Guerra a la "oxidación"

Al parecer, el secreto de la eterna juventud está en una cápsula de vitamina al día.

30 de agosto de 1993

EL BOOM DE LAS Vltaminas tiene ahora un nuevo frente.Investigadores, dermatólogos y cosmiatras están de acuerdo en que el cuidado de la piel también tiene que ver con lo que se ingiere. Suplementos nutricionales y complejos vitamínicos pueden mejorar los resultados de los tratamientos tradicionales para eliminar el acné, prevenir las arrugas o simplemente hacer que la piel resplandezca.
De un tiempo para acá el sueño de no sucumbir a los estragos de la edad dejó de ser un mito para convertirse en el foco de las investigaciones científicas. Si bien no se habla de rejuvenecimiento, que sería como ir en contravía de la naturaleza, sí se menciona algo mucho más real: la prevención de un sinnúmero de achaques que acompañan el paso de los años. La obtención de una mejor calidad de vida, reservando para los años tardíos algo de vigor y, por qué no, de la lozanía de los años mozos.
En las últimas investigaciones se esboza, cada vez con más fuerza, el papel que juegan las vitaminas en la preservación y conservación de los tejidos. Y en este campo se mencionan específicamentc: las vitaminas C y E y los betacarotenos (también conocidos como provitamina A), como potentes agentes protectores.
Aunque las investigaciones están lejos de concluir, sí parece confirmarse que tanto las vitaminas C y E, como la provitamina A, ejercen un rol preventivo a veces curativo en afecciones cardíacas y en la aparición de algunos tumores.
Igualmente se habla de ellas como hadas protectoras de la juventud de la piel. Este será tema en un simposio que se cumplirá el 3 de agosto en Bogotá, "Estrés oxidativo, bioprotección y terapéutica antioxidante''. El evento, patrocinado por laboratorios Procabs, contará con la presencia del médico cirujano y físico alemán, Hans K. Biesalski, autoridad mundial en la materia. También se hablará de la biología del envejecimiento y fotoenvejecimiento de la piel, a cargo de la dermatóloga Mercedes Flórez Díaz-Granados, jefe de la Unidad de Dermatología del Hospital San Ignacio y vicepresidente de la Sociedad Iberoamericana de Dermatología. " Todo el mundo quiere tener una vida prolongada, pero nadie quiere envejecer", señala.
Pero el envejecimiento de la piel intrínseco no es sólo consecuencia de edad. Otros factores contribuyen a acelerar ese proceso: el envejecimiento extrínseco o fotoenvejecimiento, dado por los factores ambientales y, principalmente, por la exposición al sol y a la luz. Aunque el fotoenvejecimiento es un paso más del transcurrir cronológico, preocupa a los dermatólogos la frecuencia con que aparece hoy en personas jóvenes, que presentan en sus rostros lesiones premalignas atribuibles a la exagerada exposición al sol.
Los rayos ultravioleta generan unos productos conocidos como radicales libres, los que, a su vez, producen daños biológicos de las células. Se podría decir que trastocan el DNA, modifican el código genético. Estos radicales libres, que actúan en todo el organismo son, a nivel dermatológico, los que dañan el colágeno y otras sustancias que sirven de sostén a la piel. ¿Cómo prevenir su acción? Existen básicamente dos formas: la primera, limitar la exposición a los rayos solares y utilizar bloqueadores potentes. La segunda vía es a través de las sustancias antioxidantes. Normalmente éstas son producidas por el organismo. Pero cuando la agresión supera la capacidad de autoprotección (tabaquismo, polución, etc.) se debe apelar a sustancias suplementarias.
Allí es donde juegan un papel fundamental las vitaminas C y E y la provitamina A. Según la doctora Flórez, una dieta equilibrada y una adecuada nutrición son capaces por sí solas de suplir al organismo de sus necesidades en sustancias antioxidantes. Existen, sin embargo, casos en los que se hace necesario tomar estas vitaminas en forma de suplementos. Pero estos casos deben ser determinados por un médico. Aparentemente, en forma general, las vitaminas C y E y la provitamina A o betacaroteno no son tóxicas sino en dosis muy altas. Pero son, de todas maneras, sustancias farmacológicas: tomarlas en forma adecuada puede ser un gran coadyuvante contra el envejecimiento. Tomarlas desordenadamente e improvisando supuestas bondades puede ser tan lamentable como los mismos estragos de la vejez.