ENTREVISTA

Enrique Peñalosa: "América Latina debe mirar más a Amsterdam que a Miami"

Las ciudades latinoamericanas deben dejar de mirar hacia metrópolis como Miami, pensadas para el transporte privado, y progresar hacia un modelo europeo como el de Amsterdam, más "igualitario" y respetuoso con los peatones, según el exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa.

13 de enero de 2011

"Una ciudad avanzada no es aquella en la que los pobres pueden moverse en coche, sino una en la que incluso los ricos utilizan el transporte público", señaló Peñalosa en una entrevista tras una charla en la Canning House de Londres sobre urbanismo sostenible.

Peñalosa, exalcalde de Bogotá, una ciudad con más de 7 millones de habitantes, argumenta que dar prioridad a los peatones sobre los automóviles es la única forma de que las personas "se sientan respetadas" en el espacio público, y por tanto de construir desde el urbanismo una sociedad democrática.

"Hablar de ciudades sin coches no es una utopía porque hablamos de capitales que ya existen, en las que el uso del vehículo privado es muy reducido. Y no sólo funcionan, sino que son las que más atraen las inversiones y el turismo", resaltó Peñalosa.

El actual consejero del Instituto para el Transporte y el Desarrollo de Nueva York agrega que en un contexto de crisis económica los ayuntamientos no deberían recortar gastos en aspectos "fundamentales para la calidad de vida y que humanizan la ciudad" como las redes de transporte público, los parques y lugares de ocio, las bibliotecas y la promoción de actividades culturales.

"Hay que fomentar el espacio público porque en los países en desarrollo la desigualdad crea conjuntos cerrados. Los centros comerciales son casi clubes privados, porque, aunque no se prohíba el acceso, a los pobres se les mira tan mal que quedan excluidos de facto", observa el exalcalde.

Peñalosa, que en 2010 fue precandidato a la presidencia de Colombia por el Partido Verde y fue derrotado en las elecciones primarias por el también exalcalde de Bogotá Antanas Mockus, está convencido de que los organismos públicos deben comprar las tierras que rodean a las ciudades y que actualmente están en manos privadas.

La falta de suelo, explicó, limita las posibilidades de construir infraestructuras públicas y ha propiciado durante décadas la construcción de barrios enteros fuera de la legalidad, formados por barracas y muchas veces sin acceso a servicios básicos como el agua potable.

Precisamente, uno de los aspectos que Peñalosa subraya sobre el progreso de la capital  en los últimos años es haber legalizado gran parte de los barrios y haber conseguido hacer llegar el agua hasta al cien por ciento de la población.

"Es un cambio muy frágil", advierte, sin embargo, el exalcalde, "porque cuando las medidas se toman desde arriba y no hay suficiente participación ciudadana cualquiera puede llegar y dar marcha atrás".

"Si le preguntamos a alguien cómo es su vivienda ideal, todos lo tienen muy claro, saben en qué barrio querrían vivir, de qué tamaño sería su casa y de qué color la pintarían, pero si hablamos de cómo sería la ciudad ideal, la mayoría no tiene ni idea. Y eso que todos pasamos más tiempo en la calle que en casa", se lamenta Peñalosa.
 
EFE