VIDA MODERNA

El movimiento antitecnológico

Hay quienes cuestionan si la adopción de tanta tecnología es algo realmente deseado.

1 de junio de 2011

La tecnología ha inundado nuestras vidas con una fuerza tan abrumadora que se ha convertido en parte de ella.

Cuando apenas estamos acostumbrándonos a la llegada de un dispositivo a nuestra mano, surge otro que requiere el uso de nuestros brazos. La evolución es instantánea, la actualización es infinita y la revolución constante.

Y en medio de esta marejada de innovación queda poco tiempo para hacer un alto en el camino y cuestionar si la adopción de tanta tecnología es algo que realmente queríamos que ocurriera.

Al menos eso piensan los alineados en un movimiento poco convencional, la corriente antitecnológica del neoludismo.

El neoludismo critica ferozmente los efectos de las innovaciones tecnológicas en el hombre y en la sociedad.

Según este movimiento la humanidad estaba mejor en su etapa más primitiva y natural sin contacto con la tecnología.

Ellos creen que hacia allá se dirigirá el hombre una vez que se demuestre que la industrialización es un fracaso.

Generalmente se le suele identificar como una tendencia radical o anarquista, cuando en realidad es una concepción que desafía el pensamiento predominante de que la tecnología es buena, algo que se conoce como "tecnofilia".

Probablemente esta identificación provenga del hecho de que el FBI catalogó a Theodore Kaczinsky, mejor conocido como el "Unabomber" como un exponente de esta tendencia. Pero dicho perfil psicológico fue descartado en la década de los noventa.

No toda la antitecnología, sin embargo, cree que la humanidad estaría mejor sin los avances en dispostivos.

El movimiento del ludismo reformista, por ejemplo, no rechaza la tecnología, la ve con suspicacia.

Quienes se adhieren a él piensan que la adopción de nuevas tecnologías es algo inevitable, pero se preocupan del hecho de que los cambios no desemboquen en una mejoría de la humanidad en su conjunto.

David Gelertner -profesor de la Universidad de Yale y una de las víctimas del llamado "Unabomber"- es uno de los que creen que es necesario un movimiento ludista para cuestionar internet.

En una entrevista con la cadena alemana Deutsche Welle, Gerlertner dijo que una oposición a internet sería "tremendamente valiosa".

El profesor en ciencias computacionales aclaró que no se refería a destruir computadoras sino a crear un "disenso intelectual" que nos pida reducir nuestra velocidad y evaluar lo que hemos logrado con la tecnología.

Se puede estar en contra de las innovaciones en nombre de la humanidad o el medio ambiente, se puede pedir moderación en el ritmo de los avances o se puede vivir convencido de que la tecnología es lo mejor que le pudo pasar a la sociedad.

Pero después de todo, quizá no está de más hacer una pausa en el camino y -de cuando en cuando- preguntarnos qué nos está ayudando a ser mejores personas y qué sólo está actuando como música de fondo.

¿Ustedes qué piensan?