| Foto: Javier de la Torre

PSICOLOGÍA

Felices a los 40

Estudios recientes afirman que la edad mediana no es la etapa más crítica de la vida, sino que puede ser la más estable y placentera.

4 de abril de 2015

“Cuando cumpla 40 voy a suspirar aliviada. Trabajas muy duro para llegar allí y es maravilloso. Estoy muy feliz y emocionada”. Así habló la actriz Drew Barrymore en una entrevista que le hicieron en vísperas de llegar al cuarto piso, lo que celebró el pasado 22 de febrero. Su actitud positiva puede parecer insólita, pues para muchos llegar a esa edad no significa un momento de felicidad sino de preocupación porque marca el comienzo de la transición de la adultez hacia la vejez. La llamada crisis de los 40 o de la edad mediana es un concepto grabado en la memoria colectiva que muestra a esta etapa de la vida como una de las más difíciles. Sin embargo, no hay evidencia científica que determine que siempre es así de negativa. De hecho, algunos expertos concuerdan con el sentimiento de Barrymore: ven los 40 como una etapa dorada de la vida.

Aunque la crisis de la edad mediana (40-55 años) fue formulada hace medio siglo y desde entonces varios psicólogos y psiquiatras la han justificado, nuevas investigaciones señalan que no es tan universal como se pensaba. Si bien es una etapa de cambios físicos, psicológicos y sociales importantes, como la aparición de las arrugas y las canas, la menopausia en las mujeres, el fallecimiento de los padres o la ausencia de los hijos en el hogar, algunos especialistas han descubierto también que hay muchos mitos asociados con este periodo. La psicóloga alemana Hanna Drimalla, de la Universidad de Humboldt de Berlín, afirma que las crisis más comunes de esa edad afectan a menos de un cuarto de la población mundial. “Si bien algunos estudios muestran que el índice de felicidad disminuye en esta etapa, la mayoría de personas goza de estabilidad, especialmente en sus relaciones de pareja”, escribió Drimalla en un artículo que apareció en la revista Scientific American Mind.

Uno de los trabajos más recientes sobre el tema fue realizado por 13 investigadores de la Universidad de Harvard, que lideran en asocio con la Fundación John D. y Catherine T. MacArthur el proyecto Successful Midlife Development, dedicado a estudiar la edad mediana. Según las encuestas que han realizado con más de 7.000 personas de entre 25 y 74 años de edad, este es uno de los periodos más tranquilos y estables de la vida. La mayoría de las relaciones de pareja se fortalece y las personas aprenden a controlar mejor las emociones. También planifican mejor las metas y tareas cotidianas gracias a la experiencia, y transmiten de manera óptima sus conocimientos y valores en la casa o en la oficina. “El raciocinio, el buen manejo financiero, la habilidad verbal y el vocabulario están en la cumbre durante la edad mediana”, afirma Patricia Cohen, autora del libro In Our Prime: The Invention of Middle Age.

De hecho, es un periodo de auge cognitivo debido a que el cerebro es capaz de eliminar las emociones negativas y centrarse en las positivas para disfrutar cada momento como si fuera el último, pues esta etapa marca la mitad del promedio de expectativa de vida de las personas. Por eso en ese momento todos toman conciencia de que la vida es corta y deben aprovecharla al máximo. Y es una época propicia para hacerlo porque la mayoría alcanza la cumbre a nivel profesional y la estabilidad laboral, por lo cual tienen los medios necesarios para viajar, comprar casa y carro nuevo, o darse algunos lujos que antes no estaban entre su presupuesto.

Uno de los mitos más recurrentes asociado a la edad mediana es la muerte de la libido. Se dice que la menopausia en las mujeres y la menor fertilidad en los hombres provocan un menor índice de satisfacción en la vida de pareja. Sin embargo, varios estudios han demostrado que el sexo mejora con los años. Según Debby Herbenick, sexóloga e investigadora de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, el 70 por ciento de las mujeres de más de 40 años alcanza un orgasmo más fácilmente que las más jóvenes; y pese a que hay una disminución de los estrógenos, pueden disfrutar más el sexo teniendo la certeza de que no hay posibilidades de embarazo. “Después de tantos años de intentar diferentes posiciones o prácticas sexuales, con la madurez llega la etapa en que la pareja comprende sus gustos y gracias a la experiencia puede dárselos”, afirma Joan Price, escritora, conferencista y autora del libro Ageless Erotica.

Lo mismo ocurre con los matrimonios. El estereotipo indica que muchos hombres buscan a mujeres más jóvenes a esta edad y tienden a separarse por ese motivo. Sin embargo, un informe publicado en 2013 por The Marriage Foundation, en el Reino Unido, encontró que el porcentaje en la tasa de divorcio disminuye significativamente si la pareja supera los primeros diez años de unión. El riesgo de divorcio disminuye del 20 al 13 por ciento entre la primera y la segunda década de matrimonio, y así sucesivamente a medida que pasan los años. De igual forma, una investigación del Instituto Kinsey, en Estados Unidos, realizado con más de 1.000 parejas de varios países encontró que los hombres y las mujeres de edad mediana calificaron de ‘muy satisfactoria’ su vida marital y sexual en esta etapa.

Aquí también entra a jugar un rol importante otra de las citadas causas de la crisis de los 40, el llamado síndrome del nido vacío, es decir, el dolor que sienten los padres cuando sus hijos se van de casa para hacer su vida y formar su propio hogar. Para un estudio realizado en 2009, la socióloga Barbara A. Mitchell de la Universidad Simon Fraser en British Columbia, Canadá, encuestó a más de 300 papás de diferentes culturas para saber qué tanto los afectó la partida de sus hijos. Tan solo una minoría reportó sufrir por este motivo, la mayoría demostró orgullo y satisfacción por haberlos formado bien y dijo que su partida representó una oportunidad para fortalecer su unión de pareja. “La marcha de un hijo puede ayudar a recuperar los lazos que se han olvidado por darle prioridad a la crianza”, afirma la psicóloga francesa Béatrice Copper-Royer.

Otro de los mitos asociados con la crisis de los 40 es detrimento de la salud. Si bien es cierto que los años no llegan solos y algunos órganos pueden empezar a deteriorarse, esto no siempre se debe a la edad sino al estilo de vida de cada uno. Algunos expertos aseguran que a esta edad todavía se puede hacer mucho para corregir hábitos de salud que ayudarían a evitar riesgos de enfermedad cardiovascular, cáncer u otras enfermedades. Un estudio realizado por el investigador David Matelot, de la Universidad de Rennes 1, en Francia, reveló que los hombres que empiezan a hacer ejercicio cinco horas a la semana antes de cumplir los 30 años no tienen un corazón tan saludable como los que lo hacen después de los 40.

Aunque muchas circunstancias particulares pueden hacer más placentera la edad mediana, lo que queda claro es que detrás de la crisis asociada con esta etapa de la vida hay varios estereotipos culturales y no puede generalizarse sobre el tema. Como señala un estudio reciente de las universidades de Buffalo y Northwestern, en Estados Unidos, para el cual evaluaron a cerca de 200.000 personas de 83 países durante los últimos 30 años, las personas se sienten más felices y satisfechas a medida que pasan los años. Por eso “cuando le preguntan a las personas mayores qué edad les gustaría volver a tener, la mayoría escoge los 40”, concluye Drimalla.