Los recursos naturales de la región, motor del desarrollo actual, se agotarían en 15 años

ECONOMÍA VERDE

Éxito o fracaso

Un estudio del Banco Mundial advierte que los vastos recursos naturales de América Latina corren peligro si las políticas de crecimiento sostenible inclusivo no se mantienen. ¿Podría ser víctima de su propio éxito?

16 de junio de 2012

América Latina y el Caribe es la región con mayor potencial de crecimiento en el mundo. Las cifras lo dicen todo. Es una de las áreas más urbanizadas del planeta, pues el 80 por ciento de la población vive en ciudades. Registra el mayor aumento mundial en la motorización con una tasa del 4,5 por ciento anual. Con el reciente auge económico, el crecimiento promedio de la región supera el 4 por ciento y más de 70 millones de personas han sido rescatadas de la pobreza.

Estos pasos hacia el desarrollo son una gran noticia, pero implican enormes desafíos para los países y sus líderes, quienes tendrán que tomar decisiones cruciales que definirán el futuro por muchos años. Si las cosas no se hacen bien, en muchos aspectos, la región de América Latina y el Caribe (ALC) podría convertirse en víctima de su propio éxito económico.

Un estudio del Banco Mundial, previo a Río+20, señala que los recursos naturales de ALC, ampliamente reconocidos como el motor detrás del crecimiento actual, podrían agotarse significativamente en menos de una generación (de 15 a 20 años) si la región no adopta de manera generalizada políticas ecológicas que garanticen un crecimiento sostenido.

Según Ede Ijjász-Vásquez, director de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, "la región tiene ante sí la oportunidad de elegir un camino que la lleve a un crecimiento robusto sin quedar atrapada en patrones poco sostenibles que a la larga son más caros, menos eficientes y con menor capacidad de recuperación".

El Banco Mundial señala que los temas cruciales que deberá resolver la región en las próximas décadas tienen que ver con infraestructura, energía y servicios urbanos, que impulsan el crecimiento económico y definen la calidad de vida de la mayoría de las personas que habitan en zonas urbanas.

La demanda de electricidad en ALC casi se duplicará en las próximas dos décadas. Si bien la región actualmente posee la matriz energética más limpia del mundo, la intensidad de carbono del sector eléctrico ha aumentado debido a la creciente proporción de combustibles fósiles (incluido el gas natural), una tendencia que se espera continúe. Para enfrentar esta situación, la región deberá incrementar el uso de otras fuentes de energía más limpias, como la hidroeléctrica y la eólica.

El rápido crecimiento económico y el aumento de los habitantes urbanos incrementan la demanda y tensionan el sistema de transporte de pasajeros urbanos y de carga en las ciudades de la región. ALC ya tiene tasas de motorización más altas fuera de la OCDE. En América Latina había 86 vehículos livianos por cada 1.000 habitantes, principalmente automóviles privados, vehículos suburbanos y camionetas. La región debe ir hacia formas de transporte de carga más eficientes y ecológicas, como el ferrocarril y las vías fluviales, actualmente muy subutilizadas, así como aumentar el número de comunidades rurales conectadas.

Dice el informe que las ciudades tendrán que reducir su vulnerabilidad a los desastres naturales o el cambio climático, particularmente en asentamientos informales y frágiles. Esto requerirá reemplazar las políticas en respuesta a las emergencias por un enfoque integral de gestión de los riesgos de desastre.

Los expertos del organismo señalan que la región tiene la posibilidad real de liderar la adopción de prácticas agropecuarias más eficientes y climáticamente inteligentes que no representen un costo para el medio ambiente y que estén mejor posicionadas para enfrentar los nuevos patrones climáticos.

En síntesis, la región está en su cuarto de hora para salir del subdesarrollo, pero tiene el inmenso desafío de seguir un modelo de crecimiento verde inclusivo, es decir que la clase media tenga mejor calidad de vida, que haya oportunidades para los más pobres y vulnerables de la sociedad y que, al mismo tiempo, se protejan los activos ambientales de ALC.

Como dice Ijjász-Vásquez, si la región logra tomar decisiones que incorporen prácticas que lleven a un desarrollo sostenido, cometerá menos errores de los que ya se ven en los países desarrollados y que resultan más costosos. América Latina está a tiempo.