EL SEXO DE LOS SANTOS

Un historiador de Yale arma escándalo al asegurar que la Iglesia alguna vez bendijo matrimonios entre homosexuales.

1 de agosto de 1994

CUANDO JOHN Boswell, profesor de historia medieval en la Universidad de Yale (Estados Unidos) terminó de escribir su libro Same Sex Unions in Premodern Europe, sabía que iba a levantar roncha. Según él, durante la Edad Media, las iglesias Católica y Ortodoxa realizaron ceremonias de matrimonios gay . Su revolucionaria tesis parecía quedar circunscrita a los eruditos. Sin embargo, cuando el dibujante Garry Trudeau, creador de la famosa historieta intelectual Doonesbury -que se publica en varios periódicos de Estados Unidos- mencionó su teoría, el debate traspasó las fronteras académicas para convertirse en una airada controversia. Aunque la historieta fue vetada en varios periódicos, alborotó a la comunidad gay congregada en Nueva York para celebrar los 25 años de la liberación homosexual.
La Iglesia, lógicamente, ha puesto el grito en el cielo. Pero incluso serios historiadores señalan que Boswell ha interpretado erróneamente, como uniones homosexuales, las descripciones de antiguos rituales realizados en ceremonias de fraternidad. "No hay duda de que Boswell ha encontrado algo. La pregunta es si esto significa lo que él dice que significa", señaló el catedrático Robert Wilken, profesor de Historia de la Cristiandad.
Boswell, doctorado en Harvard y quien es católico y también homosexual, señala: "Yo dudo que la mayoría de los críticos hayan leído el libro. Sus críticas son apenas el rechazo a una idea general". En 1982 Boswell se interesó en el tema de las uniones gay durante el Medioevo, cuando un jesuita le escribió mencionando un manual de liturgia del siglo XVII, que parecía contener un ritual de matrimonio para personas del mismo sexo. La curiosidad lo llevó a gastar cada verano de los siguientes 12 años esculcando en las más importantes bibliotecas de Europa, incluyendo la Biblioteca Apostólica del Vaticano. Temeroso de que los textos pudieran desaparecer una vez él publicara su libro, se tomó el trabajo de fotografíar todos los documentos.
En total, Boswell descubrió 80 manuscritos que hacían alguna referencia al ritual. Entonces se propuso escribir un libro probando que las uniones homosexuales, por tantos siglos condenadas por la Iglesia, habían sido una vez toleradas e incluso bendecidas. El resultado es un volumen de 400 páginas que no sólo es buscado por académicos e historiadores sino por la comunidad gay.
Pero la tesis de Boswell ha sido seriamente cuestionada. Para muchos, en la interpretación de los manuscritos el historiador se basó en el significado de unas pocas palabras que tuvo que traducir de 20 idiomas diferentes. La mayor parte del libro está dedicado a la historia del matrimonio, desde la antigua Grecia hasta la Edad Media. La controversia se centra en un capítulo en el cual Boswell sostiene que la veneración a ciertos santos indica una aceptación de la atracción homosexual. Y cita varias parejas de mártires que aunque en el santoral aparecen como hermanos, él describe como parejas homosexuales, tanto de hombres como de mujeres. Incluso alcanza a sugerir una "relación especial" entre algunos apóstoles. Y concluye que el hecho de que estas parejas fueran invocadas en los ritos, es prueba de su homosexualidad.
En opinión de Boswell, las expresiones "hermano" y "hermana", usados en la temprana cristiandad no sólo se utilizaban entre hermanos de sanare sino también entre esposos heterosexuales y parejas homosexuales. Para los voceros eclesiásticos, esta es una interpretación tendenciosa. Y aseguran que lo que Boswell hizo fue traducir del griego como "uniones del mismo sexo", aquellas que, en el original, son ceremonias de hermandad o fraternidad, usadas para reconciliar enemigos, pero no para bendecir uniones homosexuales. "Boswell no ha descubierto nada", dice el jesuita Robert Taft, del Instituto de Orientación Pontificia de Roma. "Lo que es nuevo, y falso, es su interpretación de estos rituales. La homosexualidad fue castigada en las leyes de la Iglesia, con dos o tres años de pena. Y en las leyes civiles con la tortura, la castración e incluso con la ejecución. Es ridículo asegurar que la Iglesia tenía un rito oficial para autorizar uniones homosexuales".
Hace unos meses en una entrevista a la cadena ABC, Boswell dijo que le fue difícil creer lo que había descubierto. Pero un manuscrito que encontró en un pequeño monasterio italiano le dio el argumento irrefutable. "En él se describe una ceremonia entre dos hombres y específicamente usa el término 'gamos' (matrimonio en griego) . Esta fue la pieza crucial y reveladora de una relación permanente entre dos personas, que eran algo más que hermanos de sangre".
Boswell libra hoy una batalla contra una grave enfermedad progresiva. Según cuenta, hace dos años los médicos lo desahuciaron dándole solamente de tres a seis meses de vida. El historiador, que vive con un compañero, ha sido acusado por varios críticos de querer encontrar, por motivos personales, un antecedente religioso para el matrimonio gay. El dice en su defensa: "Yo he vivido con alguien por largo tiempo y no siento la necesidad de casarme, pero esto no significa que la gente no debería tener esa opción". Y asegura que quiere ser conocido solamente como un investigador que es gay por casualidad y no como un defensor de la causa gay. "El reto de un historiador es recobrar el pasado; no decirle a la gente cómo vivir su vida". Sea como fuere, por cuenta de su libro se ha convertido en el historiador más detestado por los católicos y más popular entre los gays. -