¿Hay vida en Marte?

Germán Puerta*
12 de enero de 2003

La más profunda implicación de la antigua presencia de grandes masas de agua en Marte es la posibilidad de que la vida haya alguna vez existido. ¿Durante cuánto tiempo tuvo Marte hábitats acuáticos adecuados para la vida? Posiblemente entre 500 y 1.000 millones de años. ¿Surgió la vida en este período? Si esto fue así, en la medida que paulatinamente el planeta se hacía más seco y frío ¿tuvieron las formas de vida la habilidad de adaptarse a las nuevas condiciones? ¿Subsisten formas de vida en Marte? Es posible que si el agua permaneció el tiempo suficiente -en millones de años, por supuesto-, algunas formas primitivas de vida hayan surgido a partir de moléculas orgánicas complejas en algún escondite cálido, tal y como se piensa sucedió en la Tierra. Si esto efectivamente sucedió es posible que en las futuras misiones a Marte se encuentren fósiles o microfósiles de estas formas de vida entre los sedimentos antiguos del relieve marciano. Y ello porque la baja actividad geológica de Marte ha permitido que la superficie permanezca inalterada durante mucho tiempo. Y más fascinante aún es que se encuentren organismos vivos; cualquiera de estos eventos sería el descubrimiento del milenio. ¿Dónde buscar las evidencias de la vida? Según los resultados de las misiones desde las sondas Viking hasta la 2001 Mars Odyssey, hay centenares de lugares promisorios: los lechos de antiguos lagos, o el fondo de los profundos cañones como Valles Marineris o Hebes Chasma, podrían ser sitios adecuados para excavar; antiguos lagos secos cubiertos de hielo serían el refugio final de la vida marciana, como en el Crater Gusev formado por un río desaparecido hace tiempos; con 60 kilómetros de diámetro y una extensa y plana superficie de sedimentos es un atractivo sitio para una misión de análisis de muestras y búsqueda de fósiles. Parana Vallis, un sistema de lagos secos y redes de canales, Brazos Vallis y White Rock con sus depósitos de minerales, también lucen interesantes. Se podrían encontrar las señales de vida bajo los antiguos glaciares como en Ismenius Lacus, o en los polos, exactamente en el permafrost bajo la superficie. Otro posible sitio para la diversión de los paleontólogos serían antiguas fuentes hidrotermales, en donde el agua caliente surgió de las profundidades hacia la superficie para evaporarse o congelarse rápidamente. Estas fuentes, como en la Tierra, generan depósitos minerales que atrapan y fosilizan los microorganismos. Además como las aberturas hidrotermales toman su energía de fuentes geotérmicas, ellas pueden subsistir mucho más tiempo que otros hábitats líquidos, incluso en el actual clima marciano. Un posible lugar es Dao Vallis en donde parece existió un flujo acuático en las laderas de un volcán. Si en este momento hay vida en Marte debe encontrarse bajo la superficie, idealmente vinculada a depósitos de agua licuada por el calentamiento geotermal del permafrost. Los acuíferos subterráneos también pueden acoger formas de vida que obtengan su energía no de la luz solar sino por procesos químicos como se han descubierto en la Tierra. Si existen sistemas hidrotermales subterráneos serían sin duda el paraíso de las bacterias marcianas. Pero las bacterias también prosperan entre el hielo como se encontró en lagunas congeladas en Barrow, en Alaska. Aún en las partes más duras del hielo con temperaturas de menos 20 grados se registraron colonias de bacterias que viven satisfactoriamente en minúsculas cavidades llenas de salmuera, gracias a un notable descubrimiento: aún el hielo muy frío y duro contiene áreas líquidas. Y mucho del hielo y el permafrost en Marte puede ser más tibio que en Alaska. Pero hay otras opciones. Puede ser posible que se encuentren organismos parecidos a algunas de las bacterias que en la Tierra viven en ambientes extremadamente salinos. Al secarse lentamente los océanos de Marte, los organismos habrían evolucionado para refugiarse entre las rocas o en los sedimentos salinos, considerando además que la sal tiene la ventaja adicional de filtrar los rayos ultravioleta mientras que deja pasar la luz visible para que los procesos de fotosíntesis ocurran. En río Tinto, en España, un flujo acuático de origen volcánico extremadamente mineralizado, en donde la vida se pensaba imposible, resultó repleto de bacterias y algas, un ambiente muy parecido al posible en Marte hace millones de años. Bacterias, algas y otros organismos se han encontrado en la Tierra en ambientes al límite de las posibilidades químicas y físicas, dando nombre a una nueva categoría de seres vivos: los extremófilos. El descubrimiento de vida en Marte, incluso extinta, transformaría el origen de la vida de milagro a estadística. En todo caso, la única realidad es que el estudio sobre la vida pasada o actual en este planeta es prioritaria en el calendario del programa de exploración. Mientras tanto todavía deben resolverse numerosas preguntas sobre nuestro enigmático vecino, especialmente una de ellas: ¿qué sucedió con toda esa cantidad de agua que alguna vez existió en Marte? *Director del Planetario de Bogotá