A la hora del vino

8 de enero de 2001

Elegir el vino es tan importante comohacerlo con los platos de la cena. Por eso dedique tiempo para que todo le salga a pedir de boca. Una comida sin vino o, peor aún, con un mal vino, puede resultar todo un fiasco. El objetivo debe ser alcanzar la armonía entre lo que bebemos y lo que comemos. Por eso tenga en cuenta que el sabor y la sazón de los alimentos determinan el tipo de vino con que se les debe acompañar. A mayor sabor de los alimentos se requiere un vino con mayor cuerpo, aroma y grado alcohólico.

Los que saben de vinos recomiendan ciertas reglas de oro que, si bien vale la pena tener en cuenta, no se deben seguir sin consultar el gusto y las preferencias personales.

El vino blanco abre la cena y el tinto la cierra, el vino ligero se sirve antes que el vino con cuerpo, el vino joven antes que uno con crianza, el tinto con las carnes rojas y el blanco con las aves y frutos de mar... así a la hora de la cena quienes organizan el evento podrán encontrar una lista inmensa de recomendaciones. Lo que hay que recordar es que para gozarse la cena de Nochebuena hay que consentir el paladar y los sentidos del anfitrión y de los invitados. Salud, y ¡Feliz Navidad!