EL GOCE SOLITARIO

Un largo historial de terrorismo médico y moral contra la masturbacion, parece ser, la explicación del sentimiento de culpa que se registro en la reciente encuesta sexual en Estados Unidos.

21 de noviembre de 1994

LOS SOCIOLOGOS QUE REVISARON LAS reveladoras estadísticas de la conducta sexual de los estadounidenses, dadas a conocer hace unas semanas, encontraron que un 60 por ciento de los hombres y un 40 por ciento de las mujeres suelen masturbarse. Pero al mismo tiempo, observaron que un 41 por ciento de los hombres que lo hacen una vez a la semana, dijeron que sentían un fuerte sentimiento de culpa mientras que las mujeres que lo hacen con la misma frecuencia respondieron que experimentaban el mismo sentimiento en un 14 por ciento.
Los autores del libro 'Sex in America', que analiza los resultados de la encuesta sexual más completa desde el informe Kinsey, no tuvieron que hacer muchos esfuerzos para encontrar la explicación a la aflicción posmasturbatoria, especialmente de los hombres, pues la represión religiosa, moral y médica del onanismo en Estados Unidos tiene una larga historia y ha tenido repercusiones sociales muy notorias. Un caso muy representativo ocurrió en 1991, cuando el famoso comediante Pee-Wee Herman, ídolo de muchos niños estadounidenses, fue multado por un juez por haberse masturbado en un teatro de cine rojo. La carrera del artista, condenado a producir con sus propios fondos una película contra las drogas, se fue a pique.

UNA LARGA HISTORIA
Las maldades que la ciencia ha atribuido a la masturbación vienen de mucho tiempo atrás. En 1771 el doctor suizo S.A.D. Tissot aseguró que la masturbación era una de las causas de la tuberculosis. En su libro 'Onanismo: un tratado sobre el trastorno de la masturbación', el médico advertía que la pérdida constante de líquidos en la eyaculación y de fluidos vaginales que se producen durante la excitación sexual, privaba al cuerpo de sus 'sustancias vitales' hasta caer en una mortal postración. Los efectos convulsivos del acto, especialmente en las mujeres, podían afectar, según Tissot, el sistema nervioso.
Para muchos que habían disfrutado hasta entonces de su solitario goce pagano, los hallazgos supuestamente científicos cayeron literalmente como un balde de agua fría. Las teorías de Tissot inauguraron una época médico-inquisitorial contra el onanismo, que se unió a la inveterada condena moral de la tradición cristiana y judaica.
Los criterios aplicados a su caso no resultan sorprendentes, si se tiene en cuenta que el doctor Tissot no fué el único que le dio a la masturbación categoría de azote para la humanidad. A finales del siglo XVIII, Benjamín Rush, un médico patólogo que firmó la Declaración de Independencia de Estados Unidos, advirtió a la ciudadanía que la masturbación podía producir ceguera, epilepsia, pérdida de la memoria y -de nuevo- tuberculosis pulmonar. La campaña de manos limpias de la época entró a las aulas escolares en forma de monstruosos pronósticos de acné juvenil, idiotismo y calvicie prematura.
En su libro 'Discurso para un hombre joven', publicado en 1834, el doctor Sylvester Graham sostenía que la masturbación transforma a un joven en un "idiota confirmado y degradante, cuyos ojos sombríos y hundidos y cuya livida apariencia y encías sin dientes y ulcerosas, de aliento fétido y cuerpo encorvado, y la cabeza casi sin pelo -cubierta tal vez con barros supurantes- denotan una edad de viejo prematuro y de un alma en ruinas ".
El doctor J.H..Kellog dió a conocer dietas especiales, sin carne, para evitar la tentación, y recomendó a los padres, entre otras cosas, poner a los niños vendajes en los genitales. Otro remedio efectivo, según el médico, era la circuncisión sin anestesia pues "el breve dolor de la operación tendrá un saludable efecto en la mente, especialmente si esta ligado a la idea de castigo".
Para las niñas recomendaba aplicar ácido fénico puro sobre el clítoris. En la febril lucha contra el placer solitario no podían faltar los inventos de la industria, como el de una pequeña caja incrustada en el pene y el escroto que hacía sonar una campanilla cada vez que el niño tenia una erección.
Aunque ningún científico midió los efectos de la campaña del terror contra el vicio, los autores de 'Sex in America' sostienen que quedaron registrados preocupantes expresiones de ansiedad de hombres jóvenes en las encuestas contenidas en los estudios de Kinsey en los años 1930 y 1940.
Los reformistas sexuales Sigmund Freud y Henry Havellok Ellis, atacaron las extremas medidas pero no disiparon completamente el terror pues seguían sosteniendo que la masturbación podía causar trastornos sexuales, que incluian impotencia, eyaculación prematura y una aversión al acto sexual. Aun hoy, algunos médicos, siquiatras, consejeros espirituales, creen que la masturbación causa trastornos mentales.

