SALUD

¿Estar desempleado mejora la salud mental?

Un estudio en Reino Unido analiza la relación que existe entre estabilidad laboral y salud mental. La tesis que plantea contradice otras investigaciones. Estos son los resultados.

30 de agosto de 2017

Una de las etapas más traumáticas por las que puede pasar una persona es cuando se queda sin empleo. Y es que la salud física y mental en algunas personas está estrechamente ligada a la estabilidad laboral.

Un estudio liderado por Deutsches Ärzteblatt International, una asociación médica de Alemania, concluyó que “los desempleados de larga duración tienen una carga de enfermedad notablemente más elevada, en particular la enfermedad mental”.

Así mismo se encontró una relación causal entre el desempleo y el alcoholismo. Indirectamente, los resultados de los investigadores de la asociación alemana Eliason y Storrie “encontraron un mayor riesgo de tratamiento hospitalario como resultado de enfermedades relacionadas con el alcohol en los 12 años siguientes a la pérdida de empleo causada por cierres de empresas”.

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Un escrito publicado en el portal de la Universidad de Yale mostró un estudio que revela que las tasas de desempleo altas aumentan la mortalidad. Cuando estas disminuyen sube la sensación de bienestar en la comunidad.

"El empleo es el elemento esencial del estatus social y establece a una persona como un miembro contribuyente de la sociedad y también tiene implicaciones muy importantes para la autoestima", afirmó M. Harvey Brenner, quien se desempeña como profesor visitante en la División de Salud Global del Departamento de Epidemiología y Salud Pública de la Escuela de Medicina de Yale.

Benner no solo quiso hacer un balance general del empleo sino también de los diferentes tipos de trabajos y su incidencia en las tasas de mortalidad. Así, los trabajos que demandan una interacción personal mayor son los que mantienen más estables a las personas y hacen uso más desarrollado del conocimiento.

Aunque esto puede sonar muy favorable para las personas que tienen empleo, el mismo Benner también afirmó que existen puestos de trabajo de baja calidad que a veces son perjudiciales y que en realidad pueden aumentar la mortalidad.

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Esa es la tesis de un nuevo estudio hecho en Reino Unido que contradice lo que otros especialistas han concluido. La metodología contó con 1116 participantes entre 35 y 75 años, todos desempleados, y agrupados según el año. Así, se armaron grupos que contaron con personas que estuvieron sin trabajo durante 2009 y 2010, seguidas de los desempleados entre 2010 y 2011 y finalizando con el grupo que comprendía los años 2011 y 2012.

Se hizo una comparación entre los adultos que se mantuvieron desempleados con los que posteriormente consiguieron empleos de mala calidad. Los segundos obtuvieron mayores niveles de carga alostática total.

Esto quiere decir, según la publicación Mecanismos Neurobiológicos escrito por Luciana D’Alessio, José Bonet, Mariana Suárez-Bagnasco y Pedro Forcada, que “los eventos que debieran llevar al estado normal se estabilizan en cambios plásticos desfavorables o mal adaptativos, que conforman los diversos estados de la sobrecarga alostática (distrés) y sus manifestaciones en el sistema nervioso central (ansiedad, depresión), el sistema inmune y endócrino y el aparato cardiovascular”.

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Las personas que se cambiaron a trabajos mejores lograron calificaciones positivas en salud mental en comparación con los que se mantuvieron desempleados. Sin embargo, los que pudieron salir de la desocupación laboral para trabajar en un empleo malo no tuvieron ninguna mejora. Lo que concluye que el solo hecho de trabajar no es suficiente para tener una salud mental estable.

A pesar de los resultados, también hay que entender que el sistema de bienestar social del Reino Unido pudo proteger a las personas cuando se encontraban sin trabajo, lo que pudo llevar a que el estudio los mostrara más saludables que aquellos que se mantenían ocupados.