El robot emocional

Se trata de FACE, un robot que funciona gracias al Hybrid Engine for Facial Expressions Synthesis (HEFES, por sus siglas en inglés), un software de animación facial que al combinarse con un grupo de motores ubicados en el rostro, el cráneo y la parte superior del torso del maniquí, le permite expresar su estado de ánimo.

Los creadores de este novedoso androide fueron expertos en robótica de la Universidad de Pisa, en Italia, quienes se inspiraron en el rostro de la esposa de uno de los miembros del grupo. El robot cuenta con 32 motores que manipulan su piel, hecha a base de polímero, y funciona de la misma forma que los músculos de una persona.

El equipo universitario, dirigido por el estudiante de doctorado Nicole Lazzeri, quiso desafiar con este experimento la teoría del 'valle inquietante', formulada por el japonés Masahiro Mori. Su tesis afirma que cuando un robot se parece mucho a un humano genera miedo en las personas y, por lo tanto, una sensación de rechazo. Sin embargo, esa impresión negativa disminuye a medida que el androide es más realista. Por esa razón, los científicos italianos quisieron eliminar esa alteración con FACE.

Según la revista británica New Scientist, el equipo pidió a cinco niños autistas y a 15 no autistas que identificaran varias expresiones realizadas en primer lugar por el robot y posteriormente por un psicólogo. Ambos grupos detectaron la felicidad, la ira y la tristeza, pero les costó más trabajo detectar el miedo, la sorpresa y el disgusto.

Aunque es evidente el nivel básico cuando el robot cambia de gestos, los investigadores pretenden suavizarlos y hacer más natural esa transición, además de ampliar el catálogo de emociones. Este trabajo fue presentado en la Conferencia Internacional IEEE en Robótica biomédica y Biomecatrónica, celebrada en Roma el pasado mes de junio.