VIDA MODERNA

Facebook, en blanco y negro

Nuevas investigaciones muestran los pros y contras de estar conectado constantemente a esta red social y quienes son más proclives a 'obsesionarse' con ella.

12 de agosto de 2011

Muchos adolescentes no pueden vivir sin Facebook. De acuerdo a varios estudios hay buenas y malas noticias en este comportamiento. Larry Rosen, un investigador de redes sociales de la Universidad de California, quien ha estudiado el fenómeno en la llamada generación i, aquella que está totalmente conectada a internet y para quienes los computadores son algo así como su segundo hábitat natural.

Rosen señala que muchos de estos jóvenes obsesionados por su perfil en Facebook están en riesgo de desarrollar rasgos narcisistas, poca empatía y una mayor agresión, lo cual a su vez se relaciona con enfermedades mentales como esquizofrenia y depresión.

Sin embargo, no se sabe si son las enfermedades las que aparecen primero o son estos rasgos los que predisponen a los jóvenes. Lo que sí es cierto es que aquellos con rasgos narcisistas y los deprimidos son más asiduos a Facebook que los demás. Rosen también encontró que los jóvenes que siempre están conectados a esta red social retienen menos información de lo que están leyendo, lo cual podría perjudicar su desempeño escolar.

Rosen, sin embargo, también encontró que Facebook tiene su lado positivo. Para empezar, la red social ayuda a socializar a aquellos jóvenes que son muy tímidos pues les ofrece una plataforma más fácil para construir relaciones. Después de todo es mejor hablar protegido por una pantalla que hacerlo frente a frente.

También ha visto que Facebook podría enseñarles a los jóvenes empatía, esa habilidad para entender los sentimientos del otro. Aunque se trata de una empatía digital, Rosen cree que esta se podría extender a la vida real. “Nos está enseñando a cambiar en un sentido positivo”, dice el experto. “Podemos creer que no nos comunicamos tanto pero la verdad es que nos estamos conectando más”.

El mensaje para los padres es que les enseñen a sus hijos a desconectarse ya sea imponiendo pausas entre el estudio para atender los asuntos de Facebook. De esta forma las interrupciones serán programadas y el joven podrá estudiar, leer o hacer sus tareas sin problemas.

También recomienda a los papás que no pierdan el tiempo instalando programas para controlar lo que ellos hacen en las redes sociales puesto que “ellos se enterarán más rápido que tarde. Lo ideal es tener un charla temprana con ellos para que cuando tengan problemas de matoneo o intentos de abuso sexual por internet tengan la suficiente confianza para contarles”, puntualizó el experto.