Una ambulancia llega al Emory University Hospital con el doctor Kent Brantly (derecha), el 2 de agosto del 2014, en Atlanta, EE. UU. | Foto: AP.

EPIDEMIA

El suero experimental que curaría el ébola

Los dos estadounidenses contagiados con el virus son los primeros humanos en ser tratados con la nueva molécula.

6 de agosto de 2014

El médico y la misionera estadounidenses repatriados a EE. UU. tras contraer el virus de ébola en Liberia continúan mejorando hoy en un hospital de Atlanta, donde prácticamente son "conejillos de indias" de un tratamiento experimental que, hasta ahora, no se había ensayado en humanos.

Desde el descubrimiento del virus del ébola, en 1976, la enfermedad ha causado 1.640 muertes registradas, 887 de ellas en lo que va de este año, según la Organización Mundial de la Salud.

Aunque algunos medios han calificado el suero como "un secreto" y ha habido críticas por su uso solo con dos estadounidenses, el desconocimiento que había sobre el tratamiento respondía a que se encontraba en la fase de pruebas con animales, dentro del proceso normal de pruebas clínicas antes de autorizarse su uso en humanos.

De hecho, este suero no es el único en desarrollo: los investigadores de la Universidad Auburn trabajan en una molécula, identificada como WY3161, que ha mostrado su capacidad para revertir el efecto por el cual ciertos virus bloquean la inmunidad.

El médico Kent Brantly y la voluntaria Nancy Writebol, los estadounidenses contagiados, recibieron dos de las únicas tres dosis enviadas a Liberia del suero conocido como Zmapp, producido por la firma biofarmacéutica Mapp, de San Diego (California).

Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, indicó que esta fue la primera vez que se probó el compuesto en humanos "porque todo el trabajo previo se había hecho con animales y los resultados fueron alentadores".

Los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) se saltaron los procedimientos formales para las pruebas clínicas y pusieron en contacto a Mapp con el grupo cristiano de beneficencia Samaritan's Purse, con el que trabajan ambos, para llevar a cabo la prueba.

Zmapp es una combinación de tres anticuerpos monoclonales "humanizados", producidos en un grupo de plantas en el género Nicotiana, y que combaten a los virus invasores fijándose en los antígenos de las células.

Una vez que los antígenos se adosan a la superficie de una célula, el virus penetra y usa los mecanismos de su anfitriona para replicarse. Los anticuerpos, que pueden ser del sistema de inmunidad propio del cuerpo o de los medicamentos, impiden que los antígenos se fijen a las células.

El Instituto de Investigación de Enfermedades Infecciosas, del Ejército de EE.UU., con sede en Frederick (Maryland), había hecho pruebas con macacos rhesus infectados con el virus del ébola y tratados con la mezcla de medicamentos.

Según un informe publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences en el 2012, en un experimento, dos de los animales tratados una hora después de su exposición al virus sobrevivieron, en tanto que los animales sin tratamiento murieron.

En otro experimento, cuatro de los seis animales tratados en las 48 horas después de su exposición al ébola sobrevivieron, pero los dos no tratados murieron.


Un empleado de salubridad le pone un termómetro a un pasajero a su llegada al Aeropuerto Internacional Murtala Muhammed, en Lagos, Nigeria. Foto: AP.

William Schaffner, un profesor de medicina preventiva y enfermedades infecciosas en el Centro Médico de la Universidad Vanderbilt, en Tennessee, dijo que los métodos para combatir el ébola que se investigan contienen anticuerpos del virus.

"Hay una larga tradición de uso del suero de inmunidad como tratamiento", señaló Schaffner en declaraciones al portal Live Science. "Se le administran anticuerpos al paciente y uno espera que esos anticuerpos se enlacen con los virus e interfieran en su multiplicación", agregó.

Es un método que data de la década de 1880, cuando los médicos descubrieron que era posible salvar la vida de pacientes con enfermedades letales como el tétanos o la difteria, inyectándoles un suero derivado de la sangre de personas que antes habían logrado superar la infección con su propia inmunidad.

A lo largo del último siglo, los antibióticos –eficaces contra enfermedades causadas por bacterias, pero no contra virus– y las vacunas, que estimulan al cuerpo para que produzca defensas, fueron desplazando a los sueros para el tratamiento de muchas enfermedades.

Pero en los casos de males para los cuales no hay otro tratamiento, como el virus de la rabia –también llamado hidrofobia–, el suero sigue siendo necesario.

Mapp indica que el compuesto es un anticuerpo monoclonal obtenido de ratones expuestos a fragmentos del virus de ébola. Los anticuerpos generados en la sangre de los ratones fueron recolectados para crear el medicamento que, supuestamente, funciona impidiendo que el virus entre e infecte otras células.

¿Vacuna a la vista?


La OMS confirmó que la cifra de muertos se ha elevado a 932 en cuatro naciones africanas a la fecha.

El número creciente de casos en Lagos, una megalópolis de 21 millones de habitantes, se produce al tiempo que las autoridades reconocen que no trataron al estadounidense Patrick Sawyer como paciente de ébola y tardaron 24 horas en aislarlo tras su arribo a Nigeria el mes pasado. Sawyer, de 40 años, descendiente de liberianos con esposa y tres hijas en Minnesota, realizaba un viaje de negocios a Nigeria cuando enfermó.

En medio de este oscuro panorama, el doctor Anthony Fauci considera que hay esperanzas de que se disponga de una vacuna contra el ébola para julio próximo.

El funcionario de mayor rango en la lucha contra las enfermedades infecciosas dijo que esa vacuna preventiva ha sido puesta a prueba en monos exitosamente.

Fauci le dijo a CBS que las pruebas en seres humanos comenzarán en septiembre y que podría estar lista para julio.

También señaló que el público no debería preocuparse de que dos pacientes infectados hayan ingresado al continente desde el África occidental, porque se ha hecho con las medidas de seguridad adecuadas.