ENTRE EL VIENTRE Y EL QUIROFANO

Por primera vez se lleva a cabo con total éxito una operación de columna en un feto de cinco meses.

28 de diciembre de 1998

La peor pesadilla para una mujer embarazada es que su futuro hijo nazca con problemas físicos o mentales. Esta incertidumbre ha sido el motor para que varios científicos se hayan dado a la tarea de descifrar los misterios del desarrollo humano antes del nacimiento. Para fortuna de muchas madres las investigaciones han comenzado a dar sus frutos y, por increíble que parezca, ya es posible corregir defectos físicos antes de que el bebé llegue al mundo. Esto le ocurrió a Noah Kipfmiller, un bebé de cinco meses que fue operado de la columna vertebral cuando apenas era un feto.Esta espectacular historia le ha dado la vuelta al mundo gracias a la revista médica The Lancet, que publicó en su más reciente edición apartes de la interesante intervención quirúrgica.La historia de Noah comenzó cuando Melissa, su joven madre de 27 años, acudió a un examen de rutina. El ultrasonido que le realizaron en ese entonces confirmaba la sospecha de los médicos: Noah sufría un severo problema de espina bífida, una malformación que se presenta cuando la columna vertebral no se cierra completamente durante el primer mes de gestación.Este fenómeno afecta directamente el desarrollo normal del tubo neural que, al estar expuesto sin ninguna protección, puede llegar a sufrir daños mecánicos y químicos por la acción del líquido amniótico.Si bien la enfermedad sólo se manifiesta en uno de cada 2.000 recién nacidos sus consecuencias son devastadoras. De acuerdo con las investigaciones realizadas hasta el momento la espina bífida puede generar dolencias tan graves como paraplejia, hidrocefalia, incontinencia, disfunción sexual, deformaciones del esqueleto y daño cerebral. Este oscuro panorama se cernió sobre el pequeño Noah, a quien los médicos le pronosticaron un futuro desolador. De no corregirse el defecto oportunamente el bebé nacería inválido de la cintura para abajo y tendría complicaciones intestinales y renales. Sin embargo no todo estaba perdido. Un grupo de cirujanos del Hospital Infantil de Filadelfia, encabezado por el doctor Scott Adzick, le sugirió al matrimonio Kipfmiller probar un novedoso tratamiento que, de salir exitoso, le permitiría a Noah poder caminar algún día. Por medio de una complicada intervención quirúrgica se le realizaría una microcesárea a Melissa, se le abriría el útero y se sacaría al feto de cinco meses. Una vez afuera los médicos retirarían la membrana que se había formado sobre la espina bífida y coserían los colgajos de piel adyacentes a la espalda para crear de esta forma una protección para la columna vertebral. Luego el bebé sería depositado nuevamente en el útero y se iniciaría un trabajo posoperatorio normal. Las experiencias anteriores que más se parecían a este tipo de intervención se limitaban a las cirugías adelantadas en fetos de ovejas. En esos casos la oportuna reparación de la espina bífida evitó la destrucción continua de la columna vertebral y permitió recobrar en la medida de lo posible las funciones neuronales al momento del nacimiento.Aunque este singular método sólo había tenido resultados alentadores en animales los Kipfmiller decidieron asumir el riesgo y siguieron adelante con una operación en la que las posibilidades de éxito eran pocas. No sólo estaban en peligro las vidas de Noah y Melissa sino que, a la hora de la verdad, el tratamiento no garantizaba una cura definitiva para el pequeño.Para fortuna de los Kipfmiller el experimento fue todo un éxito y a los dos meses de haberse efectuado la operación el pequeño Noah llegó al mundo con una columna más fuerte y con una mayor movilidad en las extremidades inferiores. A pesar de lo alentadoras que han sido las últimas semanas los médicos prefieren guardar cautela y no se atreven a cantar victoria en lo que se refiere a una eventual cura para el problema de la espina bífida. Los Kipfmiller son conscientes de ello y saben que en un futuro Noah puede desarrollar algún tipo de complicación neuronal que lo postre en una cama. Pero así como no existen garantías para asegurar su definitiva recuperación, tampoco han aparecido indicios significativos de lo contrario. Por el momento familiares y médicos siguen sorprendidos por el éxito de la intervención en este pequeño bebé que, sin saberlo, se ha convertido en una maravilla de la ciencia. nDesarrollo fetalUna de las etapas fundamentales en el desarrollo del feto es la formación de la espina dorsal. Si en el primer mes de gestación ésta no se ha cerrado se presenta el defecto de espina bífida, que afecta directamente la evolución del tubo neural. Si no se corrige a tiempo, esta malformación puede desembocar en problemas como hidrocefalia, paraplejia, incontinencia y daño cerebral.