ESE OSCURO OBJETO DEL DESEO

La sobredosis de mensajes eróticos parece estar acabando con el deseo sexual.

3 de diciembre de 1990

Veinte años después de la revolución sexual, las cosas en este aspecto no son muy alentadoras.
Según los sexólogos, el verbo "desear" se conjuga cada vez menos en el planeta. Mientras en los países industrializados está abierto el debate sobre la atrofia del deseo sexual por sobredosis de mensajes eróticos, en Colombia los especialistas aseguran que las consultas sobre el tema son cada vez más frecuentes. Al parecer, a medida que los estimulos sexuales aumentan en los medios de comunicación, disminuyen en la intimidad de las alcobas.
En los años 6070 , la sociedad puso en entredicho los tabúes sexuales. La monogamia se sustituyó por la multiplicidad de compañeros sexuales. Como efecto de esta apertura se multiplicaron los mensajes eróticos en la publicidad de todo tipo de productos, las películas de clasificación X vieron la luz del día, los sex-shops se convirtieron en la gran industria, florecieron los medios de estimulación sexual como las chicas del teléfono y las cabinas para voyeristas. Y hasta en el teatro y la música, el desnudo y las referencias sexuales se volvieron un lugar común. Con la aparición del Sida se pensó que el flujo de mensajes eróticos disminuiría, pero sorpresivamente éste está cediendo casi con la misma lentitud del abandono de la promiscuidad sexual.
Si bien en nuestro país la exacerbación en el empleo de imágenes eróticas en los mensajes publicitarios dista mucho de lo que en este momento sucede en otros países, también puede hablarse de un "destape". "Las imagenes eróticas siempre van a funcionar para fines publicitarios", opina Carlos Arturo Ochoa, creativo de una importante agencia publicitaria. "Pero quizás llegue a suceder el fenómeno del campo nudista: donde a nadie le importa lo que pase frente a sus ojos" .
Los sexólogos coinciden en afirmar que el deseo sexual se encuentra hoy en su tasa más baja. Sencillamente, dicen, las cotidianas imágenes publicitarias y demás estimulos han saturado Y este mal afecta incluso a los franceses, seductores por antonomasia.
Los resultados de una encuesta reciente señalan que el sexo es cada vez menos interesante para los franceses, debido a una sobredosis de estímulos externos. Pero aunque el "síndrome de saturación sexual" aún no se presenta en Colombia, no por el lo puede decirse que la situación sea diferente. A pesar de que no existan estadísticas en este sentido, los sexólogos registran una alta proporción de consultas cuya causa es la pérdida del deseo sexual, tanto en hombres como en mujeres. "Del total de mis pacientes, setenta por ciento son hombres y treinta por ciento son mujeres", señala el sexólogo Alvaro Poveda. "Aunque la mayoría de los hombres consulta por problemas de eyaculación y erección, hay un significativo porcentaje que lo hace por pérdida del deseo sexual. En el caso de las mujeres. la mitad llega al especialista por problemas de anorgasmia y la otra mitad por deseo sexual inhibido". El especialista señala que aunque aparentemente exista una diferencia en el porcentaje de consultas entre hombres y mujeres, lo cierto es que las fallas de erección y la anorgasmia tienen muchas veces como causa la ausencia del deseo o su inhibición.
"Dado que el deseo nace de una acumulacion de estimulos placenteros, la pérdida es el resultado de la ausencia de estimulos". Cada vez más, hombres y mujeres llegan calladamente a los consultorios en busca de una solución a la pérdida del deseo sexual, ocasionada, según los especialistas, por la falta de estimulación por parte de la pareja.
Según los sexólogos, la pareja moderna, consumida por el estrés, obsesionada por el deporte y el desempeño profesional ha reducido al máximo el tiempo precioso de los devaneos amorosos y hoy otorga una ridícula brevedad al acto sexual.
Pero hay dos factores primordiales que inciden enormemente en la desaparición de la libido. En los hombres, haber perdido la exclusividad de la conquista amorosa. Víctimas del machismo, el hecho de que las mujeres se lancen a conquistarlos provoca en ellos una disminución del estimulo y de las fantasias sexuales.
"Puedo hacerlo con todas menos con ella, que es la que más quiero, porque sabe más y es mayor que yo", confiesa un joven de 20 años a su sexólogo. En las mujeres, en cambio, la principal causa de la pérdida del deseo sexual está asociada con la falta de ternura y afecto por parte de sus compañeros. "Creo que soy anormal.
Cuando hacemos el amor, no siento nada. Me acaricia poco y va a lo que va, pero cuando voltea la espalda yo me quedo pensando", dice una mujer de 22 años que está bajo terapia. La opinión de los especialistas es que, después de algunos años de vida en pareja, hombre y mujer se olvidan de todos los estimulos que anteriormente practicaban, reduciendo las relaciones sexuales al momento del coito. "Salvo los estímulos táctiles, los demás -visuales, auditivos, gustativos, olfativos tienden a disminuir y la fantasia desaparece. Esto se debe a un síndrome que yo llamo "el supongo que...-dice el doctor Poveda-. Este no es ni más ni menos que la despreocupación por estimular a la pareja. El hombre supone que la mujer sabe que la quiere, así que nunca se lo dice. La mujer supone que su compañero aún la desea así que no se esmera por aparecer seductora " .
Los expertos aseguran que quienes, después de varios años juntos, logran mantener el deseo sexual es por que han desarrollado una verdadera intimidad que, advierten, no es lo mismo que familiaridad. "Así como el astrónomo se familiariza con el cielo, sólo el astronauta logra intimídad con él", señala un especialista. El primer paso para recuperarlo es desear el deseo y el segundo, la voluntad de explorar y nutrir la propia sensualidad por medio de estimulos.
El problema de inhibición del deseo sexual es, a los ojos de los especialistas, más fácil superar a nivel individual que de pareja. Es dificil lograr que la persona que consulta recupere su libido, si su pareja no está en disposición de trabajar en ello, asegura el doctor Poveda.
"Los problemas a nível individual se resuelven en su totalidad pero sólo la mitad de los pacientes logra superar las dificultades con su pareja". Por eso, hay quienes afirman que a veces es más fácil cambiar de pareja que hacer cambiar a la pareja.