Psicología

En busca del balance

Los trabajadores quisieran saber cómo combinar con éxito la vida profesional y la familiar. Jim Cathcart vendrá esta semana a Bogotá a enseñar cómo encontrar ese equilibrio.

29 de octubre de 2011

CASI TODOS LOS empleados en el mundo viven una constante lucha interna por lograr el éxito profesional y simultáneamente tener una vida personal satisfactoria. No muchos lo logran y la prueba es que algunos, en especial las mujeres, toman la decisión de quedarse en la casa y criar hijos o ser profesionales de alto nivel, pero no ambas cosas al tiempo. Y quienes deciden tener este doble papel, ya sean hombres o mujeres, lamentan no tener suficiente tiempo para ver crecer a sus hijos, viven en una carrera de obstáculos o se divorcian de sus parejas porque el trabajo se convierte en la prioridad de su vida. La novedad es que un experto en el manejo del tiempo asegura que combinar el trabajo y la familia es posible y sin tanto corre corre. Se trata de Jim Cathcart, autor del libro The Acorn Principle, un best seller que enseña, entre otras cosas, a lograr ese equilibrio que parece tan esquivo.

El tema preocupa desde hace más de 30 años a los trabajadores. Aunque él se ha dedicado a dar conferencias al respecto en todo el mundo desde hace más de una década, parece que el mensaje de cómo procurar ese balance no ha llegado a las nuevas generaciones, que se quejan de la falta de tiempo para sus asuntos personales, para cultivar un pasatiempo y hasta para hacer ejercicio a diario que los mantenga en condiciones de salud óptimas.

También reclaman la intromisión del trabajo en horas de descanso y en vacaciones gracias a que las nuevas tecnologías han facilitado que los empleados sigan haciendo labores de la oficina aun cuando están en casa. "Los jefes le dicen a uno que cada quien maneja su tiempo y que solo les importan los resultados, pero eso es una trampa porque para lograrlo, un empleado normal, sobresaturado de trabajo, debe dedicarles más de ocho horas a estos proyectos y robarles tiempo a los asuntos personales", dice Susana Díaz, una madre y ejecutiva que sufre por tener demasiada carga laboral y poco tiempo para manejarla.

Cathcart, sin embargo, piensa que no se puede culpar a los jefes ni a la tecnología puesto que el mayor obstáculo para tener balance en la vida es la persona misma. Según su experiencia, la clave es tener claridad sobre las cosas que más valor tienen para cada cual y establecer prioridades. Si una persona está feliz trabajando 12 horas diarias durante siete días a la semana y eso no le molesta a él ni a nadie en su entorno familiar, no hay ningún problema. Pero si alguien siente que su trabajo lo consume, es una señal de que debe hacer un alto en el camino y ordenar las prioridades. "Lo importante es que la gente sienta que en este tema cada cual tiene el control y debe tomar decisiones", dice Cathcart.

Hay que aprender a apagar el teléfono en horas de descanso, programar vacaciones con la familia, establecer horarios de trabajo y cumplirlos, o descansar en medio de la jornada. Y en caso de que sienta que hay invasión de los asuntos de oficina en su vida personal más allá de lo tolerable, "el empleado necesita urgentemente hablar con su jefe para poner ciertos límites".

No se trata de declararle un ultimátum sino de negociar con su superior cuáles son los proyectos más apremiantes en la oficina, establecer metas realistas en el tiempo para las entregas y enfatizarle que para hacer bien su oficio necesita que él le ofrezca ciertas condiciones. La gente tiene temor de perder su puesto por poner los puntos sobre las íes, pero "a veces es el subalterno quien le enseña al jefe a ser mejor. Se puede trabajar bajo las propias reglas del superior pero de una manera en la cual el empleado sea quien tenga el control de su propia vida", dice. Al final se trata de un gana-gana.

Para obtener éxito se requiere de descanso, enfatiza el experto. No obstante, muchos creen que tomarse un momento para hablar, caminar o descansar es de flojos, o se va a ver mal ante los ojos de los demás. Esto sucede porque en su mente ha calado profundamente la idea de que el tiempo es oro. Cathcart señala que "el tiempo es tiempo y nada más". Así como los atletas que entrenan al máximo también requieren momentos de descanso para recuperarse, los empleados necesitan alejarse por ratos del puesto de trabajo. Lo mejor es dedicarse a algo diferente que los vuelva a recargar, no importa si esto es hacer ejercicio, ver una película, jugar con sus hijos o simplemente sentarse en el sofá a echar globos.

Algunas recomendaciones del experto incluyen: hacer el trabajo bien desde el comienzo para no tener que repetirlo, lo cual economizará tiempo. También aconseja crear el hábito de hacer las cosas de una vez y no esperar. "Si está pensando en que tiene que hacer algo, hágalo enseguida". No hay que decir 'no puedo' sino ir completando las metas una por una. El compromiso más grande es dar el primer paso; una vez iniciada la tarea, el resto ya será mucho más fácil.

Pero tal vez lo más importante es entender que el balance no se consigue con agenda y calendarios. Aunque no está de más tener horarios y horas estimadas para las reuniones y actividades, el experto señala que la clave es establecer prioridades. "El tiempo se organiza una vez se tiene esa claridad". n