El arquitecto brasileño Óscar Niemeyer, el hombre que diseñó y edificó a Brasilia, sigue muy vigente y trabajando todos los días a sus 102 años

CENTENARIOS

El secreto de los más viejos

El número de personas que llega a 100 años es cada vez mayor. La ciencia busca entender por qué este club elite logra vivir tanto.

28 de noviembre de 2009

El aumento de la longevidad es una realidad de la que no se escapa ningún país en el mundo. Pero lo que algunos no saben es que dentro de esa transformación demográfica se está presentando otra explosión poblacional: la de los centenarios, es decir, aquellas personas que viven 100 años y más. Los expertos coinciden cuando afirman que se trata del grupo de edad de mayor crecimiento en el mundo. En Estados Unidos viven 60.000 viejos centenarios, y uno de cada 10.000 habitantes llega a esta edad.Para 2030 se pronostica que habrá un millón de personas con 100 años y más, en todo el mundo.

Y aunque la tendencia es más marcada en los países desarrollados, también se observa en los países en vía de desarrollo. En Colombia, por ejemplo, el porcentaje de mayores de 85 en 1973 era de 0,26. El censo de 2005 mostró que este número se había incrementado a 0,5. Esto indica que en el país habría cerca de 4.000 personas por encima de 99 años.

Este grupo es de gran interés para los científicos, quienes han encontrado, para su sorpresa, que pese a su edad, esta población se mantiene en un estado físico notablemente superior a los de otros de sus coetáneos fallecidos antes. En el estudio de Dinamarca, tal vez el más amplio hecho hasta el momento, Kaare Christensen encontró que luego de ocho años de seguimiento a un grupo de 3.600 personas longevas, sólo quedaron 166 vivas. Pero lo asombroso es que un tercio de ellos podía aún desenvolverse en su vida cotidiana sin ayuda de otras personas. Este tipo de hallazgo es consistente en investigaciones en otras partes del mundo. Estudiar este grupo, entonces, es de gran interés porque muestra que la longevidad extrema no necesariamente viene acompañada de un gran deterioro. Los científicos, por lo tanto, se han enfocado en descubrir el secreto de estas personas para que otros puedan envejecer sin achaques, una aspiración de prácticamente todos los seres humanos.

Un trabajo realizado por Jessica Evert, de Ohio State University, encontró que los centenarios caen en tres tipos de categorías. El 40 por ciento de los viejos logra retardar la aparición de las enfermedades crónicas hasta pasado el cumpleaños número 80. Por lo tanto, el período de deterioro y enfermedad se comprime y se vuelve más corto. Otro porcentaje similar es el de los 'sobrevivientes', quienes sufrieron enfermedades crónicas antes de los 80 años, pero lograron vivir para contarlo. El grupo más pequeño, el 20 por ciento, son los que escaparon y llegaron a la centuria sin saber lo que era una enfermedad crónica, incluidos en este grupo la hipertensión, el cáncer, la diabetes y la enfermedad coronaria. Cuál es el secreto de este reducido grupo es el tema que apasiona a los geriatras del planeta.

Hasta ahora una cosa es clara y es que ayuda tener un estilo de vida sano que incluya no fumar, hacer ejercicio y tener una dieta balanceada. "Es lo que ha contribuido a que la gran mayoría viva 70 y más años", dice Thomas Pearl, médico geriatra y director del estudio de Centenarios de Nueva Inglaterra, de la Universidad de Boston. Sin embargo, los científicos saben que no todas las respuestas se encuentran en factores exógenos, pues dentro de este club elite se han detectado algunos individuos con historia de obesidad o de abuso de tabaco, y aun así han logrado vivir sin problemas hasta 100 años. La genética, por lo tanto, es considerada la otra ficha clave en este rompecabezas.

Nir Barzilai, un genetista del Albert Einstein College of Medicine, en Nueva York, dice que hay 20 veces más probabilidades de que un centenario tenga en su árbol genealógico un antepasado que vivió hasta viejo, que una persona promedio. El estudio de Nueva Inglaterra ha mostrado que los hijos de centenarios tienen menos de un tercio de probabilidades de morir de cáncer que la población general. El vínculo entre genes y longevidad ha quedado establecido en otros estudios hechos en poblaciones tradicionalmente longevas como la de Okinawa en Japón, donde se encuentra la población más numerosa de centenarios. Según Craig Willcox, de la Universidad Internacional de Okinawa, en esta región hay seis veces el número de longevos que en un país desarrollado. Esto se debe, según el especialista, a que es una comunidad aislada en la que sus miembros se casan entre sí y transmiten de generación en generación ese material genético particular.

Sin embargo, la genética parece que empieza a jugar un papel crucial más tarde en la vida, alrededor de los 60 años. El trabajo de Christensen así lo confirma, pues antes de esa edad, un par de gemelos tiene probabilidades muy diferentes de llegar a viejos. Pero si uno de ellos pasa este umbral, las posibilidades de que el otro también lo logre aumentan, especialmente si se trata de aquellos que son idénticos.

El reto es encontrar en el genoma de los centenarios el gen o los genes que hacen el organismo libre de enfermedades. Recientemente se descubrió uno que podría dar muchas respuestas. Se trata de una variante del gen conocido como FOXO3A. Bradley Willcox, gemelo idéntico de Craig y experto en geriatría de la Universidad de Hawai, encontró que la gente que lleva en su material genético dos copias de esta variante tiene tres veces más posibilidades de llegar a 100 años que las personas que no las tienen. Además, estos individuos empiezan a vivir la vejez con menor incidencia de cáncer, problemas cardíacos y en general con un perfil más saludable que los demás.

El FOXO3A está involucrado en numerosos procesos en el organismo. Por ejemplo, controla la vía de señalización de la insulina, una hormona que emite el páncreas y que les indica a las células que absorban azúcar para transformarla en energía. Lo anterior determina cómo el organismo procesa la comida. Se sabe también que FOXO3A controla otros genes que protegen las células de los llamados radicales libres, moléculas de oxígeno que provocan el deterioro acumulativo del ADN. Así mismo, este gen podría tener un efecto protector contra el cáncer al promover la muerte celular programada en células que estén comprometidas en tumores.

El hallazgo del FOXO3A ha llenado de entusiasmo a los investigadores en este campo. Otros señalan que hay que seguir analizando no sólo los genes, sino también la sangre, pues se ha detectado que los centenarios comparten la característica de tener niveles altos de HDL o colesterol bueno. En un futuro se espera que toda esta información ayude a crear terapias para extender el período de vida sana del ciudadano promedio, algo que no sólo el individuo verá con satisfacción, sino también la sociedad en general, pues implicará menores costos en salud para este grupo de edad.