inteligentes, sino que la preocupación por el dinero ocupa casi todo su ‘ancho de banda’ cerebral. “Y cuando la mente está copada es más fácil que no note ciertas cosas o que no resista otras o que se le olviden, o que tenga menos paciencia o menos atención para otras personas como los hijos”, señala Eldar Shafir, uno de los autores. 

La investigación fue considerada como un hito porque acaba con la idea de que los pobres son genéticamente débiles o que con esfuerzo pueden salir de la pobreza. De acuerdo con estos resultados, la falta de dinero impone una carga tan grande que deja muy poco espacio a la gente para estudiar, buscar un mejor trabajo o idear alternativas para salir de su situación.