Devon Carrow asiste a la escuela primaria de Winchester desde casi mientras opera el Vgo que está en la clase. | Foto: AP

TECNOLOGÍA

El robot que asiste al colegio

En Estados Unidos, un niño ha visto clases desde su casa durante 18 meses mediante un robot.

8 de marzo de 2013

Un robot de 1,20 metro de altura es el reemplazo del niño norteamericano Devon Carrow, quien no puede asistir al colegio por las alergias mortíferas que padece.

El menor tiene un enlace inalámbrico de video con el robot y, de esa manera, ve clases a distancia, participa en ellas, camina por los pasillos, dialoga en el recreo e incluso sube al escenario cuando se presenta algún programa artístico musical.

Durante un año, Devon ha asistido a clases utilizando "VGo", el robot en forma de un peón de ajedrez, conocido por un aviso televisivo de Verizon que muestra el tipo de tecnología posible con la red inalámbrica de la compañía.

De esa manera, puede permanecer en casa para tratar la esofaguitis eosinofílica que padece. Esta enfermedad es causada por glóbulos blancos que crecen en el estómago y el esófago. También tiene el síndrome del shock anafiláctico, que causa reacciones alérgicas potencialmente mortales a algunos desencadenantes, como la leche y los maníes. 

Cuando Devon comenzó a enfermarse, su madre propuso que asistiera al colegio mediante este robot. Los maestros en la escuela anterior de Devon, en el suburbio de West Seneca, Buffalo, se resistieron a la idea de tener la cámara del VGo en la clase, hasta que la mamá insistió y Devon fue acogido en la escuela primaria de Winchester.

Desde entonces, fue añadido al plan de educación especial del niño, y el costo —unos 6.000 dólares para el robot y 100 dólares por mes— es solventado por el presupuesto del distrito.

El robot se detiene cada vez que ve escaleras pero esto no es mayor obstáculo porque, con un peso inferior a los 9 kilogramos (18 libras), es suficientemente liviano como para que una maestra lo alce. Antes de avanzar, Devon enfoca la cámara hacia abajo para asegurarse de no embestir a algún compañerito que esté agachado atándose los cordones. El VGo advierte sobre la presencia de objetos grandes de frente.

Esta tecnología es aceptada por sus compañeros de clases. Estos niños de siete años criados con videojuegos, avatares y juguetes a control remoto no ven un robot, sino sencillamente a Devon.

Un día reciente, poco antes de ir a clases, una niña se acercó al robot para contarle a Devon una broma que circulaba entre los alumnos de la escuela primara de Winchester.

El hecho de que Devon no esté físicamente allí no significa que los demás no sientan su presencia. Cuando sus compañeritos le escribieron tarjetas de solidaridad el año pasado tras ser hospitalizado, todos lo dibujaron como un niño y no como un robot.

"Yo me preguntaba cómo lo tomarían los pequeños y creía se asombrarían", acota la directora Kathleen Brachmann. "Pero creo que los niños tienen ahora tanta exposición a la tecnología que lo aceptan mejor que nosotras".

El mismo Devon no sabe cuál es el motivo de tanta alharaca entre los adultos. Maniobrar el robot de cuatro ruedas por la escuela y hacerlo girar para ver a los compañeros de clase equivale a un desafío más de tablero y ratón.

"Es muy divertido porque es como si fuera un juego en la computadora", explica el niño de cabello enrulado con eterna sonrisa. "Es como si el objetivo fuera sobrevivir".

Esta tecnología también se ha utilizado para que los pacientes consulten a los médicos y que los trabajadores se presenten virtualmente en la oficina, aun mientras están de viaje.

Con información de AP

Vea el video del robot