EL YOGA Y EL SEXO

Una técnica basada en rituales milenarios, enseña a las parejas búsqueda del éxtasis fisico y espiritual.

11 de mayo de 1992


LA IDEA NO ES DE los sexólogos modernos. Una disciplina milenaria está cobrando auge sobre las teraplas de pareja tradicionales, gracias a sus espectaculares resultados. Se trata del tántrico, una antigua doctrina de rituales sexuales practicada en India y China, que se ha convertido en la base de una novedosa forma de ayudar a las parejas a mejorar su relación. Con sólo unas cuantas sesiones de este tipo de yoga, logran una mejor comunicación y a la vez aprenden nuevas técnicas para hacer el amor.
Conocido como el "yoga del sexo", las parejas se inician en esta disciplina de la misma forma que en el yoga: a través de la práctica de posturas de relajación, movimientos isométricos y ejercicios respiratorios. Y toda esa energía liberada por medio del movimiento y la concentración parece actuar como un potente y efectivo afrodisíaco. Al decir de los seguidores del tántrico, a través de esta técnica de relaciones meditativas y sensuales, se llega al máximo éxtasis físico y espiritual.

No en vano el tantra es la base espiritual del Kamautra, el famoso tratado erótico que forma parte de la literatura religiosa hindú.
Pero aunque en el tantra todo es sexual el arte, la amistad, el amor y la ciencia y su creyentes sostienen que la pasión erótica ayuda a aumentar la sensibilidad, la creatividad y hasta la lucidez del pensamiento, también existe una forma de tantra llamada blanca, cuyo propósito no es sexual y que ayuda a obtener el bienestar y la paz espirituales. En general, esta doctrina oriental ayuda a ampliar la comprensión del mundo individual, y a través de este conocimiento se llega también a la compenetración con la pareja.

Y realmente son los rituales del acto amoroso lo que lo ha convertido en una popular a esta milenaria disciplina.
La filosofía del tantra enseña que la diferencia entre hombres y mujeres es la base del amor. El objeto de culto es la sákti, energía femenina y fuente de satisfacción sexual.
En su filosofía, los creyentes se comprometen a perfeccionar su unión sexual como una forma de comunicarse con los dioses. En la práctica, se trata de lograr, por medio de un entrenamiento físico y emocional, algunas posiciones tales como el Beso tántricoque demandan pericia y tiempo pero que tienen fama de aumentar la intensidad y el placer del contacto físico. Para los creyentes expertos, el clímax, al que se llega paso a paso en exquisita y sensual comunicación, es la máxima expresión.
del placer sexual y espiritual.
Pero el tantra no puede ser sólo sexo. Quienes lo enseñan aseguran que esta no es una terapia para parejas que necesitan ayuda, sino una forma de lograr el máximo en una buena relación.

Esta forma de yoga dedicado a la sexualidad es enseñado por instructores a pequeños grupo de parejas. En clase, sin embargo, no es necesario desnudarse ni tocarse.
Como en el yoga, un maestro introduce inicialmente a los alumnos en las técnicas de la relajación y la meditación. Luego, las clases se dedican a la práctica de los ejercicios y aprender a manejar y controlar músculos. Lo cual ayuda a deshacerse de inhibiciones. Luego de unas cuantas sesiones, los amantes ya están listos para ejercitarse y meditar juntos. En prolongadas sesiones amorosas se dan masajes uno al otro, recitan sus mantras mientras ungen el cuerpo de su parejo... El propósito es llegar a un conocimiento tal del propio cuerpo y el del parejo, que permita medírsele a la máxima postura del ritual tantrico: el Maithma, o unión sexual.

Esta disciplina milenaria parece ser más efectiva que las terapias sexuales tradicionales porque carece de la ansiedad que produce en la parejas saber que están trabajando en mejorar su vida sexual. Aquí simplemente están practicando yoga.