ADQUISICIÓN

Llega el internet de las cosas

¿Por qué pagó Google tanto dinero por una fábrica de detectores de humo?

Álvaro Montes
18 de enero de 2014

Google sorprendió al mundo de los negocios la semana pasada al pagar 3.200 millones de dólares por una empresa llamada Nest, que fabrica detectores de humo. Sí, la compañía que está trabajando en el diseño de robots humanoides, automóviles que se conducirán solos y otros artefactos de ciencia ficción desembolsó sin chistar una suma asombrosa por una empresa que recauda anualmente a lo sumo 300 millones de dólares, cuando le va bien. Podrían pasar muchos años antes de recuperar la inversión, pero es claro que Larry Page, el CEO de Google, es un visionario y está pensando en el futuro. Y el futuro es el internet de las cosas (todos los aparatos conectados a la web) y los llamados wearable computers (que se llevan puestos en la ropa). La reciente Feria CES en Las Vegas dejó al descubierto el auge que tomarán en breve estas dos tendencias. La innovación en teléfonos y computadores, al parecer, alcanzó su techo, y cada año trae más de lo mismo, con uno que otro retoque. Pero se cocina en los laboratorios una nueva revolución en la electrónica de consumo, y su objetivo es crear un mundo hiperconectado. Cada aparato que utilice energía, desde una olla, un reloj, una lavadora o un detector de humo, hará parte de una red poderosa que la gente podrá controlar desde cualquier lugar y dispositivo. La domótica, o sea la ingeniería aplicada a la creación de sistemas para automatizar una vivienda, está por comenzar

–tras muchos años de vivir en la sombra– un periodo de gloria. Y Google quiere estar también allí.

Nest Labs es una pequeña empresa que produce termostatos inteligentes y detectores de humo. En nuestro país ese tipo de dispositivos son irrelevantes, pero en otras latitudes son de la mayor importancia. Lo que interesó a Google, más que los termostatos, es la capacidad innovadora de esta empresa, fundada y dirigida por Tony Fadell, uno de los más brillantes ingenieros que tuvo Apple y a quien se considera el genio detrás de la invención del iPod. Por 3.200 millones de dólares Google ha puesto un pie, antes que sus rivales, en el promisorio negocio de la domótica.

Tanto el internet de las cosas como la domótica son viejos conceptos que hasta hace poco parecían no tener un lugar serio en la industria, pero esta necesita nuevas vetas que explotar, porque ya casi todas las personas con capacidad de compra tienen un teléfono inteligente, un computador de última generación y un televisor HD. En el ecosistema digital que está emergiendo, será imprescindible un robot que haga la limpieza, un brazalete que informe las calorías quemadas en la sesión de ejercicios y un detector de CO2 que asegure que respiramos aire limpio. A este tipo de cosas apuntará con fuerza la industria a partir de ahora.

En cuanto a la tecnología wearable, empiezan a superarse los obstáculos que la hacían inviable: las gafas de Google, por ejemplo, tienen un lado fashion que les asegura un optimista mercado, una vez puedan fabricarse a costos razonables. La aparición del computador Edison, de Intel, que vive dentro de una tarjeta SD, hace que a partir de este año sea muy fácil insertarlo en prendas de vestir diseñadas para tal propósito. Los relojes inteligentes lanzados el año pasado decepcionaron por su pobre diseño, pero se sabe que en 2014 saldrán al mercado nuevos modelos de aspecto competitivo, entre ellos el esperado iWatch, de Apple. Juniper Research estima que el negocio de dispositivos

wearable para la salud, el ejercicio y el entretenimiento rondará los 19.000 millones de dólares en 2018, frente a los 1.400 millones obtenidos en 2013. Tendremos conexión a internet por todos lados y en todo momento. Nos guste o no.