Para evitar el problema del aislamiento lo mejor es el esquema 70 por ciento en la casa y 30 en la oficina

AMBIENTE LABORAL

El lado oscuro del trabajo en casa

Trasladar la oficina al hogar no es el paraíso que muchos se imaginan. Los expertos señalan cómo lograr que funcione.

27 de marzo de 2010

Cada vez se promociona más el trabajo en el hogar como una opción que trae beneficios tanto al empleado como al patrono. El primero puede tener un mejor equilibrio entre la vida laboral y la familia, mientras que la empresa se ahorra recursos como la energía y el espacio. Sin embargo, en la realidad se ha detectado que muchos tienen problemas para acoplarse a este esquema y extrañan ir a la oficina a marcar tarjeta.

Un sondeo hecho por el periódico español Expansión y Empleo señala entre los problemas más reportados el hecho de tener que transformar la vivienda en oficina, menos proyección profesional y reconocimiento del trabajo, y menos capacidad para desconectarse de su labor, así como aislamiento. De los cinco factores, el que resultó más predominante fue este último. "Si me hubieran dado la opción, habría contestado que todas las anteriores -dice María Martínez, una consultora que participó en el sondeo y trabaja desde su casa-. Pero lo más difícil de lidiar es el sentimiento de soledad, de no poder comentar las noticias con mis colegas e incluso de no poder recibir 'feedback' sobre asuntos concretos de mis funciones, de cosas que uno se enteraría espontáneamente en los pasillos o en una conversación informal en el ascensor ", señala.

Esta investigación coincide con otras realizadas en países donde el trabajo en el hogar se ha vuelto la norma. En el reporte Liveable Lives, la experta en temas de ambiente laboral Ziona Strelitz señala que despachar desde la casa "no ha sido el paraíso que tanto los empleados como sus jefes esperaban que fuera". La gran falla, según Strelitz, es que el hogar no ofrece la misma posibilidad de socializar que la oficina, ni de contar con todos los recursos a la mano, o tener la misma colaboración de los demás colegas.

En el informe, la especialista incluyó la historia de ocho personas que trabajan en su hogar y describen las dificultades de este esquema. Una de ellas, Flora, de 35 años, dice que para trabajar necesita gente alrededor. "Me deprimo y me vuelvo ansiosa cuando estoy sola". Pero otros señalan inconvenientes de tipo práctico. Por ejemplo Federico, de 42, siente que el nuevo régimen de trabajo está invadiendo su vida personal y viceversa, debido a que "nuestro hijo de cinco años tiene que estar callado para que no me interrumpa y mi esposa no puede invitar a sus amigas porque yo estoy en casa". Otro asunto complicado es manejar el tiempo cuando se tiene un hijo pequeño. Otros reportan que les cuesta trabajo poner límites claros entre las funciones domésticas y las laborales. Al final, muchos de ellos sienten que trabajan más que antes porque en medio de tanta distracción se extiende el tiempo de labor, más cuando no hay que cumplir horario.

Los expertos señalan que estas fallas se dan cuando estos procesos de cambio se realizan sin considerar cómo van a afectar a las personas. Por ejemplo, en los más jóvenes el impacto es menos duro que en los mayores, "que tienen mucho más apego territorial", dice Clara Reyes, sicóloga experta en clima organizacional. Aunque es consciente de que este proceso requiere un cambio cultural y de preparación, Abraham Martínez, experto en comunicaciones unificadas de Microsoft, considera que debe existir un plan de trabajo coordinado con la oficina de personal de cada empresa para que el trabajo en la casa o el llamado trabajo progresivo o móvil funcione. También es clave que el empleado cuente con la tecnología indicada para que "pueda hacer videoconferencias y recibir llamadas en donde esté". El esquema que Reyes ha visto funcionar mejor es el del 70-30, que consiste en hacer 70 por ciento del trabajo en casa y 30 por ciento en la oficina para evitar la sensación de aislamiento.

Según Regus, una firma que ofrece soluciones para el espacio de trabajo, en 2013 el 33 por ciento de los trabajadores serán móviles. Aunque, según Reyes, el trabajador debe hacer gran parte del esfuerzo al tener una disciplina muy estricta en el hogar, la empresa también debe acompañarlo en ese reto. De esto, asegura, dependerá que el trabajo en casa sea el gana-gana que promete ser.