La batalla final

Aprenda a domesticar su metabolismo para no recuperar los kilos perdidos.

16 de agosto de 1993

El gran problema del sobrepeso no es cómo rebajar kilos sino cómo mantenerse en el peso que se ha alcanzado a base de privaciones. Ese ha sido siempre el dolor de cabeza de quienes hacen dietas. Y según los expertos, las dietas fallan simplemente porque los seres humanos no están diseñados para perder peso rápidamente. Por eso, al dejar la dieta, los kilos regresan a la misma velocidad con que se perdieron. ¿Cómo evitarlo?. "Domesticando su metabolismo", dice la nutricionista norteamericada Debra Waterhouse, autora del libro "Cómo engañar a su metabolismo", en el cual se explica la fórmula para emprender la batalla final contra la obesidad.
La premisa de la autora es que se puede ser delgado, comiendo de todo. Incluso, señala que no hay nada que más engorde que las dietas. "Cuando se hace una dieta baja en calorías, el organismo actúa como cualquier mortal en época de escasez: empieza a almacenar provisiones para aguantar hasta que lleguen épocas mejores. Así, mientras usted intenta librarse de esos kilos de más, sus células grasas están librando la batalla contraria, tratando de acumular toda la grasa que les sea posible". Y el metabolismo -el ritmo al cual se queman calorías- tambien trata de protegerse durante esa huelga de hambre y reduce sus necesidades de calorías. Lo que esto quiere decir, es que entre menos coma, menos calorías necesitará. Pero cuando termine la dieta, las cosas volverán a ser como antes, o peor, porque -explica la autora- el metabolismo ya no estará sincronizado con el peso: una persona que pierde 10 kilos para alcanzar un peso de 55 kilos, tendrá un metabolismo mucho más lento que aquella que naturalmente pesa los 55 kilos.
Pero hay una forma de perder peso sin exponerse a ganarlo de nuevo, asegura la doctora Waterhouse: "Consumir sólo las calorías suficientes para que su metabolismo no entre en un estado de alerta por el riesgo de inanición". La teoría es simple: el metabolismo actúa normalmente si usted consume las calorías suficientes para mantener su ritmo normal (es decir el número de calorías que su cuerpo quema sin hacer ninguna clase de actividad). "Pero como usted siempre quema más calorías a causa de la actividad diaria, entre más activo esté, más efectivo será".
El plan para perder peso sin correr el riesgo de volver a subir, puede ser más demorado pero la recompensa es que sus efectos son permanentes.
1.ESCUCHE LA VOZ DEL CUERPO
La única forma de comer moderadamente es obedecer las señales del organismo: él sólo pide la cantidad de alimento que realmente necesita. No hay comidas "buenas" o "malas", simplemente usted come cuando está hambriento y deja de hacerlo cuando está satisfecho. Elimine la palabra "lleno" de su vocabulario. Pare de comer en la mitad del plato, si siente que está satisfecho. Sabrá que ha comido la cantidad correcta, si siente hambre nuevamente a las tres o cuatro horas.
2. COMA DE TODO, PERO POCO Y A MENUDO
Comer pocas cantidades de alimentos cuatro o cinco veces al día le ayuda a permanecer delgado y le da más energía, porque los niveles de azúcar en la sangre permanecen estables. Esto ayuda, además, a no sentirse nunca hambriento lo cual evita el riesgo de perder el control. Otra buena táctica es comer temprano en la noche al menos cuatro horas antes de irse a la cama. Si usted come mil calorías extras y se va a dormir, no aleanzará a quemarlas.
3. AUMENTE SU ACTVIDAD
El ejercicio es la mejor forma de preservar el ritmo de su metabolismo cuando se está perdiendo peso. Sus beneficios como "quemador de calorías" permanecen varias horas y son más efectivos y duraderos que la m'as estricta de las dietas.
Y cuando ya se está en el peso deseado, no es necesario realizar un programa especial de ejercicios para mantenerse. "Sólo aumente su actividad diaria -dice la autora-. Suba escaleras en lugar de tomar el ascensor; en la oficina, camine en lugar de utilizar el teléfono o haga diligencias a pie en lugar de ir en automóvil". Los estudios muestran que el ejercicio intenso no cuenta mucho a la hora de mantener el peso, algunas personas quedan tan agotadas que bajan su nivel normal de actividad o, tan hambrientas que en una visita a la nevera recuperan todo lo que perdieron en el gimnasio.
La conclusión es que a la hora de perder peso, basta con comer moderadamente y aumentar el nivel de actividad. La clave está en aprender a vivir con su cuerpo en lugar de vivir contra él. Este es el secreto de las personas delgadas.