detectivismo

En la era del precrimen

Investigadores británicos crearon un sistema para pronosticar dónde podrían ocurrir futuros robos de vivienda.

23 de mayo de 2004

En la película Minority Report, Tom Cruise interpreta a Jon Anderton, un agente de la división de precrimen de la policía de Washington D.C. en el año 2054. El objetivo de su equipo es atrapar a los criminales antes de que cometan un delito, y para ello utilizan las habilidades mentales de tres personas -precogs- para ver el futuro. Un aparato conectado a los cerebros de estos seres superdotados talla en una bola de billar el nombre del asesino y de las víctimas. Con estos datos y con las imágenes que suministran los videntes, los policías deben llegar a la escena del crimen antes de que sea demasiado tarde.

Algo parecido han desarrollado los expertos en criminalística en Gran Bretaña. Aunque no cuentan con precogs ni bolas de billar y mucho menos de cristal sí pueden predecir el área donde los bandidos estarán cometiendo sus fechorías.

Utilizando mapas y herramientas que les sirven a los epidemiólogos para localizar focos de infección, Kate Bowers, una investigadora del Instituto de Ciencias Criminológicas Jill Dando del University College of London, diseñó un sistema que se ha denominado 'Mapa anticipado de zonas rojas' (Prospective hotspot maps) y que puede identificar el área donde se producirán los hechos en el futuro.

Lo más novedoso del sistema es que involucra un concepto que Bowers y su equipo han descubierto: que algunos delitos, como los robos de vivienda, se propagan como las enfermedades contagiosas, es decir, en un tiempo y en un espacio determinado.

La policía en el mundo también utiliza mapas, pero la diferencia de este sistema con los métodos tradicionales es que estos últimos se basan en las estadísticas pasadas para identificar las zonas de riesgo. Toman, por ejemplo, los lugares donde se cometieron robos el año anterior y colocan una rejilla sobre un mapa convencional para localizar los sitios más activos en una zona o ciudad. Este tipo de metodología se ha utilizado en ciudades como Bogotá para detectar las zonas en riesgo y bajar las cifras de violencia. Estos mapas se alimentan con las estadísticas de la Policía. Basados en los datos de abril de 2004 de la Dijin, por ejemplo, se sabe que Bogotá es una de las ciudades con mayor riesgo de robo de vivienda y que los miércoles y viernes, entre las 12 del día y las 6 de la tarde, hay más probabilidades de que sucedan este tipo de hechos.

El sistema de Bowers, por el contrario, no se basa en utilizar datos del pasado sino en tomar un incidente para pronosticar cuáles viviendas están en mayor riesgo de ser atacadas. "Sabemos, por ejemplo, que la casa de la señora Jones, en el número 10 de una calle en Londres, ha sido robada. A partir de ese hecho podemos determinar que hay un riesgo aumentado de que otras propiedades en la zona sean robadas en un corto tiempo", explicó la experta a SEMANA.

Así como un virus es capaz de infectar a las personas que han estado en contacto directo con un enfermo, Bowers ha podido establecer que las casas ubicadas a 400 metros, sobre todo aquellas localizadas al mismo lado de la acera de una que ya fue robada, tienen más probabilidades de correr la misma suerte en los dos meses siguientes al hecho.

"De esta forma -dice ella- nuestros mapas son más 'vivos' porque se les da un peso particular a incidentes que han pasado recientemente".

El contagio en el caso de los ladrones ocurre, según la experta, debido a que cuando se encuentran dentro de una casa ellos recogen información muy importante no sólo de la propiedad que están robando sino de las casas vecinas. Teniendo en cuenta que las casas en Londres son muy parecidas, la información que obtienen en una les sirve para entrar en la otra. "Es un atajo para robar otras viviendas".

El mapa anticipado destaca las zonas en peligro y de esta manera la policía puede tomar decisiones como vigilar más el área y echar mano de otras medidas que funcionen como una 'vacuna', entre las que figuran poner alarmas, montar un circuito cerrado de televisión o simplemente educar a los vecinos sobre cómo tener patrones de seguridad apropiados.

Este sistema se aplicó en el condado de Merseyside, al sur de Liverpool, Gran Bretaña. Becker usó información de hechos ocurridos en 1997 para comparar su modelo con otros dos tradicionales y encontró que el suyo era 35 por ciento más confiable que los otros dos. El estudio fue publicado recientemente en The British Journal of Criminology.

El próximo paso será poner a prueba el método en el trabajo diario de la policía británica y mejorarlo, si es necesario. También esperan que se pueda aplicar a otro tipo de crímenes. Los expertos ya han probado que es efectivo para robo de carros, delitos en los cuales los ladrones generan un foco de víctimas en un lugar y tiempo determinados. "No estamos muy seguros del alcance que pueda tener el sistema en la prevención de homicidios pues estos difícilmente son planeados de la misma manera", afirma Becker.

Actualmente las variables que el sistema tiene en cuenta son espacio y tiempo, pero piensan incluir también el modus operandi pues resultados preliminares indican que la manera como se cometen los delitos es importante para predecir los crímenes. "Los delitos que tienen 'modus operandi' similares ocurren con mayor frecuencia en sitios cercanos y se dan en un período determinado", dice.

Este mapa está lejos de utilizar herramientas como las de Minority Report. "Usamos datos científicos y no habilidades precognitivas", comenta la investigadora. Y admite que aún falta mucho para predecir con exactitud cuándo y dónde los bandidos van a dar un golpe pues hay muchas variables que juegan a la hora de decidir dónde cometer una fechoría. "Tal vez nunca tengamos un método que logre predecirlo en su totalidad". Pero esto es un paso adelante en la lucha por combatir el crimen y evitar que se convierta en una epidemia.