M E D I C I N A    <NOBR>P R E V E N T I V A</NOBR>

Hombres… ¡al médico!

La falta de conciencia y las concepciones culturales equivocadas llevan a los hombres a hacerles el quite a las visitas médicas.

20 de agosto de 2001

A las 11 y media de la noche la esposa de Miguel se sorprendió al darse cuenta de que él aún permanecía despierto, una situación que se había presentado en muy pocas ocasiones en 43 años de matrimonio. “No puedo respirar bien, eso es todo”, explicó Miguel para tranquilizarla, pero ella insistió en ir a urgencias cuando lo vio empeorar. “Mija, que es sólo un gas”, repuso con la respiración entrecortada. Una hora más tarde, a pesar de la resistencia de Miguel, estaban en urgencias y al poco tiempo la dolencia dejó de ser un simple gas: en realidad era un broncoespasmo, es decir, sus pulmones no estaban recibiendo el oxígeno necesario.

Esta escena se presenta con mucha frecuencia y suelen protagonizarla hombres, no sólo con broncoespasmos sino con enfermedades del corazón, disfunciones sexuales, enfermedades de transmisión sexual, dificultades urinarias o problemas de próstata. Prueba de ello es que, según estudios recientes, uno de cada cinco hombres afirman que deberían solicitar cuidado médico inmediato si estuvieran enfermos o con algún dolor, cerca del 40 por ciento dicen que esperarían unos días y el 41 por ciento que postergarían el mayor tiempo posible la visita al médico. Además una proporción similar va más tarde al doctor de lo que debería de acuerdo con sus síntomas. A estas estadísticas se suma que los hombres de edad, principalmente, son reacios a los chequeos de control o salud preventiva.

La evidencia de que el temor al médico es un síndrome que se presenta más en los hombres se encuentra en los resultados de las investigaciones: ellos tardan el doble que las mujeres posponiendo su visita a los especialistas. Por lo general uno de cada cuatro no visita a un médico en todo un año mientras que sólo una de cada 12 mujeres tiene este comportamiento.

La razón de esta situación no es que los hombres sean más saludables que las mujeres. Por el contrario, la mortalidad masculina es mayor que la del sexo opuesto en todas las edades, así como la esperanza de vida de los hombres es menor. Las estadísticas indican que el sexo masculino es más vulnerable a los ataques de corazón (4,2 por ciento frente a 1,8 del género femenino) y los problemas de este órgano vital se convierten en la principal causa de muerte de los hombres. La prevalencia a los derrames cerebrales y a la diabetes también es significativamente más alta.

Según los especialistas las causas de este comportamiento son el temor, la negación, la vergüenza y sentir vulnerada su masculinidad. “Los hombres pueden ver una visita al médico como una amenaza a su orgullo, como evidencia de que son incapaces de cuidarse adecuadamente o como una violación de las normas masculinas del estoicismo”, afirma el urólogo Camilo Salazar. Esto ocurre principalmente con las patologías que comprometen sus órganos genitales, como los problemas de erección, los cuales en la mayoría de los casos son indicios de diabetes, enfermedades cardiovasculares y colesterol alto. “Los hombres no son buenos hablando de temas médicos que los apenen. De hecho, los estudios demuestran que posponen la búsqueda de tratamiento para los problemas que afectan su intimidad”, explica Salazar.

Por ello, antes que atender las enfermedades y dolencias es importante atacar la más grave de todas: los mitos y temores en torno a la salud del hombre.



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A las 11 y media de la noche la esposa de Miguel se sorprendió al darse cuenta de que él aún permanecía despierto, una situación que se había presentado en muy pocas ocasiones en 43 años de matrimonio. “No puedo respirar bien, eso es todo”, explicó Miguel para tranquilizarla, pero ella insistió en ir a urgencias cuando lo vio empeorar. “Mija, que es sólo un gas”, repuso con la respiración entrecortada. Una hora más tarde, a pesar de la resistencia de Miguel, estaban en urgencias y al poco tiempo la dolencia dejó de ser un simple gas: en realidad era un broncoespasmo, es decir, sus pulmones no estaban recibiendo el oxígeno necesario.

Esta escena se presenta con mucha frecuencia y suelen protagonizarla hombres, no sólo con broncoespasmos sino con enfermedades del corazón, disfunciones sexuales, enfermedades de transmisión sexual, dificultades urinarias o problemas de próstata. Prueba de ello es que, según estudios recientes, uno de cada cinco hombres afirman que deberían solicitar cuidado médico inmediato si estuvieran enfermos o con algún dolor, cerca del 40 por ciento dicen que esperarían unos días y el 41 por ciento que postergarían el mayor tiempo posible la visita al médico. Además una proporción similar va más tarde al doctor de lo que debería de acuerdo con sus síntomas. A estas estadísticas se suma que los hombres de edad, principalmente, son reacios a los chequeos de control o salud preventiva.

La evidencia de que el temor al médico es un síndrome que se presenta más en los hombres se encuentra en los resultados de las investigaciones: ellos tardan el doble que las mujeres posponiendo su visita a los especialistas. Por lo general uno de cada cuatro no visita a un médico en todo un año mientras que sólo una de cada 12 mujeres tiene este comportamiento.

La razón de esta situación no es que los hombres sean más saludables que las mujeres. Por el contrario, la mortalidad masculina es mayor que la del sexo opuesto en todas las edades, así como la esperanza de vida de los hombres es menor. Las estadísticas indican que el sexo masculino es más vulnerable a los ataques de corazón (4,2 por ciento frente a 1,8 del género femenino) y los problemas de este órgano vital se convierten en la principal causa de muerte de los hombres. La prevalencia a los derrames cerebrales y a la diabetes también es significativamente más alta.

Según los especialistas las causas de este comportamiento son el temor, la negación, la vergüenza y sentir vulnerada su masculinidad. “Los hombres pueden ver una visita al médico como una amenaza a su orgullo, como evidencia de que son incapaces de cuidarse adecuadamente o como una violación de las normas masculinas del estoicismo”, afirma el urólogo Camilo Salazar. Esto ocurre principalmente con las patologías que comprometen sus órganos genitales, como los problemas de erección, los cuales en la mayoría de los casos son indicios de diabetes, enfermedades cardiovasculares y colesterol alto. “Los hombres no son buenos hablando de temas médicos que los apenen. De hecho, los estudios demuestran que posponen la búsqueda de tratamiento para los problemas que afectan su intimidad”, explica Salazar.

Por ello, antes que atender las enfermedades y dolencias es importante atacar la más grave de todas: los mitos y temores en torno a la salud del hombre.



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