LA REACCION
A pesar de esos antecedentes de culpabilidad, o quizás como reacción contra ella, los gringos desarrollaron toda una industria en torno de la masturbación a partir de la revolución sexual de los años 60.
A mediados de la década, varias feministas sacaron al mercado libros ilustrados que enseñaban a las lectoras a explorar su cuerpo y técnicas de placer en soledad. El informe Hite y los best seller de Nancy Friday ('My Secret Garden', 'Men in Love' y 'Women on Top') dieron cuenta de un desbordante menú de fantasías y técnicas utilizadas por hombres y mujeres antes y durante la masturbación.
Las alarmas antierección del siglo pasado fueron reemplazadas por una próspera industria de vibradores, consoladores, muñecos de plástico para los dos sexos, y películas para todos los gustos sexuales. El 'pecado de Onán' llegó a tal grado de desmitificación que hasta se ofrece un video por correo en el que una sexóloga enseña a amas de casa a masturbarse de diferentes maneras.
Sin embargo, a juzgar por los resultados de las encuestas, los videos y especialmente los juguetes sexuales, no son del gusto de la mayoría. Por ejemplo, sólo un 22 por ciento de los hombres y un cuatro por ciento de las mujeres visitó clubes nudistas, y los vibradores fueron comprados por sólo el 2 por ciento de cada sexo.
Pero las cifras no mienten, y la encuesta sostiene que un 60 por ciento de los hombres y un 40 por ciento de las mujeres se masturban.
¿Quienes son estos hombres o mujeres que fantasean en torno del sexo y buscan material erótico?
Tradicionalmente se había dicho que se trata de gente que mantiene una exigua vida sexual o que tiene pocas parejas. Pero los investigadores hallaron lo contrario. Encontramos que los hombres y mujeres que fantasean y buscan material erótico para autosatisfacerse, son aquellos que mantienen más relaciones sexuales".

LOS APENADOS COLOMBIANOS
Aunque en Colombia no hay un estudio completo sobre esta practica sexual, los pocos que se han hecho estiman que la supersticiosa campana contra la masturbación tambien ha dejado sus frutos.
Sobre la masturbación hay muchos aspectos y contextos. Como dice el sexólogo Alonso Acuna, masturbarse ya no tiene por que ser un pecado. "En el contexto histórico, la condena nació del hecho de que como era necesario que hubiera mucha gente en la Tierra, que se encontraba despoblada, cualquier persona que desperdiciara su semen estaba, de hecho, casi botando a la basura a un nuevo colono. De allí no hubo sino un paso para que el asunto fuera elevado a la categoría de delito social. Lo que era contra el Estado era contra la religión y viceversa".
Sin embargo, pese a la liberación en las costumbres, la situación de Colombia es similar a la de Estados Unidos. Investigaciones recientes han confirmado que el 60 por ciento de las mujeres y el 95 por ciento de los hombres colombianos practican regularmente la masturbación, ya sea por 'falta de oficio', para complacer a su pareja o por simple desahogo. Claro esta, con los mismos sentimientos de pena y complejos de culpa que los estadounidenses.
"Los medicos y los sexólogos, sostiene Acuna, sabemos que la masturbación no hace absolutamente ningun daño desde el punto de vista sicológico o sicofísico.
No obstante, si puede traer problemas en dos casos: cuando la persona recibe unos mandatos tan negativos que cuando se masturba, se angustia y piensa que eso le va a hacer un daño enorme; lo cual le crea ansiedad. Y cuando la persona, que tiene una compañera, prefiere una masturbación a la relación sexual con ella. Este último caso no es común. Lo que si es frecuente es que hombres y mujeres felizmente casados, ocasionalmente se masturben porque sienten una liberación, porque al fin de cuentas con la obtención del orgasmo, sea acompañado o solo, hay una liberación de las tensiones sexuales acumuladas".
El estudio sobre el sexo en EE. UU, no pretende ser la última palabra en un tema del que por tanto tiempo se ha especulado. Masturbarse, con pena o sin ella, parece ser ahora más un conflicto interno de cada uno que un conflicto de la sociedad. Pero como dice el viejo dicho, el que reza y peca, empata.
EL POBRE ONAN
LA PALABRA onanismo viene de Onán, un personaje bíblico que no tuvo mucha suerte en su corta vida. Era hijo de Judá y una cananea llamada Sea. Según el libro del Génesis, el hermano mayor de Onán, Er, se casó con una mujer llamada Tanar. Pero Er no le cayó bien a Yavé y Yavé lo mató. Entonces dijo Judá a Onán: 'entra a la mujer de tu hermano, y tómala, como cuñado que eres, para suscitar prole a tu hermano'. Pero Onán, sabiendo que la prole no sería suya, cuando entraba a la mujer de su hermano se derramaba en tierra para no dar prole a su hermano. Era malo a los ojos de Yavé lo que hacía Onán y lo mató también". (Génesis 38;9). Aunque la masturbación es considerada una falta cristiana y judaica, desde el punto de vista médico no tiene consecuencias nocivas. Al menos asi lo sostiene el Libro de la Salud de la clínica Mayo: La masturbación es una actividad normal y saludable", sostiene la prestigiosa enciclopedia familiar. "Algunos adolescentes se sienten culpables, debido a viejos e infundados mitos. No, la masturbación no lo dejará ciego ni deformará sus genitales, no hay razones para temer. No hay nada malo en masturbarse durante su adolescencia y después. Usted puede hacerlo empezando la edad escolar o antes. La masturbación le ofrece a usted una forma de relajar tensiones sexuales, darle a usted placer, disfrutar fantasías sexuales y aplacar deseos de relaciones sexuales con alguien que no es apropiado. Siempre y cuando usted no se masturbe en grupo, no hay nada inusual, perjudicial o inaceptable en esta práctica".-

EL CUESTIONARIO
Los autores del libro "Sex in America" diseñaron el siguiente cuestionario para averiruar la actitud de los encuestados hacia la masturbación:
1. En promedio, de los últimos 12 meses ¿con qué frecuencia se masturbó?
Más de una vez al día
Todos los días
Varias veces a la semana
Dos o tres veces al mes
Una vez al mes
Mes de por medio
Tres o cuatro veces al año
Una o dos veces al año
Ninguna vez en el año

2. Al masturbarse en los 12 ùltimos meses, ¿con qué frecuencia llegó al orgasmo?
Siempre
Usualmente
Algunas veces
Nunca

3. La gente se masturba por muchas razones. Señale la razón por la cual usted lo hizo en los últimos 12 meses
Para relajarse
Para aliviar tensión sexual
Por la falta de pareja
Por placer físico
Porque estaba aburridoda
Porque su pareja no quería sexo
Para dormirse
Porque tiene miedo de contraer SIDA

4. ¿Se siente culpable cuando se masturba?
Siempre
Usualmente
Algunas veces
Nunca